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Más ambición

Las necesidades de seguridad de Estados Unidos y Canadá PUEDEN impulsar la competitividad de Méxic
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

El futuro de México necesita del fortalecimiento, de la integración económica y comercial de América del Norte. Sólo así, paradójicamente, los acuerdos con Europa, Japón o Sudamérica rendirán fruto y atraerán inversión directa. Sólo así no serán una barrera los controles de seguridad antiterrorista del mercado al que México exporta 88% de su producción. Sólo así podremos enfrentar con éxito el surgimiento de China e India como potencias comerciales.

- La Alianza para la Prosperidad y la Seguridad en América del Norte (Aspan), presentada en junio en Ottawa por los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá es una mesa puesta para incrementar nuestra competitividad. Nace de las exigencias de seguridad de Estados Unidos y Canadá, surgidas del atentado terrorista del 11-S y las guerras de Afganistán e Irak, pero puede ir mucho más allá.

- La Aspan se plantea como un foro permanente y propone proyectos, objetivos y calendarios. Con una estrategia inteligente del gobierno y las industrias, nos hará más competitivos. Como sabe cualquier exportador, el diablo se esconde en los detalles: los cuellos de botella en el transporte fronterizo, la triangulación de productos, la multiplicidad de normas y estándares en los tres países, entre otros, nos impiden ser socios de pleno derecho frente a rivales como China.

- En el largo plazo, este encuentro multilateral puede generar otras cosas. El diálogo en sí implica entender al otro, como demuestran los resultados de varios grupos de trabajo trilaterales no gubernamentales generados en paralelo al proceso, como el Grupo de Trabajo dirigido en México por Pedro Aspe y el Compact del Consejo de las Américas. En ellos los canadienses y estadounidenses estuvieron de acuerdo en que el desarrollo de México es parte fundamental para lograr una verdadera competitividad regional. Los mexicanos, a su vez, entendieron cómo la falta de reformas en México afecta a nuestros socios. La quiebra técnica de Pemex encarece los hidrocarburos para todos.

- El peor enemigo de México en esta alianza es la descoordinación y la falta de visión. El sector empresarial conoció la Aspan con la presentación del documento; esto es un error estratégico descomunal que debe corregirse. Paralelamente, el desconcierto reina en muchos sectores, a los que nadie ha dado una explicación clara del tema.

- Las elecciones de 2006 pesan, pero no caben actitudes timoratas. Por ejemplo, la Aspan estudia la colocación de instalaciones aduaneras, migratorias y fitosanitarias estadounidenses en territorio mexicano. El concepto de soberanía es algo improcedente en este caso, como sabe quien haya pasado por migración estadounidense en el aeropuerto de Toronto. Si esto se aprueba, detonará desde el primer día beneficios gigantescos para nuestros sectores turístico, industrial y agrícola de importación.

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- El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) fue un éxito en los propósitos para los que se firmó: incrementar las exportaciones mexicanas, atraer inversión extranjera directa y reducir el impacto de los choques económicos externos. No resolvió problemas como la desigualdad regional, la disparidad del ingreso o la escasa competitividad de sectores enteros. La crisis de 1995 impidió aprovechar todo su potencial. Faltó un programa de gobierno para adaptar a nuestras industrias, expuestas por una década a competir con las principales compañías del mundo.

- Hoy se plantea una oportunidad única por las necesidades de seguridad de Estados Unidos y Canadá. México debe aprovechar la proximidad y una década de relación para convertirse en un socio imprescindible, con unas fronteras fluidas y una normatividad compartida. Hace falta un liderazgo en México que integre los esfuerzos de comercio con América del Norte y logre la consolidación de nuestras cadenas productivas. Actualmente es como un barco de bodegas separadas, donde cada cual busca obtener logros particulares en lugar de estar coordinados en un esfuerzo común.

- Las ventajas arancelarias que aportó el TLC a México se diluyen. La proximidad geográfica es nuestra ventaja competitiva fundamental frente a China, India y otros emergentes. Estados Unidos negocia actualmente decenas de acuerdos de libre comercio con países de todo el mundo, desde República Dominicana a Sudáfrica. La frontera, querámoslo o no, es nuestro mejor activo, y la Aspan puede llevarnos un paso adelante en la integración. Si lo hacemos bien.

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