Señor Q (1099)

ESTIMADO SEÑOR Q:

Me falta poco para terminar la licenciatura de Administración de Empresas, pero ya tengo un currículum decente como para entrar a una buena empresa. En mi casa no hay mucha abundancia y posiblemente tenga que empezar a trabajar pronto. Sin embargo, quiero ser empresario. El gran problema es: he leído en muchas fuentes que los emprendedores de medio tiempo suelen fracasar.

Emprendedor agobiado

Querido Emprendedor:

Lo mejor que puedes hacer es calmarte. Todavía eres joven, tienes poca experiencia y poca flexibilidad familiar como para lanzarte con todo a una carrera tan imprecisa y traicionera como la de ser empresario. Intenta en los próximos años trabajar en una buena empresa (o en consultoría, para ver cómo funcionan otras compañías), aprender de otros, conocer el ritmo real del mundo de los negocios y, sobre todo, entender en qué consiste tener “una buena idea”, ese concepto favorito de los emprendedores. Aprenderás que la idea es importante, pero que la ejecución y el ecosistema (inversores, bancos, contactos) son igual de fundamentales.

Ejecutor, Q

ESTIMADO SEÑOR Q:

Después del nacimiento de mi segunda hija, pedí a mi empresa trabajar más tiempo desde mi casa. Me respondieron afirmativamente. Desde entonces (hace casi un año) paso cuatro días de la semana en mi casa y un día en la oficina. Al principio, este esquema funcionó perfectamente: podía pasar tiempo con mis hijas, me ahorraba los atascos en Constituyentes y sentía que tenía más energía. Los problemas comenzaron hace poco, cuando un proyecto que yo manejaba fue derivado a otra persona y un proyecto nuevo, que me habría encantado liderar, fue organizado y lanzado sin que apenas me enterara. Cuando pregunté qué había pasado, me respondieron: “Es que ya no sabemos si estás comprometida con nosotros”. ¡Eso es muy injusto! Trabajo tan duro como ellos.

Ejecutiva en casa

Querida Ejecutiva:

Woody Allen escribió hace unos años que “el 70% del éxito” se explica en showing up, es decir, en estar en el lugar de los hechos, en dar el presente, en mostrar la cara. Allen no es un científico ni un especialista, pero su frase ha sido probada cientos de veces: estar en el lugar correcto en el momento correcto genera beneficios que superan con mucho otros méritos. Muchas grandes compañías impulsan el teletrabajo como la solución a muchísimos problemas, entre ellos, la situación de las madres con hijos pequeños. El problema que se están encontrando ahora es que el teletrabajo tiene, además de ventajas obvias, desventajas no tan obvias. La principal es que el ejecutivo recluido en su casa pierde contacto y pierde oportunidades. En una empresa, buena parte de la socialización y la información más interesante se pellizca en los pasillos, en los baños, en las grietas del trabajo oficial. Si quieres estar más al tanto, deberás subir y bajar Constituyentes más de una vez por semana.

Allenesco, Q

ESTIMADO SEÑOR Q:

Veo que está de moda pedirle conclusiones sobre hechos de la vida real. ¿Qué lecciones de gestión o empresariales podría darnos sobre la extraordinaria medalla de oro de México en futbol?

Medalla de cobre

Querido Medalla:

Además de las lecciones obvias, que ya has escuchado, al Señor Q le pareció interesante la posición y la autoridad de Carlos Salcido en el campo. Al lado de sus contemporáneos, Salcido era un jugador buenísimo pero periférico. Rodeado de jóvenes, jugó en el centro del campo, en el corazón táctico del equipo. Salcido tenía poca experiencia en esa posición, pero Luis Fernando Tena entendió bien que su experiencia y su inteligencia lo hacían más valioso allí que marcando una banda.

Dorado, Q