Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Señor Q (1116)

La desperdiciada, el obligado a ser feliz y se busca heredero.
vie 24 mayo 2013 09:33 AM

 

ESTIMADO SEÑOR Q:
Me siento bastante tonta escribiéndole a un hombre imaginario como lo es usted, pero no cabe duda de que he aprendido a respetar su opinión. Acabo de cumplir 30 años, tengo una familia, una casa y un coche, todo lo construí de no tener nada y ser sólo una empleada medianamente bien pagada. Inicié una carrera en ascenso y sintiéndome la reina del mundo estudié un MBA para mi ‘futura’ carrera directiva. Pero, paralelo a ello, mi carrera se estancó. Todos mis jefes me califican como excelente pero, debido a cambios en la organización, llevo tres años estancada y sintiéndome profundamente desperdiciada. Veo en mí un buen perfil pero me siento tonta, soberbia y que tiré miles en un MBA porque veo pasar a otros con menos preparación, pero que estaban en el lugar correcto. Luego de toda mi tragedia, ¿qué opina Señor Q? ¿Qué sigue para mí? ¿Compro un perro o simplemente me resigno a ser una asalariada más? Lo saludo afectuosamente desde el estanque.
Estancada

Querida Estancada:
Ni perro ni resignación. La recompensa de estudiar un MBA ya no es tan lineal como antes, cuando los programas eran pocos y quienes los cursaban estaban bien elegidos (o bien conectados). A medida que pasan los años y aumenta la cantidad de graduados, el valor diferencial de un MBA es cada vez menor. Pero eso no quiere decir que su valor sea inexistente. En lugar de esperar un ascenso inmediato y una duplicación de su salario, los nuevos graduados deben estar dispuestos a tomar caminos menos directos y más sinuosos. A tu relato le faltan detalles importantes, pero tengo la impresión de que tienes mala suerte con los tiempos porque otros “en el lugar correcto” sí han ascendido. Intenta posicionarte entonces en el próximo lugar correcto, o crea las condiciones para que el lugar donde estás sea el correcto. Pero todavía es temprano como para darse por vencida. O comprarse un perro.
Sinuoso, Q

Publicidad
ESTIMADO SEÑOR Q:
Trabajo en un estudio de mercadeo donde, ocasionalmente, vienen clientes para juntas o para conocer la oficina. Mis jefes nos pidieron hace unos meses que, cuando tengamos visitas, nos mostremos entusiasmados y activos para dar una mejor imagen. Yo me he negado. Me parece infantil e hipócrita. Después, uno de los socios directores dijo que todo el tiempo debemos estar de buen humor, ser proactivos y enérgicos. Yo volví a refunfuñar porque no creo que la creatividad ni la perseverancia tengan que ver con el buen humor o las sonrisas falsas. Trabajamos ahora como en un reality show, forzándonos a sonreír todo el tiempo y fingiendo alegría. ¿Qué puedo hacer?
Gruñón

Querido Gruñón:
Si fuera un reality show, no estarían forzando las sonrisas ¡sino las peleas y los conflictos! Aun así, el Señor Q comprende tu calvario: a nadie le gusta que lo obliguen a ser feliz. Además, durante muchos años compartió tu punto de vista sobre este tema. No hay ninguna relación —decía el Joven Q— entre el optimismo y los resultados o entre la conducta exterior y la creatividad interior. Forzar la alegría es autoritario y anticuado y... etcétera. Tú sabes como sigue. Ahora que es mayor, el Señor Q cree que los viejos gurúes tenían algo de razón y que sí hay una misteriosa conexión entre tu actitud y tu imagen. Dale Carnegie, pionero gurú gringo, dijo hace más de medio siglo: “Actúa entusiasta y serás entusiasta”. Quizá tus jefes hayan descubierto que las máscaras que usamos afectan nuestro rostro verdadero. Quien finge felicidad durante meses y meses, terminará estallando por la tensión. O terminará siendo feliz.
Enmascarado, Q

ESTIMADO SEÑOR Q:
Mi padre ha costeado toda mi carrera universitaria y parecía haber aceptado mi vocación por las humanidades. Ahora que estoy por graduarme me propone que empiece a trabajar con él. ¿Qué hago?
Desheredado

Querido Desheredado:
Si te agrada su trabajo, no debes perder de vista esa oportunidad para aprender. Si no, el Señor Q le aconseja a tu padre buscar un mejor plan de sucesión. Éste podría ser un desastre para su empresa.
Sucesor, Q

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad