En 2003 José Muro sufrió dos desgracias: perdió su empleo de técnico pecuario en una granja de borregos, y un diagnóstico médico le impidió consumir su alimento favorito: la tortilla. Más preocupado por seguir comiendo tortilla que por su situación económica, desempolvó una receta que sus abuelos preparaban hace más de 100 años. Tras varios intentos, modificó la fórmula y le dio su toque personal: prepararlas sólo con materia prima orgánica.
- Así nació la tortilla mestiza –una mezcla de maíz, germinado de trigo y nopal, que proporciona más proteínas, aminoácidos, fibra y 100 calorías menos que sus antecesoras–, que está en vías de conquistar el mercado europeo.
- La receta de los abuelos dio origen a la Sociedad de Producción Rural Hacienda el Zarco, que ahora comercializa la marca de tortillas Alamesa Mestizas. Con la idea de producir tortilla mestiza a gran escala, Muro invirtió $800,000 pesos, de los cuales $130,000 fueron financiados por el Programa Alianza para el Campo.
- Hoy su producto se vende en abarrotes y centros naturistas de Jalisco, pero ya recibió una oferta para proveer a la cadena Sam’s en todo el país. “Sólo me pidieron que cambiara la bolsa por un empacado al vacío”. También la Cámara de Comercio de Colonia, Alemania, está interesada en llevarla a ese país.
- “Al principio vendía como 40 paquetitos a la semana (de 420 gramos, a un precio de $14 pesos cada uno) ahora ya ando por los 220”, relata Muro.
- Por el momento, Muro no ha recuperado su inversión, pero está en trámites para comprar una máquina para producir 900 kilos diarios en lugar de los 120 actuales. El próximo año, a través de un programa regional para exportar productos de nopal, empezará a exportar sus tortillas a Europa y Estados Unidos, donde por su naturaleza orgánica y baja en calorías espera tener éxito. Además, piensa desarrollar nuevos derivados de la tortilla mestiza como totopos y tostadas.