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¡Piense en línea!

Son muchas las diferencias entre los negocios tradicionales y los virtuales. Pero la más importante
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Ya sea que tenga su propia empresa, que quiera establecer una actividad paralela o que desee independizarse, ¡piense en línea! No me refiero aquí a una nueva corriente de pensamiento, en la que las ideas deban ligarse de una cierta forma, ni a posiciones yogui o a fórmulas Zen de respiración para alcanzar una mejor concentración. Se trata simplemente de proyectar su negocio actual (o el nuevo) en términos virtuales, antes incluso que reales.

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Se sabe que detrás de muchas páginas en Internet hay  una inversión mínima –si se las compara con las inversiones tradicionales– y, cuando mucho, existen un par de personas cuidando la llegada de pedidos, respondiendo correos o creando y recreando la fórmula. Por el dinamismo y la extraordinaria posibilidad de interacción que ofrece naturalmente la Web, los negocios virtuales no pueden ser desatendidos.

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Pero las diferencias entre los negocios tradicionales y los virtuales van más allá. En el ciberespacio, el engorroso trabajo de buscar un local para un negocio se reduce a elegir a un proveedor de hospedaje de páginas Web. Según mi propia experiencia, este proveedor debe entender claramente sus propósitos y ser capaz de asesorarlo y ayudarlo a crecer. Si no cuenta con un gran presupuesto inicial, elija un proveedor pequeño pero con experiencia en un ramo similar al suyo. Una muy buena idea es buscar a uno haya atendido a su competencia. Sí, así como lo oye. Quizá parezca extraño, pero en este caso representa una ventaja. Al trabajar con el ex proveedor de su competencia, es muy probable que usted evite cometer algunos de los errores del competidor que se le ha adelantado en establecerse.

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Pero, antes que cualquier otra consideración, necesita tener definido lo siguiente: ¿qué va a vender? Y, no menos importante: ¿cómo atraerá clientes a su sitio?

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Podría dedicar varias páginas a tratar de responder a estas dos interrogantes. Me limitaré a mencionar que su plan de negocios virtual debe reflejar todo esto lo más claro posible. Hay cientos de empresarios quejosos, que se lamentan de no tener visitas a su página electrónica, cuando ni siquiera en su papelería promueven su dirección electrónica. Si cuenta con colaboradores o proveedores muy cercanos, proporcióneles buzones de correo electrónico utilizando su URL (por ejemplo: juan@miempresa.com.mx). Este es otro truco para que el resto del mundo esté enterado de su presencia en Internet, y su costo es marginal.

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Como dato curioso, y utilizando por enésima vez el clásico ejemplo de Amazon.com, considere que esta empresa invierte $27 dólares en promoción por cada hit (visita) que recibe. Bueno, como nadie en México puede darse esos lujos, hay que explorar formas poco costosas para atraer visitantes. Esta es una de esas labores en las que su proveedor debe estar en condiciones de ayudar.

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Un detalle más que no hay que dejar escapar son las horas hábiles en el ciberespacio. En este punto la única fórmula que hay que aprender es esta: 24 x 7 x 365. Para decirlo más claro: no existe el letrero “Cerrado”. Ya me ha sucedido encontrarme con sitios que no toman una orden o no prestan un servicio, porque “¡ya no son horas hábiles!”.

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Eso no significa que usted o algunos de sus empleados tengan que turnarse para velar el sitio. Si utiliza el software adecuado, muchas actividades de respuesta y levantamiento de pedidos son automáticas, dando la impresión a sus clientes de que alguien está a cargo.

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Hay, sin embargo, una actividad que nadie ni nada puede hacer por usted: navegar. Si sus planes son serios con respecto a su negocio electrónico, debe convertirse en un experimentado navegador de páginas Web. Visite todos los sites que se le vengan en mente, pero sobre todo vea y analice lo que está haciendo la competencia, lo que ofrecen los portales más visitados –Yahoo!, Netscape, Excite, Altavista, Starmedia, el propio Amazon.com, etcétera– y de todos ellos tome ideas para su propio sitio. Platíquelas con su proveedor. Por último, “visítese” con frecuencia. Sé de muchos empresarios que ni siquiera saben lo que hay en su página Web. ¡Aunque usted no lo crea!

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