Nada de <i>yuppie</i>

El choque generacional con su papá fue la razón por la que Eduardo Navarro no se quedó al frente del negocio familiar de ferretería. “Tu futuro no está aquí, hijo”, le dijo y ahí empezó la búsqueda y la llegada a Acciones y Valores. “A mediados de los 80 me negaba a entrar a la iniciativa pública porque en ese entonces México vivía un momento donde la corrupción era el común denominador y yo vivía con el sueño de trabajar para mejorar mi país”.

- A los 20 años, Navarro podría considerarse un yuppie mexicano en un momento de gloria para las casas de bolsa que empezaron a funcionar como banca paralela con productos que los bancos estatizados no ofrecían. Pero sus funciones no le permitían el parecido con los neoyorquinos - Young Urban Professional, porque bajo el mando de Alfredo Harp, Navarro cumplía con labores administrativas una vez que la Bolsa cerraba operaciones.

- El estallido de la guerrilla en Chiapas, al frente del comandante Marcos, le sacó canas –literalmente hablando–, pero también le valió para que su trabajo fuera reconocido y ascendiera de operador de piso a gerente de operación y de ahí a subdirector y luego a director. “Esto es como una droga y cuesta mucho trabajo. Llevo 18 años en esto. Es estresante, agobiante, pero también es muy interesante, porque en tus manos está el dinero de mucha gente”. Hoy cocina la creación de nuevos productos que no se cristalizan en una operación de compra y venta diaria, pero que dentro de poco dará a conocer Banamex Casa de Bolsa, líder en volumen negociado en la -BMV.