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Un regio debate <br>Garantías vs crédi

Como siempre, los afectados son los micro, pequeños y medianos empresarios, que no sólo se enfrent
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Francisco González, presidente del Centro Bancario de -Monterrey, reconoce que la banca se apanicó con la recesión y ahora se niega a otorgar créditos a los micro, pequeños y medianos empresarios que no tienen garantías para amparar el pago del financiamiento. Los clientes hablan de injusticia, abandono y falta de solidaridad; los banqueros se defienden argumentando un problema estructural, pues cada nuevo crédito debe ser respaldado por un porcentaje de reservas. “¿Cómo vamos a reactivar a las empresas si para prestarles más, nos va a costar?”, cuestiona el también director general de Banorte. “Cada trimestre que hacemos el cálculo de las reservas es de pánico.”

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Las 19 instituciones bancarias del estado participan con 10% de la intermediación financiera y los créditos del país. Fue precisamente aquí donde arrancó el 7 de mayo el primer Programa de Garantías y de Capital de Riesgo Nafin-Banca Comercial para apoyar a los micro y pequeños empresarios que están atrasados en el pago de sus créditos. El propósito es capitalizar a compañías viables, preferentemente las generadoras de empleos y las exportadoras. El primer contrato de capitalización de pasivos se firmó por $30 millones de pesos para rescatar a Iga, empresa mediana que produce juguetes y que, a pesar de tener ventas aseguradas, hubiese tenido que cerrar en el corto plazo por la falta de capital de trabajo e incapacidad para contratar nuevos créditos. En este caso, los recursos fueron otorgados por Banorte, pero en el programa también intervienen Bancomer, Serfin, Confía, Banregio y Banca Afirme, que atienden las solicitudes a través de una unidad de gestoría del Centro Bancario.

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Otra estrategia es el Fondo de Inversión y Reinversión para la Creación y Consolidación de Empresas Productivas en el Estado de Nuevo León (Firce), que opera desde hace ocho meses. Con un capital inicial de $30 millones de pesos, en este fondo participan el Centro Bancario de Monterrey y la Secretaría de Desarrollo Social, en apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas con tasas subsidiadas al 50% del Costo Porcentual Promedio (CPP). La mitad de los recursos está destinada a Monterrey y el resto es para empresas del área rural. Hasta la fecha han sido atendidos 519 casos, con una colocación de créditos por $21.7 millones de pesos. González explica que también han propuesto a la Secretaría de Desarrollo Económico del estado y a la Cámara de la Industria de la Transformación que las empresas -exportadoras se solidaricen con sus proveedores nacionales para que éstos sean considerados sujetos de crédito, pero hasta ahora el sector privado no ha aceptado la fórmula de garantizar el pago de créditos mediante el compromiso del pago de facturas. Agrega que si parte de la salida de la crisis es la exportación, el gobierno debería lanzar un programa de dólar subsidiado como se hizo en Chile.

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Los últimos de la fila
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Quienes están todavía en la incertidumbre son los productores agropecuarios, que representan menos de 3% de la cartera total de los bancos locales. En este sector el monto de los créditos en riesgo es menor, pero la problemática es más aguda porque una actividad importante, como la ganadería, está siendo afectada por la peor sequía de los últimos 40 años, acompañada del -desplome de los precios internacionales y un aumento en los insumos. Miembros del Centro Bancario han tenido reuniones con representantes de la Unión Ganadera Regional, del Consejo Estatal -Agropecuario y de otras asociaciones de productores pero, “en términos generales —dice el funcionario—, la actitud de la banca local ha tenido que ser de espera, hasta que la reestructura sea un hecho posible”.

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Los productores del campo están ansiosos aguardando buenas noticias con el anuncio del Programa ADE III (Alianza para Impulsar la Actividad -Agropecuaria). Según publicó recientemente el columnista Alberto Barranco, esta medida contempla quitas de intereses equivalentes a 40%, pero “la gran pregunta es si la oferta lograría el milagro de asegurar el pago de los abonos a quienes en este momento carecen de capital de trabajo”. También señala que en este caso es difícil pensar que el beneficio tenga como destinatarios a los deudores en regla, dado que sólo representan 3% de la cartera agropecuaria del país.

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González afirma que la institución que preside ha mantenido una actitud de intermediación y gestoría que ha contribuido a reestructurar cientos de créditos de todo tipo: hipotecarios, tarjetas de -crédito, empresariales, personales. Han mantenido contacto con las cámaras -empresariales y con todos los movimientos organizados de deudores, como El -Barzón y la Coordinadora de Familias en Moratoria. Incluso acudió al Centro Bancario el cardenal Adolfo Suárez Rivera y su Consejo de Pastoral Social en busca de una salida justa para quienes quieren pagar pero no pueden debido a las altas tasas de interés. “Lo que hemos hecho es facilitar el diálogo de estos deudores con los bancos y buscar las soluciones que sean posibles. Por eso en Nuevo León no ha habido cierre de sucursales ni manifestaciones violentas”. Reconoce que en algunos casos los problemas pequeños se han hecho grandes porque los bancos envían los requerimientos judiciales “en automático”, sin hacer un análisis individual de la situación de cada cliente.

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A pesar de que la inflación rebasó los beneficios del esquema de Unidades de Inversión (Udis), está convencido de que se trata de “la mejor ingeniería financiera para una economía en proceso de normalización. Cuando ésta sea estable, su utilización ya no tendrá sentido, tanto para ahorradores como deudores”. Sin embargo, el éxito de la medida también depende del acercamiento que se dé entre clientes y banqueros, y es ahí donde se presentan algunos problemas, porque “no se puede negar que el deterioro de la confianza en la banca proviene del deterioro general del país”. González afirma que esa confianza sólo retornará cuando la gente vuelva a creer en México y cuando los banqueros se retiren por completo de las finanzas especulativas para concretarse a su verdadera y única función, que es la intermediación financiera para generar productividad de bienes y servicios.

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