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Ferrocarriles Nacionales inicia su último viaje.
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

El 31 de agosto concluyó el proceso de licitación del sistema ferroviario iniciado en 1995. Ferrocarriles Nacionales de México –que todavía tiene 600 empleados– inicia la cuenta regresiva para desaparecer a finales de 1999. Según su último director, Ramiro Sosa Lugo, de no haberse concesionado, habrían requerido este año un subsidio de $4,000 millones de pesos.

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El proceso culminó con la entrega de dos líneas cortas, Chiapas-Mayab y Nogales-Nacozari. “Al concluir esta etapa ya se había puesto en manos de operadores privados 99.6% de la carga de Ferronales, no se justificaba mantener operaciones; a partir del primero de septiembre ya no movemos ningún tren”, explica Sosa Lugo. La empresa aún tiene muchos activos que cuantificar y pasivos que cubrir.

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Entre los activos se encuentra un paquete accionario –20% sobre la controladora– en Transportación Ferroviaria Mexicana (TFM), que obtuvo la concesión de la línea ferroviaria del noreste; 70 millones de metros cuadrados de terrenos; cerca de 5,000 carros de ferrocarril, rentados a las concesionarias y 3,000 más que están fuera de operación, así como más de 100 coches de pasajeros, también fuera de servicio, además de maquinaria y refacciones que deben venderse, proceso que, según Sosa Lugo, podría llevar años.

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“Los concesionarios estarán interesados en comprar los carros, y no rentarlos, en la medida en que su propio volumen de carga se incremente. Muchos de estos carros pueden ser adaptados para ser aprovechados en el futuro”, menciona Sosa.

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Sobre la participación accionaria en TFM, Sosa explica que la actividad de la compañía y la calidad de sus flujos han demostrado que se trató de una operación positiva. “Están a la altura de cualquier ferrocarril estadounidense, por lo tanto, el saldo de nuestra participación también será positivo”.

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Entre los pasivos a corto plazo se encuentran pagos menores a concesionarios de servicios. En el largo plazo destacan los aspectos ecológico y laboral. “En todos los lugares donde hubo derrames de combustibles, la reparación de daños quedó a cargo de Ferronales, es un proceso que lleva de cinco a l0 años; también tenemos que atender juicios laborales y pagar los que perdamos”.

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