El gobierno utiliza hasta el último minuto del sexenio para cerrar nuevos acuerdos comerciales. Y si el viento sopla a su favor, este año podrían entrar en vigor el tratado con la Unión Europea, el quinto Acuerdo de Complementación Económica con Uruguay, el que se negocia con el llamado Triángulo del Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) y el que está en proceso con Israel.
- Por lo pronto, una parte del séquito de negociadores de la Secretaría de Comercio está ocupada en concluir las pláticas para liberar el comercio con los tres países centroamericanos. A principios de enero se acordó la apertura de 90% del comercio entre los cuatro países, así como las reglas de origen.
- “La desgravación de los productos más sensibles no ha podido ser acordada”, explica Eduardo Solís, jefe de Negociaciones Comerciales con América Latina, quien confía en que pronto se cierre la negociación. En la indefinición se encuentran artículos centroamericanos como embutidos, pastas, panadería, acero, autopartes, vehículos pesados, así como cerveza, para los que se piden plazos especiales o incluso excluirlos del acuerdo.
- En reconocimiento a las asimetrías, México abrirá su mercado a los productos de Guatemala, Honduras y El Salvador en un plazo de nueve años, mientras que estos países se abrirán a las exportaciones mexicanas en 11 años.
- El sector manufacturero mexicano tendrá oportunidades en las ramas química, fotográfica, metalmecánica, informática y electrónica; el sector agroindustrial podrá competir con pastas, conservas, sopas, tequila y mezcal. Y no se descarta la introducción de productos agrícolas.
- “Dados los volúmenes que ellos importan ($15,000 millones de dólares) tenemos una gran posibilidad de aumentar nuestro comercio”, indica Solís. México tendrá acceso a un mercado de 30 millones de habitantes, si se suma la población de Costa Rica y Nicaragua, con los que ya existe un tratado comercial.