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Los dinosaurios también son camaleones

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

¿Se puede uno acostar neoliberal y despertar estatista?

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Una parte significativa de los diputados priístas (curiosamente los mismos que, bien alineados, levantaron la mano para aprobar el incremento al IVA) lanzaron su proclama de “oponerse al tesonero tecnócrata que no ha podido entender que el golpe de la lucha inflacionaria, de la política del tipo de cambio y de una falta de una política de industrialización nos puede golpear definitivamente”. Un golpe que, para los propios priístas, sería “dejar el poder”.

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Este di no al neoliberalismo, sin embargo, parece más un nuevo producto de la mercadotecnia electorera del tricolor, y no un acto surgido de la convicción de atender las necesidades sociales o de la existencia de un modelo alternativo de desarrollo, acorde con las circunstancias nacionales e internacionales.

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Suponiendo que este grupo de antitecnócratas esté hablando en serio, ¿significa eso que se opondrán a las privatizaciones en puerta? ¿Cuál será su plan de desarrollo para la petroquímica y los ferrocarriles? ¿Qué harán con el Tratado de Libre Comercio y otros compromisos comerciales previamente contraídos? ¿Echarán abajo el plan de ajuste zedillista? ¿Cómo les explicarán a los inversionistas extranjeros que este país de economía abierta ha decidido cerrarse otra vez?

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Si no es así, ¿cuáles son sus verdaderas intenciones? Puede ser entendible que, como políticos, busquen mantener sus posiciones de poder; sin embargo, tienen una responsabilidad frente a sus representados y frente a la Nación. Lo que hagan o dejen de hacer tiene repercusiones importantes frente a una sociedad que ya no puede soportar virajes bruscos.

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Cualquier modelo de desarrollo es discutible. Mal haríamos en defender la ortodoxia y cerrar los ojos ante una política que ha agudizado la pobreza y ha producido cierres de empresas y desempleo, entre muchos otros problemas. Sin embargo, la sociedad mexicana espera argumentos serios, dignos de sus representantes, y no desplantes demagógicos (que de eso ya ha tenido suficiente) con la mira puesta en las elecciones de 1997.

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27 años no es nada
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Con esta edición, EXPANSIÓN cumple 27 años de consignar la realidad económica y empresarial de México. En estos momentos aciagos, reafirmamos nuestro compromiso con usted, nuestro lector, a quien invitamos una vez más a expresarnos sus críticas, sugerencias y comentarios.

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