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Espectacular con la belleza

Obtener ganancias con obras de arte suena a blasfemia, pero los fondos de arte comienzan
lun 17 septiembre 2012 02:19 PM

Con la frase "Goodbye, Great Britain", a ocho columnas, el Wall Street Journal profetizó con un año de anticipación la crisis que la libra esterlina enfrentaría en 1976. El embargo petrolero de la época y el alza consecuente en el precio del combustible golpearon la economía británica al grado que incluso el Fondo Monetario Internacional debió inyectar recursos para su rescate. En ese entorno, un sindicato de ferrocarrileros ingleses que buscaba proteger sus ahorros dio con un refugio de buen gusto.

En 1974, el British Rail Pension Fund fue oficialmente el primer fondo que decidió invertir en arte. Destinó 2.9% de su capital (3.4 millones de libras) a comprar casi 2,500 objetos de arte, incluidos cuadros de Renoir, antigüedades francesas y porcelana china. Los ferrocarrileros vendieron la mayor parte de esas obras a finales de los ochenta.

"Se dieron cuenta que a largo plazo el dinero invertido en el mercado del arte es atractivo", dice Lulú Creel, directora de Sotheby's México, casa de subastas cuya matriz asesoró la compra de piezas para los ferrocarrileros y coordinó la venta que llegó a 34.9 millones de libras, 10 veces más de lo invertido. "Pero no todas las obras funcionan así -agrega-, porque el mercado es el que rige el resultado".

La experiencia demostró que los fondos de arte funcionan como instrumentos de ahorro para grupos de inversionistas. The Art Fund Association calcula que en el mundo existen entre 45 y 55 fondos privados destinados a especular con la compra de arte. En América operan al menos tres: The Collectors Fund en Estados Unidos, Golden Art en Brasil y Artemundi Global Fund en México.

El objetivo de estos instrumentos es generar ganancias por la compra de obras que son resguardadas durante el tiempo que dura el fondo, en promedio cinco años. Los porcentajes de ganancia no están garantizados, pero su crecimiento anual promedio se estima de 17 a 21%.

"Hay un director que hace propuestas de inversión que pasan por un procedimiento de examen de la obra: el riesgo del retorno y el plazo de la inversión, así como factores técnicos como la paleta del artista", explica Javier Lumbreras, quien en 2010 fundó Artemundi, un fondo mexicano a cinco años que requiere a cada inversionista un monto mínimo de 250,000 dólares, aunque una parte puede cubrirse con piezas de arte. Los estatutos de confidencialidad impiden revelar quiénes y cuántas personas integran el fondo, pero Lumbreras explica que la mayoría de los socios son coleccionistas de arte.

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La habilidad para comprar las piezas que integran el fondo es medular para garantizar ganancias a largo plazo. "Hay  predilección por artistas fallecidos que tienen un récord histórico de ventas", explica Lumbreras. "También se invierte en otras obras con un plazo de madurez mayor, a otras se les añade valor prestándolas a museos, instituciones y exposiciones públicas. Cuando hay una demanda especial por un artista, es momento de vender".

Con información de Eréndira Hernández Cruz.

PROS
Transparencia. Existen índices que funcionan como parámetros del mercado de la venta de arte a nivel mundial.
Estabilidad. El valor del arte no cae. Cuando una pieza no sube, se mantiene estable.
Plusvalía. El valor de las piezas aumenta con el tiempo. Tanto más tarde una obra en salir a la venta nuevamente, más personas estarán interesadas en adquirirla.
CONTRAS
Menor liquidez. La transacción es más lenta comparada con otros activos como el oro.
Resguardo. El cuidado de cada pieza implica condiciones específicas de preservación para garantizar la reventa.

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