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Los Financieros. Goles de plástico

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Quizá sea un efecto irremediable de la crisis, pero durante el presente año se ha registrado un alarmante crecimiento en el número de fraudes y robos con tarjetas de crédito, lo cual preocupa por igual a los banqueros, a los grandes operadores y procesadores de tarjetas y, desde luego, a los usuarios (algunos de los cuales, aunque parezca de Ripley, todavía salen a la calle con una amplia colección de plásticos en su cartera).

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Los delitos van desde los típicos asaltos al tarjeta habiente (donde los maleantes lo obligan a acompañarlos a un cajero automático para retirar efectivo), hasta las alteraciones en vouchers ya firmados, pasando por fraudes más sofisticados (que consisten en falsificar los plásticos con el número, banda magnética y firma de los afectados, fenómeno que hace pensar que en México opera una banda de asaltantes tecnificados).

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Tarjeta habientes sin copia. Lo más lamentable es que, en la mayoría de los casos, los tarjeta habientes no caen en la cuenta de los cobros alterados o extraños, a menos que sean por cantidades elevadas, pues no conservan copia de los vouchers o comprobantes de sus gastos. Por lo tanto, no pueden cotejarlos con los cargos que aparecen en las tarjetas de crédito.

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A través de la Asociación de Banqueros de México (ABM), los bancos van tomado varias medidas para enfrentar el problema. Desde el año pasado se redujo a N$1,500 nuevos pesos el monto de efectivo que se puede retirar de un cajero automático; además, existe una estrecha coordinación con las autoridades para el seguimiento de los casos donde hay falsificación de los plásticos.

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Por otra parte, varios bancos iniciaron la emisión de tarjetas con fotografía, con las que se reducen los riesgos de manera sensible.

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Por lo que respecta a los grandes operadores de plásticos, existen mecanismos de protección que operan a nivel internacional; así por ejemplo, se ha sofisticado la elaboración de las tarjetas y de las bandas magnéticas, para hacer más difícil su falsificación y el fraude cibernético.

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Protección mínima. Sin embargo, en México existe cierto rezago para evitar la proliferación de estos fraudes. No están de más varias medidas mínimas de protección, que todos pueden adoptar.

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En primer lugar, cargue sólo una tarjeta de crédito en su cartera. Ya pasaron las épocas en que había una competencia para ver quien acumulaba más plásticos. Recuerde que siempre hay un costo de apertura y renovación de cada tarjeta. Mientras más plásticos use, más complicada será la verificación de los cargos.

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Tampoco olvide que, en épocas de alta inflación, el uso adecuado de la tarjeta de crédito es una buena opción de financiamiento, pues se puede ahorrar la inflación de 30 días o más. Si, por ejemplo, el cierre de una es los días nueve, todas las compras que realice posteriores a tal fecha serán cargadas hasta el siguiente estado de cuenta. Así, la fecha límite de pago será el día 25 del mes inmediato posterior, con lo que habrá obtenido un financiamiento de más de 40 días.

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Tercero: lleve siempre un control de sus gastos. Conserve los vouchers y, al recibir su estado de cuenta, tómese la molestia de verificar que efectivamente usted haya realizado cada cargo, comprobando que la razón social del establecimiento y el monto del cargo correspondan con el movimiento que realizó.

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Cuarto: siempre cheque que la tarjeta que le devuelve el establecimiento comercial o el restaurante sea efectivamente la suya. Se dan muchos casos en que entregan por error (o maña) una tarjeta equivocada... Y cuando se la regresan, a lo mejor ya le metieron uno o varios goles.

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Quinto consejo: a riesgo parecer quisquilloso o excéntrico, verifique también que no hubo cambios en el monto del cargo una vez que lo ha firmado. A veces existen alteraciones de los vouchers, tanto del original como de la copia expedida al cliente.

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Finalmente, en los casos en que se tiene que repetir un voucher, cheque que efectivamente se destruya el equivocado; de preferencia, quédese con el comprobante destruido, y desde luego no permita que el dependiente del establecimiento comercial salga de la tienda con su tarjeta de crédito, porque "va a pedir una autorización". Al regresar, pueden ya haberle metido un golazo.

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La autora es licenciada en periodismo especializada en temas financieros. Actualmente es columnista del diarioExcélsior.

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