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Remuneraciones ejecutivas. El abismo del

Durante 1995, el sueldo del director de una empresa ha sido sólo 56.5% de lo que percibió en 1994.
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

¿Cómo ha impactado la adversidad económica a los ejecutivos que laboran en México? ¿Cuál es hoy el nivel de sus sueldos? ¿Cuánto se han deteriorado?

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Para conocer estos y otros aspecto concernientes a las remuneraciones ejecutivas, el área de encuestas de EXPANSIÓN realizó dos sondeos. En el primero, que se realiza anualmente para conocer la estructura de sueldos y prestaciones en el mercado, así como las políticas adoptadas por las empresas durante el año y las previsiones para el próximo año, se consultó a las áreas de recursos humanos de 117 empresas. En el segundo se consultó a 207 ejecutivos de todo el país acerca de su situación personal ante la crisis y otros aspectos de interés.

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Un país de sueldos deteriorados. El efecto combinado de la devaluación y la inflación ha impactado negativamente las remuneraciones de la mayoría de lo ejecutivos. Para muestra, basta un botón hoy el sueldo mensual promedio en nómina de un director de empresa con ventas anuales de más de N$500 millones de nuevos pesos, asciende a $11,758.6 dólares (considerando el tipo de cambio -N$7.25 nuevos pesos por dólar- vigente al 1º de noviembre de 1995), mientras que en noviembre de 1994 su ingreso ascendía a $20,818 dólares. Esto significa que hoy el sueldo de estos directores medido en dólares, equivale a 56.48% de lo que percibían un año atrás, con todo y el incremento de sueldos que obtuvieron durante el año.

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¿De cuánto fue el incremento? De acuerdo con los resultados obtenidos, 82% de las compañías incrementaron los emolumentos de todos o algunos de sus directivos durante 1995. Los aumentos fueron en porcentajes diferentes, de acuerdo con el nivel de mando. (En las notas metodológicas de la página 72 se describen las características de la muestra).

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El porcentaje de incremento de sueldo para los directores generales fue de 17% (promedio ponderado), de 15.2% para los ejecutivos de segundo nivel y de 14.2% para los de tercero y cuarto nivel.

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Estos porcentajes de incremento no resarcen la pérdida del poder adquisitivo de los sueldos de los altos directivos. Si se considera un incremento de sueldos de 17% durante el año y una inflación acumulada a diciembre de 1995 de 51%, según estimaciones del boletín -Tendencias Económicas y Financieras del Grupo Editorial Expansión, entonces la pérdida del poder adquisitivo de los sueldos será de 39.2%.

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Los ejecutivos se aprietan el cinturón. Ante la inminente contracción real de los sueldos, la respuesta de los ejecutivos fue diversa, aunque con una dirección similar: reducir su gasto. De acuerdo con los resultados de la encuesta realizada entre 207 ejecutivos, 71% redujo o suspendió el presupuesto de vacaciones; 61% disminuyó la frecuencia de sus viajes turísticos; 21% disminuyó la categoría de los hoteles en los que habitualmente se hospeda; 65% disminuyó las comidas en restoranes y 57% las comidas de negocios, mientras que 54% optó por no cambiar de automóvil (los porcentajes no suman 100 porque la pregunta fue de opción múltiple).

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En otro renglón, 84% de los consultados disminuyó su capacidad de ahorro y 46% resintió la reducción de su patrimonio. El renglón menos afectado fue el presupuesto para la educación de los hijos (17%).

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Y es que, aunado a la reducción del poder real de compra de sus sueldos, algunos ejecutivos tuvieron que hacer frente al incremento de sus gastos financieros: pago de tarjetas de crédito, pago del crédito para el automóvil o pago de la hipoteca de la casa.

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Deben, no niegan; pagan, no tienen. Si se observa la situación financiera de los altos directivos consultados desde el ángulo del endeudamiento, se puede concluir que para algunos el presente y el futuro son poco halagüeños.

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El nivel de endeudamiento de los altos directivos es variable. Para 51% de los consultados, sus pasivos -sin considerar el pago de hipotecas- representan menos de 10% de su ingreso anual; para 24% su nivel de endeudamiento representa entre 11% y 20% de su ingreso en un año. Sin embargo, para 25% de los ejecutivos consultados la situación es más comprometedora, pues sus deudas representan 45%, en promedio, de su ingreso anual.

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Al parecer, en cuestión de remuneraciones ejecutivas todo tiempo pasado fue mejor. Si se compara el nivel de ingresos con la composición del gasto de los altos directivos, en términos generales el nivel de vida de los ejecutivos se ha deteriorado. Esto lo denota la percepción que los mismos tienen al hacer su balance financiero.

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De acuerdo con los resultados de la encuesta, 42% de los consultados consideró que el año pasado su situación financiera era confortable; hoy sólo 15% lo considera así. En contraste, 7%, opino que el año pasado su situación financiera era precaria, mientras que hoy lo es para 39%.

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Pero no sólo el gasto corriente de los ejecutivos se ha deteriorado, también su situación patrimonial se ha visto comprometida. Mientras que 44% de los altos directivos consideró que el año pasado su situación patrimonial fue confortable, hoy sólo 24% puede disfrutar de esa comodidad o seguridad que brinda el poseer bienes que disfrutar ahora y heredar después. Encontraste, mientras que 6% consideró que su fortuna era precaria el año pasado, hoy lo considera así 32% de los consultados.

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¿Subirán los sueldos en 1996? Dadas las circunstancias de incertidumbre frente a la situación económica del país, no todas las empresas consultadas han tomado decisiones en tomo al incremento de los emolumentos de sus ejecutivos para 1996. Y aunque la necesidad de incremento es patente, muchas de las empresas aún mantienen reserva, en es­pera de mejores signos en la economía mexicana y, por supuesto, de los -resultados de sus negocios.

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Del total de empresas participantes, 47% tiene previsto incrementar los sueldos de sus directores generales 16.6% (promedio ponderado), el resto de las empresas aún no decide al respecto. Para los ejecutivos de segundo y tercer nivel el aumento previsto por 5 1 % de las -compañías será de 15.5% y 14.8%, respectivamente; mientras que para los ejecutivos de cuarto nivel, 47% de las empresas tiene previsto incrementar 14.7% -en promedio sus emolumentos.

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Es evidente que los incrementos previstos por las empresas no compensan siquiera el deterioro que experimentaron los mismos durante 1995, menos aún compensarán el nivel de inflación pre­visto para 1996 que, según proyecciones oficiales, será de 20.6%.

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Para que los sueldos compensen el deterioro inflacionario de 1996, deben incrementarse cuando menos en la -misma proporción que la tasa de inflación. Sin embargo, el horno no está para bollos.

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Según puede desprenderse de estas estimaciones, la retracción de los sueldos de los ejecutivos es un hecho y se necesitarán algunos años para que los ejecutivos recuperen el nivel de vida que disfrutaban antes del "error de diciembre".

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Los criterios utilizados por las empresas para administrar las compensaciones de su cuerpo directivo prácticamente no han variado. En primer término, la mayoría de las empresas (84%) evalúa el desempeño individual del ejecutivo; 69% manifestó incluir entre sus criterios el mantener los sueldos al nivel del mercado; 33% utiliza el criterio de la antigüedad y 23% opta por mantener los sueldos a la vanguardia del mercado. Finalmente, 49% manifestó incluir entre sus criterios el compensar el deterioro inflacionario de los sueldos. Es evidente que estas empresas lo lograrán sólo parcialmente (los porcentajes no suman 100 por ser pregunta de opción múltiple).

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Las prestaciones más frecuentes. Sin duda, los esquemas de remuneración adoptados por las empresas son muy variados. Existen compañías que basan la remuneración de sus ejecutivos principalmente en el sueldo nominal (independientemente de que éste sea alto o bajo) y -hay otras empresas que dan preeminencia a las prestaciones. Esto se pone de manifiesto al observar los resultados de la encuesta.

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La gama de combinaciones entre sueldo nominal y prestaciones es muy amplia y va desde ejecutivos cuyo ingreso anual proviene en su totalidad del sueldo mensual y prestaciones de ley, a ejecutivos cuyo ingreso proviene fundamentalmente de las prestaciones.

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A manera de ejemplo puede citarse el caso del bono ejecutivo. Esta es una prestación que puede llegar a representar más de 50% del ingreso anual del ejecutivo. Sin embargo, el bono es una prestación que en momentos difíciles para la empresa, puede ser removido, como ocurrió este año en algunas de las compañías consultadas.

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Otro ejemplo, el aguinaldo y la prima de vacaciones superiores a lo que marca la ley; éstos pueden llegar a representar hasta 20% de la remuneración anual de algunos ejecutivos. Estas prestaciones, a diferencia del bono, son más estables, pues generalmente son prestaciones contractuales.

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Existen otras prestaciones que pueden representar una porción relevante del ingreso de los ejecutivos o bien pueden significar ahorros sustanciales, o sencillamente elevar el estatus de quienes las perciben. Sin embargo, sin perjuicio del esquema de remuneración adoptado por las empresas, un aspecto crucial es que sea acorde con las responsabilidades de los directivos y sea equitativo al interior de la empresa.

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Sin atender a la importancia económica que tienen para el ejecutivo, a continuación se enlistan las prestaciones que otorgan las empresas a sus directivos con mayor frecuencia:

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  • La asignación de automóvil o compensación por él es la prestación otorgada con mayor asiduidad por las compañías consultadas;
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  • Aguinaldo superior al legal;
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  • Seguro de vida;
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  • Días no laborables superiores a los festivos que marca la ley;
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  • Prima de vacaciones superiores a las de ley;
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  • Fondo de ahorro;
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  • Bono ejecutivo anual;
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  • Plan de gastos médicos mayores;
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  • Subsidio de incapacidad complementario al del IMSS;
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  • Préstamos de la empresa;
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  • Ayuda para despensa;
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  • Vacaciones superiores a las de ley;
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  • Plan de previsión social;
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  • Club de golf, deportivo o de tenis;
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  • Gastos del automóvil pagados por la empresa;
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  • Chofer;
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  • Examen médico o check up
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  • Servicio de comedor.
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La lealtad ejecutiva. Aunque el monto de los emolumentos es importante, resulta quizá más importante que la administración de sueldos y prestaciones sea sólida, coherente y objetiva.

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Sin duda las empresas que cuidan que los sueldos y prestaciones que otorgan a su alto mando se mantenga al nivel del mercado considerando, desde luego, su capacidad financiera, así como la equidad interna y la objetividad con que administran las remuneraciones, son las empresas en las que los ejecutivos darán lo mejor de sí.

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A pesar de que durante 1995 ha aumentado el desempleo, incluso a nivel ejecutivo, algunas empresas han persistido en una política de sueldos coherente, otras, con una visión de corto plazo, han dejado ir a sus mejores cuadros de dirección o bien han adoptado decisiones que no necesariamente benefician el ambiente interno de trabajo.

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De la consulta realizada entre los 207 ejecutivos es importante destacar dos aspectos: del total de consultados sólo para 22% fue satisfactorio el porcentaje de incremento de sus sueldos. Con respecto a la asignación de bono menos de la mitad (42%) está satisfecho con su forma de hacerlo. Los que muestran desacuerdo argumentan diversas razones: que no existe una evaluación formal; no se maneja de manera institucional; es subjetiva su determinación; es arbitraria e injusta; porque no se reconoce el desempeño y resultados; no es claro el criterio; no toma en cuenta la responsabilidad que supone el puesto y porque no compensa las mejoras en proceso y logros ante la crisis, es decir mejores resultados ante un mayor grado de dificultad y menos recursos.

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Quizá por este tipo de incongruencias 58% de los consultados estaría dispuesto sacrificar las ventajas de su puesto actual por una propuesta mejor remunerada.

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No obstante que la situación económica del país aún no muestra signos claros de mejoría, 50% de los consultados se dice optimista acerca de su situación financiera (incluso 5% se siente muy optimista). Por su parte, 39% experimenta incertidumbre cuando piensa en su futuro financiero; el restante 6% de plano se instala en el pesimismo. ¿En dónde se ubica el lector?

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Elaborado por el Departamento de Investigación y Desarrollo del Grupo Editorial Expansión. La coordinación y análisis estuvo a cargo de -Briseida Lavielle. A partir del mes de diciembre estará a la venta la versión detallada de este informe. Interesados, comunicarse al teléfono 207 20 66 (Atención a clientes).

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