“Dejad que los perros ladren, Sancho”, le decía Don Quijote a su escudero. El sentido de la frase fue retomado en el ciberespacio por Thirdvoice (www.thirdvoice.com), que creó un programa que permite dejar ladridos, loas o comentarios, a manera de notitas, en las páginas electrónicas de Internet.
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Si, por ejemplo, está molesto con el servicio de alguna empresa, sólo tiene que bajar el software de Thirdvoice, entrar a la página de la susodicha firma y vaciar su ira. La ventaja es que sólo podrán ver y leer su recado quienes ya tengan instalado el programa. Los dueños del sitio podrán retroalimentarse también de sus comentarios y no podrán borrarlos.
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El programa es casi mágico: ahora lo ve (si tiene Thirdvoice), ahora no lo ve (si carece del software). Contra esta magia, un grupo localizado en www.wildpoetryforum.com/nttv prepara un antídoto. Estos poetas salvajes están muy molestos porque consideran que esos post-it electrónicos invaden la privacidad y los derechos de autor. Contra esos ladridos, los “diga no a Thirdvoice” crearon un bozal electrónico disponible en su página web.