Cada año, desde hace 23, al elaborar el informe sobre -Las 500 empresas más importantes de México, surge la misma interrogante: ¿por qué son tantos los consorcios que se niegan a hacer públicas sus cifras?
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Hay que destacar que son principalmente las multinacionales y... ¡las estatales! Parece increíble que estas últimas, que son empresas públicas por naturaleza, se resistan a dar a conocer, con oportunidad, sus números a la ciudadanía, que tiene el derecho constitucional de saber cuánto venden, cómo gastan y cuánto ganan compañías como la Comisión Federal de Electricidad, Ferrocarriles Nacionales de México y el Servicio Postal Mexicano, por ejemplo. Quizá así no sorprenderían tanto los bochornosos escándalos que brotan de su interior (el caso Conasupo no se olvida).
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En el capítulo de las multinacionales, la apertura es bastante dispareja. Si bien ya son muchas las corporaciones de otros países con operaciones en México que participan sus resultados a -Expansión, un número importante de ellas se resiste a hacer públicos sus datos más generales (como las ventas), aduciendo razones de “competitividad” o de “soy una empresa privada y no tengo por qué informar sobre nada”. Sin duda, compañías como Colgate Palmolive, Procter & Gamble, Reckitt & Colman, Bacardí, Pedro Domecq, Nissan, Volkswagen, Mercedes-Benz y Sabritas, por citar sólo a algunas de las de mayor talla, están en su derecho de mantenerse -alejadas de la opinión pública, pero en estos tiempos de proclamada apertura resulta por lo menos frustrante que cierren sus puertas.
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Valga comentar que la mayor parte de estas empresas son públicas en sus países de origen, por lo que los -inversionistas tienen acceso a sus cifras globales. Se rehúsan, pues, a informar sobre sus operaciones locales. Pero, ¿por qué otras tantas (Chrysler, Ford, General Motors, General Electric, Hewlett-Packard, Kodak, Xerox, etcétera) sí pueden reportar estas cifras? ¿Éstas no le temen a sus competidores? ¿O será que las “calladas” tienen algunas cosas qué ocultar?
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En México, la búsqueda de información es un reto continuo, agotador y, en ocasiones, muy frustrante. Frente a los letreros de -top secret que llevan como estandarte muchos consorcios, la obstinación, tenacidad y abierta terquedad de los editores y los miembros de nuestro Departamento de Investigación y Desarrollo sí han rendido frutos. Cada año se obtiene un base más amplia y realista sobre 500 empresas que, podría decirse, son la locomotora de la economía mexicana. El trabajo fue arduo. Sin embargo, el lector debe saber que el ejemplar que ha llegado a sus manos contiene, sin duda, la información más completa y detallada sobre las empresas más importantes del país.