Hace unas semanas se anunció que un lote de 3,000 fotos inéditas de Marilyn Monroe serían puestas a la venta en unos $15 millones de dólares; por las mismas fechas, Madonna se atrevió a subastar en más de $1,500 dólares los chones que utilizó en las fotografías de su libro Sex y Britney Spearce, considerada una de las 10 mujeres más sexys del mundo, según la revista GQ, pasaba de boca en boca convertida en una dulzona goma de mascar sabor cereza.
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Eso es hacer negocios con imaginación, explotando el potencial de un trozo de tela, negativo o caramelo con la imagen de una bomba sexy. Detrás del fenómeno existe un concepto de mercadotecnia, promoción y publicidad; y se gana mucho dinero trabajando a lo seguro con productos de carne y hueso que dan para muchas otras mercancías de mentiritas.
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Ahí está el ejemplo de Cher, una Adelita que siguió a su Juan y le fue fiel hasta que, cansada de los golpes de la vida y del puño de Sonny Bono, se puso las cananas y decidió vender ropa, juguetes, libros, relojes y accesorios para el hogar con su imagen muy bien operada. Janis Joplin, aun después de muerta, ofrece esferitas de navidad con su imagen.
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Si usted entra en línea a shopping.artistdirect.com encontrará que Britney Spearce, las Spice Girls y Angelina Jolie, actualmente promueven muñecas de plástico tipo Barbie. Los juguetes, más para papás que para niñas, han causado revuelo. Las tiendas departamentales tienen pedidos millonarios para llenar sus estantes con la seguridad de que se vaciarán en poco tiempo.
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¿Alguien conoce un mejor negocio que el buen automanejo promocional?