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Ahora o nunca

En 10 años México puede convertirse en la economía más dinámica de los mercados emergentes. Pero al país se le termina el tiempo para poder impulsar su crecimiento.
vie 29 marzo 2013 02:56 PM

En mayo de 2012, en un salón del hotel St. Regis, en la Ciudad de México, Enrique Peña Nieto presentó ante un grupo selecto de analistas, periodistas, empresarios y consultores su visión económica para los próximos seis años.

Uno de esos invitados fue Claudio Loser, un ex alto funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI) y presidente de la consultora Centennial Group Latin America. A Loser le sorprendió la visión del futuro del entonces candidato presidencial. "Fue una visión pragmática", dice. "Me llamó la atención".

Ese pragmatismo le ayudó a Peña Nieto a iniciar su presidencia a todo galope. En sólo 101 días, reformó la Constitución para mejorar el sistema educativo y presentó una ambiciosa iniciativa de reforma en telecomunicaciones que busca estimular la competencia en el sector, así como reducir los precios y aumentar la inversión.

Esto -sumado a la estabilidad macroeconómica del país- generó optimismo en los inversionistas.

México registra la tasa de interés más baja de su historia, reservas internacionales récord, tasas históricamente bajas de refinanciamiento y una moneda fuerte. Todo esto llama la atención de la comunidad económica internacional. "Adoro México", dijo en enero Lawrence Fink, CEO del fondo estadounidense BlackRock, que maneja inversiones por casi 4,000 billones de dólares. "México es una historia increíble de crecimiento".

Pero tras consultar a más de 20 inversionistas, empresarios, analistas, funcionarios y académicos en Brasil, Estados Unidos y México, Expansión identificó cinco factores que pueden frenar el incipiente boom mexicano.

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Las elecciones de los próximos dos años pueden poner en riesgo el Pacto por México, que impulsa las reformas estructurales. En el ámbito internacional, la eventual recuperación de otros países emergentes podría nuevamente relegar México a los ojos de los inversionistas.

Además, la probable autosuficiencia energética de Estados Unidos pondrá en aprietos las finanzas gubernamentales altamente dependientes del petróleo y el envejecimiento de los mexicanos frenará el crecimiento. Por último, el despliegue de nuevas tecnologías en la industria manufacturera puede desplazar a México como centro de producción y exportación.

"Las estrellas no están alineadas por siempre", dice Don Almeida, líder global de clientes y mercados de PwC.

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