Maquila. Se va el Tren
Durante 1995, el resultado del comercio exterior fue positivo para México. De acuerdo con cifras definitivas proporcionadas por la Secretaría de Hacienda —en las que se incluyen el ingreso de materias primas y su salida como productos maquilados—, en el año se exportaron $79,824 millones de -dólares y se importaron $72,476 millones de dólares; eso propició un superávit de $7,348 millones de dólares, incluido el valor agregado por las maquiladoras.
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En ese resultado jugaron un papel muy importante las cifras de la industria maquiladora, actividad que cada vez se extiende a más regiones del país y que en 1995 tuvo importantes avances.
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Muchos indicadores confirman que en 1995 la industria maquiladora encontró un entorno favorable para sus inversiones en México.
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Por ejemplo, durante el año pasado, las importaciones de insumos utilizados por ese sector, determinantes en su actividad, crecieron 27.9%, hasta llegar a $26,178.8 millones de dólares.
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A su vez, cifras de la Secofi destacan que hasta septiembre de 1995 se habían aprobado 339 nuevos programas de maquila, por lo que su número ascendió a 2,818, es decir, un crecimiento de 13.6% con respecto al número de -maquiladoras instaladas al cierre de 1994.
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Además, el más reciente reporte del INEGI acerca de la industria maquiladora, con cifras a noviembre, indica que en los primeros 11 meses de 1995 el personal ocupado en esta actividad llegó a 636,322 personas, lo que significó un crecimiento de 9.4% con respecto a las cifras del mismo periodo de 1994.
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El INEGI también señala que en el periodo enero-noviembre de 1995 el valor agregado por esta actividad, medido en pesos, tuvo un crecimiento real de 10.5%.
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Aunque no se podría separar del efecto positivo que tuvo la subvaluación sobre las ventas en la zona fronteriza, también es importante destacar que dos de las tres ciudades del país en que se reportó un aumento en la actividad comercial fueron Tijuana y Ciudad Juárez, importantes centros maquiladores.
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Pero el país deja pasar la oportunidad
-Sin embargo, es importante señalar que la participación del valor agregado en territorio nacional, en el valor total que alcanzaron las mercancías maquiladas, ha disminuido en forma progresiva en los últimos años: en 1993 representó 24.7% del valor total; en 1994 fue 22.1% y el año pasado significó apenas16.4%.
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Así, aunque en 1995 el valor de las mercancías maquiladas enviadas al exterior fue el más alto en la historia de esa actividad en México ($31,311.1 millones de dólares), con un crecimiento de 19.2% respecto de 1994, no ocurrió lo mismo con el valor agregado. De acuerdo con las cifras de Hacienda, en 1995 el valor agregado por las maquiladoras instaladas en México sumó $5,132.3 millones de dólares, cifra inferior en 11.6% a la observada en 1994.
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Uno de los factores que explican lo anterior es que el mayor crecimiento de la maquila se observa en ramas que, por personal ocupado, generan un valor agregado proporcionalmente inferior a la media. De acuerdo con cifras del INEGI, las ramas de la maquila que proporcionan mayor valor agregado por personal ocupado son: alimentos, ensamble de herramientas y equipo, construcción y ensamble de equipo de transporte, ensamble de maquinaria y equipo eléctrico y ensamble de muebles y accesorios. De éstas, la que tuvo mayor crecimiento fue la de ensamble de herramientas y equipo, sólo que su participación en el total del valor agregado es de apenas 1.4%.
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En cambio, ramas como la de ensamble de prendas de vestir y otros textiles, que proporcionalmente generan poco valor agregado, son las que han registrado mayores tasas de crecimiento en los años recientes.
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La situación se complica si se añade el efecto que tuvo la devaluación en los costos relativos de los bienes y servicios añadidos en el país. Debido a la devaluación, esos factores, medidos en dólares, se han abaratado. Cabe mencionar que del valor agregado en México, 50.1% correspondió a sueldos, salarios y prestaciones; 29.0% a alquiler de maquinaria y equipo, renta de edificios y terrenos, energía eléctrica y servicios de comunicaciones y transportes; 14.6% correspondió a utilidades y sólo 6.3% se generó a partir de la compra de materias primas, empaques y envases nacionales.
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Respecto a esto último, aunque las ventas de insumos y bienes intermedios a las maquiladoras es una excelente opción de negocios, que capacita a las empresas del país a cumplir con parámetros internacionales, eso no ha sido aprovechado por las firmas mexicanas. En 1995, año del salto exportador, las materias primas y empaques de origen nacional continuaron representando sólo 1.5% del total de los requerimientos de las maquiladoras.
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En julio de 1995 las autoridades de comercio organizaron el Primer Encuentro Nacional de Proveedores para la Industria Maquiladora de Exportación. Aunque se generaron expectativas favorables para acuerdos entre firmas nacionales y maquiladoras, hay testimonios en el sentido de que el resultado fue realmente pobre: los proveedores nacionales aún no cubren los requisitos de calidad, oportunidad y precio que demandan las maquiladores.
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De hecho, como sucede con toda la industria del país, no es suficiente organizar ese tipo de encuentros, exposiciones o giras. Cada vez está más claro que se requiere una política clara de promoción, para el surgimiento de nuevas empresas y que estimule a las ya existentes a mejorar su competitividad. Una política de ese tipo necesariamente deberá establecer condiciones para acceder a financiamiento y tecnología a cambio de resultados en la generación de divisas. Cabe señalar que en 1995 las maquiladoras importaron insumos de la industria del plástico por más de $2,200 millones de dólares y en el caso de partes y componentes electrónicos la cifra superó los $12,000 millones de dólares.