Tuvieron que pasar cinco años para que el Proyecto Alameda, en la zona céntrica más dañada por el temblor de 1985, comenzara a tomar forma más allá de una maqueta. En el predio que ocupara el legendario Hotel del Prado, se construye ya un hotel de cinco estrellas, con 500 cuartos y un centro de convenciones para 7,000 personas, cuya inversión será superior a los $500 millones de pesos. Con esto comienza la transformación del perímetro Centro-Alameda, un área de 70 manzanas en el centro de la Ciudad de México.
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Según el Fideicomiso Alameda, creado para coordinar los esfuerzos de autoridades, e inversionistas, las obras estarán terminadas en julio del próximo año. Los inversionistas son Grupo Danhos, en algunas obras, y el canadiense Reichmann International que prevé una inversión cercana a los $3,000 millones de pesos. Y como la zona es grande se buscan otros empresarios.
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En la mira está el Grupo Carso, que podría aportar su experiencia en el desarrollo de centros comerciales, como el de Loreto y Peña Pobre, en el sur de la ciudad.
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“Nos hemos acercado a Telmex para plantearles la conveniencia de un desarrollo de gran magnitud, ya que además tiene instalaciones en la zona que pueden reciclarse”, explica Alfredo Gutiérrez y Rivero, director del fideicomiso Alameda.
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La invitación puede ser interesante. Además de apoyos fiscales a los inversionistas, el proyecto ahora ya tiene el visto bueno de vecinos y dueños de inmuebles.
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Con la experiencia del temblor de 1985, al principio de los años 90 se estableció que la zona Centro-Alameda sería de desarrollo controlado. Sin embargo, el primer proyecto se topó con la inconformidad de vecinos, porque tenía una intensidad de uso del suelo mayor. “Estaban hablando de torres de oficinas de 54 pisos frente a la Alameda lo que generaba una contradicción con el perfil del área. En su origen el proyecto fue concebido erróneamente”, reconoce Gutiérrez.
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En 1992, autoridades y colonos firmaron un convenio para la reconstrucción de las primeras ocho manzanas, a partir de la Avenida Juárez hacia el Sur, así como la reubicación de los habitantes de la zona. Pero el convenio no se cumplió.
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Fue hasta 1997 que se planteó un nuevo concepto, con mayor énfasis en el turismo y el repoblamiento del área (existen 3,000 departamentos que pueden ser rehabilitados). El Proyecto Alameda volvió a encender motores y hoy Alfredo Gutiérrez está en busca de inversionistas.
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El proyecto incluye una gama de obras, entre las que destacan un corredor gastronómico, la explotación de la Ciudadela como centro artesanal y del Colegio de las Vizcaínas como punto turístico.