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¿Con melón o con sandía?

Según estadísticas del INEGI, los ingresos que se obtienen por las exportaciones de estos frutos s
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

La voz anónima a la que se le ocurrió hacer el juego infantil que reza "una mexicana que fruto vendía, ciruela, chabacano, melón y sandía", tal vez sólo quiso rimar las palabras "vendía" y "sandía" pero, seguramente, sabía de lo que hablaba.

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La ciruela y el chabacano son frutos que casi no cuentan en la monografía exportadora mexicana, pero el melón y la sandía merecen un capítulo aparte en las estadísticas que mensualmente da a conocer el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y los ingresos que se obtienen de sus ventas al exterior son superiores a los de la fresa y el tabaco –para hablar de productos agropecuarios–, o a los de gas natural y cobre.

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Es más, por cada peso que ingresa al país producto de la venta de fresa, entran dos por las exportaciones de melón y sandía. Aunque sea raro, la fresa –de origen mexicano– ya se importa de California, mientras que en el caso del melón y la sandía, México exporta una buena parte del consumo de Europa y Estados Unidos, y las importaciones son prácticamente nulas.

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Según el diccionario, la sandía es un género de plantas cucurbitáceas, de fruto casi esférico y de pulpa encarnada, propio de los países mediterráneos, mientras que el melón también es una planta cucurbitácea, de forma esferoidal, de carne olorosa y muy estimada. Pero ninguno de los dos frutos es originario de territorio mexicano.

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Para dar una idea de lo que significan las exportaciones de estas dos cucurbitáceas, de los 25 productos agrícolas y silvícolas que enumera el INEGI como los de mayor participación en el comercio exterior, las ventas anuales de melón y sandía se encuentran en tercer lugar y sólo son superadas por las de café y jitomate.

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EXPORTACIÓN SILENCIOSA
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La producción y exportación de melón y sandía han tenido un crecimiento silencioso en los años más recientes, al grado de que 95% de la sandía que se consume en Estados Unidos es importada de México, según las estadísticas del Departamento de Agricultura estadounidense.

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En 1994, las exportaciones de estos dos productos fueron de $89.2 millones de dólares; para el año siguiente crecieron a $114.5 millones. El año pasado subieron a $128 millones de dólares y, en los primeros siete meses de 1997 ya habían alcanzado los $100 millones de dólares.

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Es decir, este año se ha vendido más melón y sandía al exterior que antes de que iniciara la crisis y sucedieran los errores de diciembre. Y aún falta contar cinco meses, y en particular diciembre, que es el de mayor exportación de estos productos. Se espera que, precisamente al iniciarse el invierno, se presente un nuevo máximo histórico de ventas externas de sandía y melón, con un incremento de 20% respecto al año pasado.

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En el caso de la sandía, en México no sólo ha habido creatividad para hacer poemas –"en el verano roja y fría carcajada / rebanada de sandía"– o cuadros –las sandías de Tamayo–, sino también para mejorar la especie. Por ejemplo, el Centro de Investigaciones Agrícolas del Noroeste ha desarrollado nuevos sistemas de producción que permiten aumentar la productividad.

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Con ello, el rendimiento por hectárea se ha incrementado y al mismo tiempo que se siembra esta fruta tricolor, junto a la enredadera se hacen plantíos de diversas especies de chile. La experimentación y la alta tecnología han evolucionado de tal manera, que se han llegado a cosechar ejemplares mayores a los 25 kilogramos.

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Actualmente, en los valles del Yaqui, Mayo y Guaymas se cultivan alrededor de 8,000 hectáreas de sandía, que se envían a Estados Unidos principalmente durante la primavera, en los meses de abril, mayo y junio. Pero lo interesante es que no sólo se cultiva sandía en lugares como Sinaloa y Sonora, en donde tradicionalmente ha existido un alto grado de sofisticación en la agricultura, sino que esta cucurbitácea se da también en los cuatro puntos cardinales de México en invierno y en otoño.

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Además de en el noroeste, hay una buena producción de sandía en el noreste y existen exportadores en el estado de Tamaulipas. En el occidente, Colima y una población llamada Casimiro Castillo, en Jalisco, tienen agricultores especializados en su cultivo. Más al sur, en Chiapas hay por lo menos dos grandes productores, y en Yucatán existen dos empresas fuertes que se dedican a la exportación de sandía, dirigidas por Javier Romero y Ricardo Macari.

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En total, 27 compañías en todo el país exportan sandía a mercados como Estados Unidos o Japón. Por ejemplo, Rodolfo Peña Farber, de Los Mochis, Sinaloa, ha explorado con éxito el mercado del Lejano Oriente y algunos exportadores de Jalisco tienen clientes en el mercado europeo.

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EL PARIENTE RICO
-El melón es considerado como el pariente rico de la calabaza y existe más de una docena de especies diferentes, desde el chino hasta el persa. Al igual que la sandía, se cultiva en enredaderas que tienen una efímera vida de sólo un año. Únicamente una mínima parte de las numerosas flores amarillas que salen de la planta trepadora se convierten en melones.

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Sin embargo, en México se ha logrado aumentar la productividad de la enredadera y existen zonas con un alto grado de tecnificación. El melón, aunque también se siembra y cultiva en el noroeste del país, se produce en zonas como las regiones fruteras de Michoacán y Jalisco.

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Si bien no existen muchos datos acerca de las exportaciones de melón, sí hay una muestra que sirve de botón para ilustrar la importancia del comercio exterior melonero: se encuentran registradas 50 empresas exportadoras dedicadas a enviar este fruto a diversos países.

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Un ejemplo es Distribuidora Internacional de Productos Agrícolas –ubicada en Cortázar, Guanajuato–, dirigida por Thomas Ochmann, que tiene mercado en Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, Colombia, Egipto, Alemania, Israel, Japón, Líbano, Holanda, Suecia, Siria, el Reino Unido y, por supuesto, Estados Unidos.

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Pero, a la hora de comprar en el mercado, ¿qué hacer para saber si un melón está bueno? Hay quienes dicen que se cata golpeándolo ligeramente y si el ejemplar suena hueco no es muy recomendable. Al respecto, existe un viejo proverbio que reza: "El melón y el casamiento han de ser de acercamiento." Otra forma de escogerlo es por medio de juegos como el cúcara mácara, pero con el cantito de "¿será melón?, ¿será sandía?"

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