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Tras la devaluación, vigilar

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

No se puede ofrecer una fórmula exacta para prever el brincoteo entre renta fija, dólares, acciones y metales de las inversiones financieras. No existen campanitas que suenen cuando uno compra la acción adecuada; y no importa cuánto se conozca de la empresa, pues nunca se podrá estar seguro de obtener ganancias. No obstante, el tener información sobre ciertos factores que influyen para que una compañía o un banco sean productivos o no, hace que las probabilidades puedan mejorar.

- A los mercados financieros hay que verlos en lo individual, y aprovechar sus oportunidades. Muchos se dejan llevar por los resultados históricos, antes que buscar acciones con potencial. En este sentido, luego de la devaluación del peso, en este momento es importante buscar oportunidades, sea en inversiones de renta fija o en acciones.

- Cierto, la devaluación de una moneda provoca inquietud entre los inversionistas y, en un principio, la forma más segura de proteger el patrimonio apunta hacia la inversión en monedas extranjeras. Pero este comportamiento -que tiende a repetirse en cadena en un gran número de inversionistas y ahorradores- propicia que el tipo de cambio experimente importantes fluctuaciones, elevándose de manera importante la paridad, lo que provoca pérdidas reales en la mayoría de los casos.

- La inversión atractiva
Como asesor financiero desde hace casi 12 años, por experiencia personal estoy convencido que, a pesar de que los recientes acontecimientos digan lo contrario, invertir en acciones resulta muy atractivo.

- A mediados de enero, me encontré con un folleto del Grupo Financiero Banamex-Accival, titulado Cómo ganar después de la devaluación, que presenta interesantes apreciaciones sobre la situación por la que atraviesa el mercado accionario. De acuerdo con este documento, el ambiente de pesimismo que se percibe entre los inversionistas después de una devaluación tiende a exagerar los efectos desfavorables que ésta tiene en el comportamiento futuro de las empresas, llevando a éstas a niveles irracionales de subvaluación.

- Sin embargo, debe considerarse que las empresas tienen activos productivos que les permitirán generar tanto los flujos de efectivo necesarios para cubrir las pérdidas cambiarias incurridas, como utilidades futuras que incrementen el patrimonio de sus accionistas. Este es un fenómeno que puede comprobarse con la observación sistemática de los precios de las acciones cotizadas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que tienden a revaluarse considerablemente, aún después de devaluaciones traumáticas como la de 1982.

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- Los especialistas destacan que de 1976 a enero del presente año la inversión en acciones presentó un rendimiento del 3,112% -incluyendo devaluaciones en términos de dólares, tasa muy superior a la que brindaron los instrumentos de renta fija en dólares, durante ese mismo periodo (677%). Y enfatizan que tan extraordinario comportamiento del mercado es válido en todos y cada uno de los periodos de crisis vividas. Sistemáticamente, la BMV muestra un rendimiento más alto y el único que ha permitido incrementar el patrimonio.

- Los ajustes, al corto plazo
Si bien las devaluaciones implican ajustes importantes en el corto plazo -que modifican de manera radical las perspectivas tanto de crecimiento de la economía en general, como de las utilidades de las empresas en el corto plazo-, también provocan caídas significativas en los precios de las acciones. Cuando los inversionistas reaccionan con pánico, provocan ajustes mayores a los experimentados por el sector real de la economía. Aprovechando el ajuste irracional del mercado, después de una devaluación hay atractivas condiciones, que permiten recuperar o incrementar las inversiones.

- Debe mencionarse que los ajustes indican que el mercado castiga de manera eficiente a los sectores que se verán desfavorecidos en el corto plazo por la devaluación, y premia a aquellos que serán favorecidos.

- El folleto destaca que una devaluación beneficia a las empresas orientadas hacia la exportación, pues sufrirán menos los costos del programa de ajuste. De la misma manera, si la empresa goza de una sólida posición financiera y no tiene pasivos en moneda extranjera, los beneficios son mayores.

- Por contraste, aquellas empresas cuya producción se orienta al mercado nacional y cuentan con elevados pasivos en moneda extranjera sufrirán mayormente los impactos de una devaluación.

- Sin embargo, deben vigilarse los ajustes en los precios de cada una de las empresas, pues a veces los cambios podrían ser excesivos y afín las empresas que se ubican en sectores desfavorecidos podrían ser una atractiva inversión.

- El autor es director de Asesoría Patrimonial en Operadora de Bolsa Serfín, SA de CV.

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