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Un gobernador bajo presión en Nuevo León

Rodrigo Medina dice que lo peor de la crisis de inseguridad ya pasó. Las cámaras empresariales no comparten su optimismo.
lun 12 noviembre 2012 11:15 AM
Rodrigo Medina intenta revertir la percepción de que el estado se le fue de las manos. (Foto: Manuel Riestra)
Rodrigo Medina (Foto: Manuel Riestra)

Desde su asunción en 2009, el gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, enfrentó lo que llama una "gubernatura de emergencia", con el huracán Alex y la guerra entre cárteles de la droga que borró la imagen tradicional de Monterrey como capital vibrante de la industria mexicana.

El mandatario priísta sufrió críticas de dirigentes opositores, cámaras industriales y algunos de los empresarios más importantes y los rumores de su salida del poder son constantes desde el atentado contra el Casino Royale en agosto de 2011.

A fines de octubre, luego de su tercer informe de gobierno, Medina se lanzó a revertir la percepción de que el estado se le fue de las manos. Armado de estadísticas que muestran descensos en algunos delitos y que la inversión extranjera sigue llegando -dice que espera 2,500 millones de dólares este año y 3,000 millones en 2013-, el gobernador busca convencer a Nuevo León y al país de que lo peor ya pasó.

"Quizás yo el año pasado no te pudiera haber dicho: ‘En Nuevo León están las cosas mejor', porque no estaban mejor, porque había un problema creciente de inseguridad", dijo Medina a Expansión en una entrevista en el Distrito Federal a fines de octubre. "Pero ahora sí puedo decirte y tengo cara para mostrar. Ya estamos mucho mejor y en muchos de los índices delictivos ya estamos mejor que en 2007".

No todos comparten esta percepción. Nuevo León viene de sufrir en los últimos años numerosos narcobloqueos en las calles y casos de gran repercusión, como la muerte de dos estudiantes en el campus del Tecnológico de Monterrey en marzo de 2010, el incendio del casino a manos de sicarios en el que murieron 52 personas o el hallazgo de 49 cuerpos mutilados en la carretera hacia Reynosa en mayo pasado.

Las cámaras empresariales más activas contra la inseguridad aceptaron que hay estadísticas positivas, pero las interpretaron de otra manera.

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"Hay indicadores de inseguridad que han disminuido un poco y otros solamente han detenido el incremento que venían teniendo en los últimos meses", dice Guillermo Dillon Montaña, director general de la Cámara de la Industria de Transformación (Caintra) de Nuevo León. "El gobierno del estado no debe echar campanas al vuelo y conformarse con esta tendencia, ya que, de no atenderla, en cualquier momento pudiera revertirse nuevamente".

El cristal con que se mira

Apenas 18.5% de los habitantes del área metropolitana de Monterrey dijo que vivir en su municipio es seguro en una encuesta que académicos del Tecnológico de Monterrey hicieron en julio para la Caintra, el Consejo Cívico de las Instituciones de Nuevo León (CCINLAC) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Nuevo León.

Medina asegura que su gobierno decidió salir a cambiar esa percepción. Afirma que la presencia militar, la depuración de las fuerzas policiales, el uso de información de inteligencia más precisa y la creación del Mando Único de la Policía, conocido como Fuerza Civil, están bajando los índices delictivos.

El gobernador destaca el descenso de los robos de vehículos, de 73 al día hace un año a 22 en la actualidad, y asegura que las ejecuciones bajaron cerca de 35% entre 2011 y 2012. Dice que la vida nocturna se recuperó en los últimos meses, luego de que el año pasado bajó hasta casi desaparecer por varios ataques de grupos armados a bares del Centro Histórico, entre ellos uno que dejó 20 muertos en el bar Sabino Gordo en julio de 2011.

"Yo platico con la gente de Nuevo León y sí perciben una mejoría: ‘Estamos mejor, ya no se ven bloqueos, ya no se ven decapitados (...) Se ha sentido un ambiente mejor' -afirma-. Pero todavía no hemos concluido, estamos en una etapa de consolidación y esto tiene que durar en el tiempo".

Sin discutir las cifras, las cámaras señalaron que no son tan positivas como dice Medina.

"Siguen siendo inaceptables", señala José Mario Garza Benavides, director general de la Coparmex Nuevo León. "Se están robando un auto por hora, hay más de un robo con violencia por hora".

Desde que Medina asumió en octubre de 2009, agrega Garza, los homicidios dolosos aumentaron 564% y los secuestros, 444%, según cifras del Semáforo del Delito creado con el apoyo de las cámaras. De enero a septiembre de 2009 hubo 184 homicidios, contra 1,222 en el mismo periodo de 2012. En los mismos lapsos, hubo nueve secuestros en 2009 y 49 en 2012. "Todo depende cómo quieran ver el vaso", afirma el dirigente.

Manuel Zavala de Alba, presidente del CCINLAC, reconoce una mejora en la "estructura de seguridad", pero dijo que "no es sólida todavía y se podría desmoronar si se es complaciente".

Uno de los factores clave en la mejoría, dice el consultor de seguridad Santiago Roel, es el Semáforo (que él creó), porque le pone presión al gobierno. Recordó que los empresarios ven con preocupación los recientes escándalos de corrupción en el gobierno estatal, incluidos un robo de 312,000 juegos de placas para autos y un fraude por 288 millones de pesos en el ente de seguridad social.

Medina, advirtió, no debe tratar de resolver la situación "con una medicina mediática".

Desde el incendio del casino, el sector privado ha ejercido presión para que Medina deje el cargo. Esa presión no cede aún, aseguran dos empresarios regios que pidieron no ser nombrados.

Bernardo González Aréchiga, director de la Escuela de Graduados en Administración Pública del Tec, afirma que la lucha contra la violencia es a largo plazo.

"Lo que no se puede hacer es declarar la batalla ganada -agrega-. Hay mucho que hacer todavía en el estado. Hay un trabajo fino que hay que seguir haciendo (...) y por lo pronto hay que darle la bienvenida a las buenas noticias que se han presentado".

Con información de Juan Cedillo.

ENDEUDARSE PARA CRECER
A fines de septiembre, la agencia Fitch Ratings bajó la calificación de la deuda de Nuevo León de A- a BBB+ y modificó su perspectiva crediticia de “estable” a “negativa”, debido al “elevado y creciente nivel de deuda” del estado.
El gobernador Rodrigo Medina afirmó a Expansión que la deuda está bajo control y que es una parte inevitable del desarrollo económico del estado. Además, pidió que el gobierno federal revise el reparto de los ingresos fiscales nacionales a los estados.
¿A qué se debe la situación de deuda del estado?
Nuevo León requiere infraestructura, es un estado que demanda mucho crecimiento y, de cada peso que le manda a la federación, regresan veintitantos centavos. No alcanza con el recurso para el ritmo de crecimiento y el estado de Nuevo León no puede bajar la cortina: ‘ya no vamos a construir escuelas, ya no vamos a hacer las carreteras, ya no vamos a hacer las calles’.
La decisión es: o me sigo endeudando razonablemente, sirviendo la deuda para seguir creciendo en obras de inversión en beneficio de la gente, o paro todo el crecimiento. No nos queda otra opción.

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