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Se acercan tiempos malos

Las ineficientes políticas liberales empeorarán el panorama en los próximos 20 años en Estados U
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

La historia mundial avanza en patrones impredecibles. A mediados del siglo XIX, el Imperio Británico Victoriano parecía predestinado a durar para siempre. Pero para 1900 comenzó a quedar claro que Estados Unidos se convertiría en el nuevo líder global dominante. De 1914 a 1980 –con breves excepciones durante la Gran Depresión de 1929 a 1933– Estados Unidos disfrutó de crónicos superávits comerciales. Año tras año nos convertimos en una nación crecientemente prestamista.

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Nada de esto fue predicho por Karl Marx, el sombrío Oswald Spengler o el imaginativo Joseph Schumpeter. Ni siquiera el gran Maynard Keynes había comprendido cuán productiva sería la economía mixta en las décadas Roosevelt-Kennedy de 1933 a 1980. Mientras América experimentaba un crecimiento récord, Europa Occidental y las regiones asiáticas del borde del Pacífico se acercaban para imitar nuestras innovadoras tecnologías. Una situación ganar-ganar: bueno para ellas y bueno para nosotros. La musa de la historia, sin embargo, tiene un sentido del humor de poco fiar. Los votantes en una democracia pueden, y logran, cambiar de opinión. La atractiva personalidad de la estrella de cine Ronald Reagan le ganó el dominio político para él y su Partido Republicano. Comenzó el desmantelamiento del Estado de la beneficencia y, con la excepción de los años de Bill Clinton 1995-2000, continúa acelerando mientras las memorias de la Gran Depresión y el éxito del Estado de la beneficencia de alto empleo durante el Nuevo Convenio se desvanecen en la historia.

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Durante un cuarto de siglo, ni los expertos de Wall Street o los de Zurich han comprendido que la economía vudú post-Reagan –en las claras palabras de George Bush padre– está condenando la futura estabilidad de la economía de Estados Unidos y condenado así los aterrizajes suaves y tranquilos para la economía global. El desequilibrio comercial exterior de Estados Unidos rompe todos los récords. No hay a la vista para los años 2005-2015 evidencia racional de que el dólar vaya a recuperarse con fuerza.

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La geopolítica –ya en Afganistán e Irak– amenaza en la era actual de proliferación de armas nucleares con evitar los recursos fiscales estadounidenses necesarios para honrar los sagrados convenios de la Seguridad Social. Para 2020, cuando la generación de la bonanza se retire masivamente y no sea seguida por el radio usual de trabajadores en edad promedio, deberá seguir un agudo pico en la incomodidad del retiro por edad avanzada. El reciente crecimiento en la des-igualdad entre ricos y pobres acelerará.

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Las malas políticas liberales empeorarán el panorama 2005-20025. Sin embargo, no todos nuestros problemas económicos se remontan a las políticas macroeconómicas equivocadas que favorecen a aquellos de nosotros que ya somos pudientes.

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1. Los votantes deben culparse a sí mismos cuando en Estados Unidos se convirtieron en inadecuados ahorradores y malignos gastadores.

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2. Además, la inevitable extensión de los conocimientos del mundo avanzado hacia los trabajadores educables, pero de bajos salarios, obliga a que parte del milagroso crecimiento en la productividad en el extranjero deteriore la ventaja histórica de los trabajadores estadounidenses en salarios reales.

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¿Puede un retroceso del libre comercio globalizado proteger el grado al que la gente en Estados Unidos excede la riqueza per cápita promedio a la creciente tendencia de los salarios en las economías con desarrollo exitoso en Asia y Europa? No. En mi lectura tanto de la historia económica como de la mejor economía estadística moderna, una cruda limitación a las importaciones hará –en todas partes– que se logre un capitalismo amiguista, ineficiente y estancado.

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Mayo 6 de 2005 ©.
Distribuido por Tribune Media Services International.

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