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El cambio necesario

El Tec de Monterrey asume la responsabilidad de su tamaño e influencia y empieza su propia transformación.
lun 21 noviembre 2011 03:35 PM

En su visita más reciente a México, Jeffrey Jourres, el CEO de Manpower, una de las agencias de empleo más grandes del mundo, comentó en una reunión privada que las empresas ya no deberían buscar a candidatos que cumplan totalmente con el perfil del puesto al que aspiran por una simple razón: ya no los hay. "Las habilidades se están volviendo anticuadas relativamente rápido", dijo aquella vez.

La velocidad con la que algunas industrias están cambiando (y avalamos que eso está sucediendo en los medios de comunicación) obliga a que las empresas de esos sectores modifiquen su estrategia de recursos humanos y desarrollen equipos que se adapten a las circunstancias en lugar de cubrir los puestos con los perfiles ya definidos.

Esto, sin duda, representa un desafío para las empresas, pero también para las universidades que preparan a los jóvenes que se van a incorporar a la fuerza laboral.

Por eso hemos estado muy atentos a lo que sucede en el Tecnológico de Monterrey, la universidad más influyente y cercana a las empresas mexicanas.

Creemos que una parte de los cambios que han anunciando, y que incluye al propio rector del sistema, están relacionado con lo que sucede en las empresas.

Se sabe que del Tecnológico de Monterrey egresa buena parte de los ejecutivos que toman las grandes decisiones en las compañías más importantes del país, pero también forman a los emprendedores que muchas veces presionan el establishment corporativo.

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Lo que pocas veces se destaca es que esta institución también ha formado a buena parte de los actores políticos, locales y federales. Una tercera parte de los gobernadores que actualmente están en funciones pasaron por las aulas de algún campus del Tecnológico, por ejemplo.

La influencia que tienen los egresados es mucho mayor que la imaginada por muchos. Y es quizá la conciencia de este peso el principal motor del cambio que se está gestando en el Sistema Tec, más profundo, pero al mismo tiempo más difícil de medir.

No sólo se trata de que el alumno llegue a trabajar a una empresa con la idea de que lo aprendido en las aulas puede cambiar a lo largo de un tiempo. Se trata de que su visión al hacer las cosas sea sostenible en el largo plazo.

Una parte del discurso del nuevo rector, Salvador Alva, y de los principales mecenas y responsables de lo que sucede en esta universidad, Lorenzo Zambrano y José Antonio Fernández Carbajal, tiene que ver con la vocación de servicio que pretenden inculcarle al alumno. Hay una insistencia en equilibrar las habilidades técnicas, la principal fortaleza de los egresados, con la conciencia social y la inteligencia emocional. Ya no se trata sólo del "qué"; el "cómo" empieza a ser importante.

Entendemos lo difícil que es cambiar. Pero no hacerlo ahora es postergar lo inevitable.

Hay una diferencia importante. Muchas industrias estamos en medio de una transformación, en la mayoría de los casos empujada por un cambio tecnológico. Si no cambiamos, en juego está la supervivencia de la compañía. El caso del Tecnológico de Monterrey es distinto. En el escenario no hay un competidor o un cambio tecnológico que lo obligue a ajustar sus valores. En todo caso hay algo más grande que eso.

La impresión que nos queda después de escribir esta historia es que quienes están guiando este cambio, empezando por Zambrano, Fernández Carbajal y Alva, saben que lo que está en juego puede ser el futuro de la sociedad. No es casual que la transformación suceda en medio de la época más violenta en décadas y con una ciudad de Monterrey en disputa por parte de bandas criminales.

Comentarios: opinion@expansion.com.mx

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