Al cabello se le han conferido atributos casi mágicos, lo que puede apreciarse en la literatura universal, donde se encuentran casos en los que el ser humano parece más inclinado a admirar la belleza del cabello que sus cualidades y ventajas físicas.
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Pero, ¿qué pasa cuando a alguien se le conoce como el “cabeza de rodilla”, “el fraile”, o simplemente le recuerdan “¡mira nada más que ‘entradotas’ tienes!”? Por lo general, el aludido desea revertir el proceso con champús, implantes o ionizaciones. Empero, lo embarazoso que resulta dejar cabellos por todos lados conduce tarde o temprano a la triste realidad: no hay nada que detenga su caída .
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Pero si no hay cura total para quien sufre la calvicie, sí, en cambio, existen tratamientos que fortalecen el cabello y lo hacen crecer. La empresa canadiense Current Technology -Corporation desarrolló, tras ocho años de investigaciones, un tratamiento para evitar la pérdida del cabello y propiciar su crecimiento.
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Su nombre es electroticogénesis (ETG) y se fundamenta en que 90% de las alopecias obedece a factores hormonales; es decir, son alopecias -androgenéticas determinadas por la herencia, que se manifiestan en la mayoría de los casos a los 40 años. La ETG es una acción electrofisiológica que estimula de manera directa, en el folículo del cabello, a un grupo de células sensitivas que responden a niveles específicos de corriente exógena y a un tipo de ondas eléctricas, -provocando el crecimiento.
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Una investigación realizada en 1987 en la Universidad de British Columbia, en Canadá, encontró que en 96.7% de las -personas que recibieron la electroticogénesis se había detenido notablemente la caída del cabello, reportando al mismo tiempo un crecimiento asombroso en cantidad, calidad y rapidez.
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Actualmente, el tratamiento ETG se ofrece en 16 países con resultados -comprobables y respaldados por instituciones médicas de renombre internacional. En México, fue aprobado por la Secretaría de Salud a finales de 1995. La doctora Rosa María Corzo, directora general de ETG en México, asumió desde entonces el reto de reducir el número de calvos mediante una inversión aproximada de $50,000 dólares. Corzo ofrece a sus pacientes toda la información necesaria para que se sientan satisfechos. “Basta un sencillo diagnóstico, 16 semanas y 18 sesiones de 12 minutos cada una para empezar a ver los resultados; el tratamiento (que no cura la calvicie) no incluye la ingestión o aplicación de sustancias químicas; el equipo que administra la electricidad al cuero cabelludo es cómodo y seguro; el paciente no tiene ninguna sensación desagradable; y no provoca efectos secundarios.”
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Aunque el mecanismo de lo que hace la terapia es desconocido, se conjetura que la -estimulación eléctrica en la papila y las células epiteliales abre canales en la membrana de la raíz y en las células del folículo, permitiendo la entrada de iones de calcio que -incrementan la actividad del ADN y la síntesis de proteínas, lo que estimula al folículo durmiente o inactivo llevándolo de nuevo a una fase activa de crecimiento continuo.
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El aparato ETG tiene una intensidad eléctrica de unos 20 microamperes, muy por debajo de los límites superiores de seguridad y no se conecta directamente a la corriente eléctrica; un regulador de celdas secas protege la intensidad cuando hay variaciones de voltaje.
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Debido a la naturaleza del tratamiento, cuyo costo aproximado es de $3,900 pesos, después de las primeras sesiones y de evaluar los resultados, se dan sesiones de mantenimiento cuya periodicidad se estipula de acuerdo con el paciente y el crecimiento particular de su cabello. “Hay cueros cabelludos en los que ya no hay nada por hacer, y en ese caso se lo hacemos saber al cliente”, aclara Corzo.