Negocios perros
Peace Breaker tiene tres años. El dueño de este macho lakeland terrier, Héctor Luna, lo cuidó, lo alimentó y lo entrenó para que fuera uno de los mejores. Lo consiguió: fue El perro del año 2000, un estatus que lo convierte en el ejemplar más perfecto de todos los que, como él, dedicaron un año entero a exhibirse en competencias. Ahora se cotiza alto en el mercado. El pedigrí es su mejor aval y su reproducción se pagará a precio de oro. A quien quiera cruzar un perro de la misma raza con éste le costará mínimo $800 dólares.
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Antes de llegar a este punto, sin embargo, su propietario ha gastado mucho dinero en prepararlo, pues este animal tiene contacto con todo lo relacionado con el ámbito canino: asiste a una escuela de entrenamiento ; come alimento altamente nutritivo, sofisticado y caro; visita a su médico veterinario siempre que hace falta; se acicala incontables veces en la peluquería canina; conoce de pensiones especiales para mascotas; participa en numerosas exposiciones y competencias ; y ya se ha cruzado con algún otro ejemplar ilustre de su misma raza.
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Según Luna, hasta que su can se presentó a su primera competencia, con siete meses de edad, gastó en él más de $20,000 pesos. Pero dicha cifra es baja comparada con el monto invertido el año 2000, cuando Peace Breaker obtuvo el récord de premios en exposiciones en un año, habiendo ganado en 27 de ellas. Estuvo en todos los campeonatos y en tan brillante trayectoria su dueño invirtió unos $34,000 dólares, cantidad similar a la que gastaron cada uno de sus oponentes.
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Pero perros no sólo hay de competencia y exposición; también los hay policía, de guardia y protección, guías de ciegos, detectores de droga, de carrera, de caza, de salvamento, de pelea ( clandestinas en México ), actores o, simplemente, mascotas.
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Todos ellos dan pie a muchos negocios. Según consultoras reconocidas como Nielsen o Gallup, el mercado canino mexicano mueve alrededor de $500 millones de dólares al año, considerando todos las actividades empresariales relacionadas. Pero el potencial es ampliamente mayor. Aunque la población perruna es difícil de establecer, aquellas compañías estiman que en el país hay unos 20 millones de estos animales que tienen dueño y unos tres millones callejeros. De entre los primeros, 60% pertenecen a hogares de bajos recursos, 30% a familias de clase media alta y alta y 10% a familias de clase media. Además, puntualizan, 7% consumen alimento para canes y 15% es atendido por veterinarios.
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El crecimiento del mercado es un hecho indudable. Según Nielsen, la industria de alimentos para perros es la que obtiene mayores ingresos de todo el sector. Otro rubro rentable es el de las clínicas veterinarias, pero hay más: de artículos accesorios, etólogos (especialistas que estudian el comportamiento animal), criadores y entrenadores para distintas actividades, guarderías, estéticas, hospitales y muchos más.
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El de México no se compara, pese a todo, con el mercado estadounidense, compuesto por alrededor de 41.4 millones de perros, con una dedicación a las mascotas mucho mayor. Algunos datos son elocuentes: más de 50% de los dueños de canes en el país vecino lo son por un regalo navideño. Unas 10 millones de personas celebran el cumpleaños de su mascota; 40% del total de propietarios de perros tiene fotos de su animal expuestas en su casa y uno de cada cinco lleva una foto de la mascota en su cartera. Los perros en ese país están considerados como los más mimados del mundo; para muestra, el lugar donde duermen: 12 millones lo hacen en la cama de su dueño y ocho millones en una cama especial para perros (no directamente sobre el piso).
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Pese a que el poder adquisitivo de los mexicanos es mucho menor y la cultura respecto a los animales es muy diferente de la de Estados Unidos, cada vez se gasta más dinero en los productos ofrecidos por este sector y se demanda mayor diversidad de servicios caninos.
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Algunos fenómenos impulsan la expansión del negocio, como el aumento demográfico y el crecimiento de la población joven y/o soltera que vive sola y busca un perro como compañía; además, la creciente publicidad y divulgación sobre el sector traen buenos augurios para este mercado que, aunque poco desarrollado aún, quiere conquistar México. Muchos son ya los empresarios que desean hincarle los colmillos.
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