Señor Q (1092)
ESTIMADO SEÑOR Q:
Mi esposa y yo trabajamos en una compañía de servicios petroleros. Ambos somos infelices por el hecho de estar en ciudades diferentes. Yo soy ingeniero de campo y a veces trabajo en plataformas marinas por varias semanas. Sin embargo, el ingreso familiar es alto: entre los dos ganamos cerca de 1 millón de pesos al año. Todavía estamos libres de compromisos -no tenemos hijos ni crédito hipotecario- y quisiéramos hacer un cambio en nuestras carreras profesionales. Ambos llevamos casi cinco años en este ramo, que es muy especializado. ¿Cree usted que la idea de optar por una maestría -de preferencia en el extranjero-, usando gran parte de nuestros ahorros, sea una opción para entrar al mercado laboral normal, lejos de la industria petrolera, con ingresos similares a los que obtenemos, pero con un estilo de vida y un horario más normal? ¿O será mejor simplemente renunciar y buscar algún nuevo empleo que cumpla con nuestros requerimientos de estilo de vida y luego optar por el máster adecuado? Pareja Petrolera
Queridos Petroleros:
Preguntas como las de ustedes van a dejar obsoleto el rol del Señor Q, porque el primer secreto para tomar buenas decisiones es hacerse buenas preguntas. Y ustedes parecen tener bastante claras cuáles son las opciones que se les abren en el futuro. Cómo responder a estas preguntas es un trabajo distinto, porque a veces depende de matices, difíciles de sintetizar en doscientas palabras o incluso en una conversación a corazón abierto. Algunas conclusiones posibles: si tienen el dinero para ir a hacer una maestría al extranjero, entonces parece una buena idea. El mero vivir un tiempo fuera de su país es una experiencia que normalmente enriquece y hace madurar a las personas (¡y a las parejas!). Eso les reportará beneficios a sus carreras pero también a sus vidas: con un menú más amplio de opciones sobre cómo se vive y se trabaja en el resto del mundo, podrán tomar mejores decisiones con respecto a su futuro. Tengan cuidado, sin embargo, con la urgencia por cambiar de industria. Las petroleras habitualmente valoran bien (y recompensan mejor) a los ejecutivos que conocen los lodos de la operación y el lenguaje de la gestión y las finanzas. Empetrolado, Q
ESTIMADO SEÑOR Q:
Tengo una empresa con ocho empleados. En los últimos tres años hemos crecido rápidamente, triplicando las ventas cada año. Este crecimiento ha llevado consigo muchos cambios en la estructura del personal. Hace un año, cuando contraté a mi secretaria, hice un perfil de puesto de acuerdo a lo que necesitaba entonces: con experiencia, bilingüe, cierta habilidad con las computadoras. El desempeño ha sido bueno: tiene excelente actitud. Ahora necesito que la persona en ese puesto tenga conocimientos de contabilidad. Ésta es una parte importante del negocio. Y la actual secretaria no los tiene ni se le dan las matemáticas. La pregunta es: ¿debo cambiarla por una persona que sea hábil con los números para que haga un buen trabajo o tengo que apostarle a capacitar a la secretaria actual y ser paciente con ella? Ningún Ángel
Querido Ningún:
Quizás no lo sepas, pero has ganado la lotería. Una secretaria con excelente actitud, que "se pone la camiseta", trabaja en equipo y pone buen ambiente con los demás empleados es mucho menos común de lo que crees. Pero también ten en cuenta lo que dijo recientemente el analista Henry Blodget sobre Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook: "No sólo tuvo talento para contratar a los mejores, también supo despedir a quienes no pudieron estar a la medida del crecimiento de la empresa". Si tu emprendimiento crece tan rápido como dices, en algún momento deberás hacer sacrificios. Pero parece un derroche de suerte hacerlo con la secretaria. Sin camiseta, Q
SEÑOR Q encuentra solución a los problemas que rodean la vida profesional. Si él no tiene la respuesta, seguramente nadie la tendrá. ¿Alguna pregunta? Escribe a: senorq@expansion.com.mx