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Productividad <br>Un reto para el consul

¿Es &#34hacer más y mejor&#34 el principal reto de muchas empresas mexicanas? Algunos consultores
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

En una era de creciente competitividad, son un lugar común conceptos como productividad, calidad total, cambio de mentalidad, capacidad, organización... De ahí que en el último lustro una gran cantidad de empresas se haya inclinado por alguno de ellos con el afán de mantenerse vigentes.

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La productividad, junto con todos sus posibles sinónimos, se encuentra en boca de todas las corporaciones de tamaño medio y grande. En este contexto surgen una serie de despachos especializados y consultores independientes que aseguran el éxito para quien se anime a probar sus conocimientos.

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Y tal pareciera que es justo lo que requiere el empresario nacional porque, según Eustaquio Martínez del Río, director de Logos Consultores Internacionales, en México no existe la cultura de la productividad. Prueba de ello —dice— es la pérdida de los ejecutivos por parte de la corporación, la desorganización y la poca planeación estratégica de ésta, entre otros aspectos.

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Martínez del Río recibió el año pasado el Premio al Desarrollo Ejecutivo (Management Development Award 95), distinción que otorga anualmente la -American Society for Training and Development, una asociación con presencia en más de 40 países y que cuenta con alrededor de 58,000 miembros. El consultor obtuvo dicha distinción por su investigación realizada bajo el título “Productividad Ejecutiva en 103 empresas en el periodo septiembre 1992-mayo de 1993, en la ciudad de México. Realidades y soluciones para el ejecutivo mexicano”.

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Las conclusiones que Martínez del Río extrajo a partir de ese estudio, realizado antes de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC), resultan reveladoras de la forma como actuaba la mayoría de las empresas estudiadas: 65% de los ejecutivos mexicanos no cuentan con un procedimiento para tomar decisiones; 45% lleva sus asuntos “en papelitos” y 54% los registra en cuadernos, en los que no es posible clasificar ni jerarquizar la información y que muchas veces se llega a extraviar; los ejecutivos dedican entre 14 y 20% de su tiempo a juntas, muchas de ellas improductivas, y otro 10% a delegar funciones; en tanto que para administración de proyectos ocupan entre 10 y 12%, aunque dependiendo del rango puede llegar a representar hasta 20% de su tiempo.

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Desarrollar organizaciones
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Además de la distinción mencionada, Logos Consultores también ha sido reconocida (y en este sentido es la única firma de este tipo en México) como un -International Resource, es decir, una empresa calificada por la Young Presidents Organization —la asociación de directores de empresa más grande del mundo— para entrenar directores en cualquier parte del planeta.

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Si bien estos logros pueden verse muy bien, ¿qué es lo que tienen esta empresa consultora y su dirigente? Según un documento proporcionado por Martínez del Río, Logos Consultores se “dedica al desarrollo de las organizaciones de distintos sectores empresariales, industrial, público, a nivel nacional e internacional, mediante acciones de capacitación de los recursos humanos y actividades de consultoría aplicada en diversos ámbitos”.

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Su experiencia se enfoca a proyectos relacionados con asesoría en dirección de empresa, administración, desarrollo organizacional, reingeniería de proceso, calidad total, docencia y sistemas de aprendizaje basados en técnicas de neurolingüística, además de que incorporó recientemente dos nuevos servicios: el sistema Logos de productividad ejecutiva y otro de productividad institucional.

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El primero es un método para organizar, planificar, controlar, dirigir, analizar, tomar decisiones y superarse personalmente, mediante el desarrollo de la efectividad en el desempeño de las funciones directivas, gerenciales y ejecutivas. En tanto que el segundo se refiere al diseño e instrumentación de un sistema para incrementar la productividad, el cual permite medir cuantitativamente la contribución de cada persona y área a los objetivos de alta dirección, fortalecer la integración y la colaboración entre los equipos de trabajo y eliminar disfunciones en la estructura organizacional.

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En otras palabras, según el consultor, si se persiguen altos rendimientos de productividad dentro de una institución, los ejecutivos deben abrirse a nuevas metodologías nacidas en México, desarrolladas por mexicanos, y no copiar modelos. Pero más allá de conceptos que pudieran sonar a patrioterismo, la cultura de la productividad, agrega, trasciende al simple “hacer sólo lo que nos corresponde en nuestro propio puesto”.

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El hacer más y mejor consiste, según Martínez del Río, “en entender que en la medida en que yo aporto a la organización, ésta crece y me retribuye mejor. Es decir, un cambio de mentalidad no sólo en los colaboradores, sino también en los directivos. La máxima productividad se alcanza cuando uno sabe exactamente quién es, como persona o empresa, quién puede ser y además sabe definir el camino para lograrlo”.

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Antes que la empresa, el individuo
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La riqueza, dice el experto, se encuentra en la persona. En tal sentido, al poner en práctica el desarrollo de sus conocimientos, ésta contempla de forma especial el desarrollo humano y el institucional o empresarial. Es decir, “se puede tener la mejor tecnología, pero si el personal no está motivado y bien remunerado, de nada sirve la inversión; se puede tener un personal altamente motivado, pero si no se cuenta con la tecnología para que éste genere resultados, tampoco sirve”.

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Insiste en que los directivos nacionales tienen un concepto muy pobre sobre qué es lo que deben ser y hacer. La gran paradoja del desarrollo empresarial, luego, es la falta de capacidad para ser líderes, más allá del cargo —o propiedad— que muchos tengan en su empresa.

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Al referirse al mercado de consultores en México (es decir, su competencia), Martínez del Río advierte que a pesar de la existencia de innumerables compañías pequeñas y algunas grandes de tipo multinacional, éste se encuentra pulverizado desde hace pocos años, cuando cerca de la mitad de las empresas consultoras y de capacitación quebraron a causa del impacto que tuvo la recesión en las empresas que solían ser su clientela.

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Finalmente, considera que a pesar de que es real la atomización del mercado de consultores, las carencias o insuficiencias de algunos directivos puede motivar a que estos se abran a nuevos conceptos de desarrollo. Por todo ello, asegura que la acogida que tendrá la consultoría en general alcanzará dimensiones que podrían catalogarse de -boom en los próximos cinco años.

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