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Una captura difícil

El gobierno confía que ahora sí venderá a Ocean Garden. ¿Pescará inversores esta vez?
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

Todo parece estar listo. Después de 13 años de idas y vueltas, de escándalos y cambio de manos dentro del propio gobierno, Ocean Garden Products, la única empresa paraestatal mexicana con sede en  Estados Unidos, está preparada para su licitación.

- Ocean Garden es la firma que concentra, vende y distribuye, desde San Diego, 70% del camarón que se produce en México. Con casi medio siglo de vida, esta empresa siempre ha operado como un apoyo gubernamental para que el productor mexicano exporte su camarón a Estados Unidos en las mejores condiciones, incluso financiando a productores del llamado “oro rosado”, a tasas preferenciales.

- Aunque es una empresa estatal mexicana, funciona como una corporación californiana. Y si este dato ya es curioso, sorprende aún más que esta compañía tenga como principal y casi único activo, su prestigio.

- “Lo que más vale de la empresa es la marca”, dice Rafael Ruiz Moreno, director de Grupo del Rey, una productora de camarón ubicada en Tampico, Tamaulipas, considerada como una de las más importantes recolectoras de camarón de alta mar en el Golfo de México.

- Desde que Ocean Garden vendió su planta de empaques en Nayarit, hace un par de años, la paraestatal se ha deshecho de su red de distribución. Ahora renta todo, desde las bodegas de almacenamiento hasta las oficinas de representación que tiene en ciudades como Georgia, Nueva Jersey y Washington.

- La firma facturó en 2004 unos $300 millones de dólares, de los cuales se queda con una comisión de 7.5%, como utilidad bruta, unos $22.5 millones de dólares en dicho año.

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- La compañía fue creada en 1957 por las cooperativas productoras del marisco, para funcionar como su brazo logístico y comercial en Estados Unidos. A partir de 1992 –a causa de los déficits y desvalorizaciones– comenzó a barajarse la posibilidad de venderla. En abril de 1996, la paraestatal, que giraba entonces bajo la órbita de la Secretaría de Hacienda, fue vendida en $70 millones de dólares a Bancomext, como una manera de darle un mayor impulso exportador y de tratar de sanear sus cuentas. Según algunos ex funcionarios, desde aquella fecha el banco tenía el mandato de venderla.

- A partir de entonces, en por lo menos seis oportunidades se ha anunciado su privatización. “Pero esta vez sí va a salir”, confía Antonio Díaz, actual presidente de Ocean Garden. “En febrero se aprobó su venta y este año se termina la operación”, afirma. Al cierre de la edición, a principios de este mes, se planeaba abrir este proceso en la tercera semana de abril.

- Pero se avecina un toma y daca. Para algunos empresarios del sector con interés explícito en adquirir la compañía, Ocean Garden tiene un valor de mercado de unos $30 millones de dólares; parece que el gobierno se ha impuesto un piso que supera esta cantidad. “Una de las razones por la que no se había vendido es porque nunca se consiguió llegar a aquella cifra que había pagado Bancomext en su momento”, afirma Hugo Camou, presidente del Consejo Mexicano del Camarón, refiriéndose a los $70 millones de dólares que pagó el banco de desarrollo.

- En venta
La figura de Díaz, presidente de la camaronera, ha sido fundamental en este proceso de privatización. Hace tres años, Antonio Díaz llegó a la compañía nombrado por el entonces subsecretario de Hacienda, Agustín Cartens. La función de este ex ejecutivo de Banco Santander consistió en sanear la cartera vencida de Ocean Garden a manos de productores de camarón, inyectarle la misma mercadotecnia y gestión que cualquier empresa privada y aumentar en 40% su volumen de ventas. Con esta reestructuración, la firma regresa a la “vitrina” para ser exhibida ante posibles inversionistas. “Me pidieron un análisis de cómo podría el gobierno sacar a flote a la empresa, y cuando entregué el diagnóstico me pidieron que fuera yo el que lo llevara adelante”, comenta Díaz.

- El perfil del ejecutivo es netamente financiero. Entre 1982 y 1992 fue funcionario de Bancomext, en donde tuvo a su cargo las líneas de créditos blandos que otorgaban el gobierno mexicano y el español para promover importaciones y exportaciones entre ambos países. Luego se trasladó al ámbito privado como ejecutivo de Banco Santander, con funciones financieras en México, Buenos Aires y Nueva York.

- “El primer gran cambio (en Ocean Garden) fue modificar la misión de la empresa, dejar de ser una firma enfocada al productor para convertirse en una organización enfocada al mercado”, explica. “La idea es ser más que representantes: ser el mejor proveedor de pescados y mariscos en el mercado americano”.

- Con este toque mercantilista se puso proa a recapitalizar el principal activo de la empresa: su marca. Para ello, se ayudó a crear el Consejo Mexicano del Camarón, una asociación donde participan los productores y que, con una inversión de $2 millones de dólares anuales, se encarga de posicionar en el mercado americano al camarón mexicano como el mejor del mundo. Se creó un sello de “calidad mexicana” y se cambió, después de 30 años, el empaque de los productos.

- A juzgar por la imagen que tiene el camarón mexicano entre los chefs de Estados Unidos, la estrategia ha dado buenos resultados. “Ocean Garden es sinónimo de buena calidad. Sus camarones son los mejores”, afirma Karl Turner, presidente y chef de A la Carte Specialty Food, una empresa de productos gourmet para restaurantes en EU. “Para los restaurantes de nivel, el referente de camarón es Ocean Garden”.

- Otro paso fundamental fue la reestructuración de su cartera de crédito. Ocean Garden funcionaba como una banca para muchos productores que pedían adelantos en dinero por las partidas de producto que entregarían. “Eran siempre (créditos) a fondo perdido”, recuerda Camou. Las deudas (cercanas a los $20 millones de dólares) fueron saneadas con patrocinio de FIRA, un fideicomiso gubernamental que financia proyectos agropecuarios. Una cuarta parte de la cartera quedó incobrable, pero el riesgo de que vuelva a crecer este cáncer se ha mitigado, pues la empresa ya no otorga este tipo de créditos.

- Otro resultado exitoso fue el volumen de productos vendidos, que creció 40% en el último año. La firma pasó de vender 34.7 millones de libras de camarón en 2003 a 48.5 millones de libras el año pasado. De esa forma compensó la caída del precio del camarón, que en los últimos tres años pasó de $4.20 dólares la libra a $3.23 dólares.

- Esto pudo realizarse gracias a las granjas camaroneras (acuacultura) en el norte de México, Sonora y Sinaloa, principalmente. Esta estrategia, impulsada por el gobierno en la década pasada, consiste en otorgar concesiones a inversionistas privados para usar las lagunas costeras como hábitat y viveros de post-larvas de camarón. De esta forma industrializaron la producción del marisco.

- El volumen estaba resuelto, pero faltaba una estrategia para mantener buenos precios. Esto lo lograron al mezclar los camarones de granja con los de alta mar, que son los de mayor tamaño y calidad. Así, el camarón mexicano logró venderse hasta $30 centavos de dólar más caro que el promedio internacional.

- “La actual administración es muy profesional, con una visión más financiera, aunque a veces más cargada a lo financiero que hacia el apoyo a los productores”, afirma Ruiz Moreno, de Grupo del Rey. Pero para otros, esta nueva característica no es un defecto. “Ahora que se ha vuelto una empresa mucho más financiera creo que va a ser más fácil venderla”, afirma Camou, del Consejo Mexicano del Camarón.

- Regateo
Quienes esperan la apertura de la licitación con mayor recelo son los productores de camarón. Ocean Garden es el distribuidor de dos terceras partes de las exportaciones de camarón mexicano y el máximo representante del producto en el mayor mercado consumidor como es Estados Unidos.

- Para México, la industria del camarón representa unos $1,000 millones de dólares, de los cuales 40% se exporta y el principal destino (más de 90%) es Estados Unidos.

- De allí que la privatización de Ocean Graden sea tan frágil a la consideración de los productores. “Es el distribuidor más confiable y más serio”, dice Ruiz Moreno. “Hay casos de distribuidores privados que no respetan los precios y que una vez hecho el embarque no reciben en puerto la mercancía”. Si la empresa se vendiera a una firma privada, ya no serían las mismas reglas del juego, debido a que se perdería esa premisa de ser la representante y promotora del producto mexicano. Dice el productor de Tampico: “dentro del mercado americano hay muchos distribuidores, pero el que hace los mejores tratos con los mexicanos es Ocean”.

- Con este plus, si el comprador fuera una empresa americana, por ejemplo, bien podría usar la fachada de la marca Ocean Garden y ofrecer camarones de cualquier otro lugar, ya que no existiría ningún compromiso de que se comprara producto exclusivamente mexicano.

- Si acaso, los productores nacionales tendrían asegurada la intermediación en 2005, gracias a que los contratos se firman en el primer trimestre de cada año, aunque las entregas más fuertes se realizan entre septiembre y noviembre.

- Para evitar este escenario, los camaroneros mexicanos están haciendo números. “Los productores quisiéramos participar en la venta de Ocean Garden. Somos muchos los interesados”, afirma Camou, quien posee una granja camaronera en el norte del país.

- Pero hasta ahora, no hay nada cierto. “Existen unos seis interesados, la mitad locales y la otra mitad extranjeros”, confirma Díaz, de Ocean Garden. Mientras tanto, los productores mexicanos se sienten herederos legítimos de esta empresa. “Somos los que más conocemos del tema”, afirma Ruiz Moreno. Por ello, el gremio camaronero cabildea para que Bancomext abra la licitación sólo a empresarios mexicanos. “Ocean Garden debe permanecer dentro de los productores mexicanos. La privatización debería estar enfocada sólo a ellos para que pueda seguir siendo un brazo de comercialización del producto en el exterior”, dice el productor.

- Para la Comisión Mexicana del Camarón, la licitación debe garantizar, cuando menos, una cuota mínima de capacidad de acopio de producto mexicano. De lo contrario, perdería su naturaleza y hasta la propia historia de esta paraestatal, que nació como una cooperativa de camaroneros mexicanos.

- Si la paraestatal no quedara en manos de productores locales, los empresarios ya tienen un plan b: “deberíamos reunirnos otra vez los camaroneros y crear una nueva distribuidora para Estados Unidos”, afirma Ruiz Moreno.  “Ocean Garden nunca ha sido una compañía que gane dinero y si hay interés por comprarla es porque es muy fácil darle la vuelta a esta empresa”.

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