Merck, Sharp & Dohme. Tras la inmunidad
Los directivos del laboratorio de origen estadounidense confían en la exportación como medio de sobrevivencia, "hasta que aterrice la mejoría económica del país al nivel de las empresas".
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Jean-Marie Zacharie, director general de Merck, Sharp & Dohme (MS&D) de México, asegura que no saldrán corriendo del país y afirma que incentivarán la exportación hacia América Latina para contrarrestar la caída de 10% de la producción y el encarecimiento de 50% en los insumos de importación con respecto a 1994.
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Ciertamente, todas las estrategias de la compañía apuntan a combatir lo que es hoy el mayor dolor de cabeza de la industria farmacéutica en el país: la reducción de ventas. "El reto –dice Zacharie- es reactivar las ventas, así como incentivar la exportación y prepararnos para el ansiado repunte de la economía en l996."
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El contexto es crítico. La industria farmacéutica enfrenta una severa caída de mercado, motivada básicamente por el nivel de desempleo y la reducción del poder adquisitivo de la población que, hoy por hoy, prefiere formar largas filas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para proveerse de medicamentos gratuitos. Como el mayor volumen de los laboratorios se desplaza a través de las farmacias privadas, esta situación se ha traducido en una sensible baja en los niveles de producción de las firmas del ramo.
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Y es que, al mismo tiempo, el IMSS -institución que tiene más de un problema financiero- está negociando con cada uno de sus laboratorios proveedores importantes reducciones en los precios de los fármacos.
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Más afuera, menos adentro. MS&D, que actualmente es el 10° laboratorio farmacéutico a nivel mundial con ventas anuales de $15,000 millones de dólares, continuará con sus planes en México, cuyos ingresos en 1994 sumaron $100 millones de dólares. Por ahora, el principal objetivo es compensar su baja en el consumo interno con exportaciones hacia América Latina, principalmente Argentina, Brasil, Perú y Venezuela.
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Esta estrategia ya se había definido desde antes, pero Zacharie reconoce que la crisis aceleró los planes. Lo cierto es que, por esta vía, 15% de la producción actual de MS&D de México podrá encontrar mejores horizontes en farmacias de países conosureños.
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Pero no es lo único que está haciendo. En esta industria, donde la innovación juega un papel preponderante para mantenerse con vida en el mercado, MS&D prepara el lanzamiento de una nueva línea de vacunas infantiles (en este mismo mes) y otros productos. Además, la empresa incursionará muy pronto en un nuevo proyecto, del que Zacharie señala: "No puedo adelantarle nada por ahora". Lo que sí puede saberse es que se trata de una inversión que complementará y diversificará la producción farmacéutica.
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Zacharie presenta como uno de sus retos más importantes, además de la penetración de otros mercados, la normalización de su producción, cosa que, sin embargo, no se dará antes de fin de año. "Hasta ahora, estamos 10% abajo de los niveles de producción respecto del mismo periodo de 1994, pero durante este tercer trimestre la caída será peor."
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No hay asociaciones en puerta, ni en México ni a nivel global. Si el lector lo recuerda, entre 1986 y 1992 MS&D trabajó en el país de la mano de Novuni (de Grupo Desc), a través de Laboratorios Prosalud. El matrimonio, dice Zacharie, "concluyó como una buena experiencia". En realidad, rectifica, "no fue un divorcio; simplemente decidimos que no había nada más por hacer juntos, ya que cada uno, por separado, teníamos que ocuparnos de nuestro nicho de especialización". Ciertamente, la disolución de esta sociedad era parte de la estrategia de desinversión de Desc, iniciada en 1992, para dedicarse de lleno a otros rubros de negocio, como el inmobiliario.
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Ahora como subsidiaria total de Merck, Sharp & Dohme , MS&D de México participa con mayor fuerza (aunque modestamente) dentro de los planes globales de investigación y desarrollo, rubros a los que la casa matriz destina $1,300 millones de dólares anuales (cifra equivalente a 50% del volumen del mercado nacional farmacéutico privado). En suelo azteca, la multinacional invierte $7 millones de dólares al año en la investigación clínica (en las fases de eficacia y tolerancia del producto en pacientes y el registro comercial de la marca).
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"Seguiremos con nuestros planes de expansión en México y preparándonos para ser más competitivos en cuanto termine la tormenta", concluye Zacharie.