Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Señor Q (1117)

La responsable pero desolada y una profesionista hogareña.
vie 07 junio 2013 10:08 AM

ESTIMADO SEÑOR Q:

Soy la empleada más joven en una oficina de administración médica y también, creo yo, la más eficaz. Mis seis compañeras, entre 10 y 20 años mayores que yo, realizan tareas parecidas a las mías. Todas llevan mucho más tiempo que yo en la empresa y son buenas personas que se ayudan entre sí y me ayudaron a mí cuando empezaba, hace dos años. Los problemas comenzaron cuando tomé más responsabilidades, muchas veces sin proponérmelo. El jefe bajaba un día y preguntaba: "¿Quién puede hacerse cargo de esto?". Yo era la única voluntaria. Mi objetivo era obtener un aumento o algún tipo de ascenso. Estaba por casarme con mi marido y tenía varios gastos por afrontar. En fin, usted sabe. Esperé durante meses sin que ocurriera nada. Mis responsabilidades aumentaban -y a mí me gustaba- en buena parte gracias a que ninguna de mis compañeras quería tomarlas. Mejoraba la relación con mi jefe, quien confiaba cada vez más en mí. No sé por qué escribo en tiempo pasado, porque la situación sigue exactamente igual. Lo que cambió es que hablé con mi jefe (quien además es hijo de la dueña de la empresa, viuda del fundador) y le comenté mi situación. Su respuesta fue, más o menos: "Te comprendo perfectamente. Pero tus compañeras están aquí desde hace años y ganan lo mismo que tú. No puedo darte aumento sin darles lo mismo a ellas. En todo caso, ellas recibirán aumento antes que tú porque están aquí hace más tiempo". ¿Qué le parece? Estoy desolada. ¿Qué puedo responder? Novata

Querida Novata:

No hay mucho que responder. Un jefe que no valora tu trabajo y cuyo único criterio para dar aumentos es la antigüedad, no merece tenerte como empleada. No porque seas extraordinaria (¡quizás lo eres!) sino porque te ha demostrado que tu techo está muy cercano. Si quieres un sueldo mejor y más responsabilidades, en este lugar únicamente encontrarás lo segundo. Tendrás que hacerlo gratis. Hay una razón por la cual tus compañeras no se ofrecen a aceptar nuevos retos: ya saben que no serán recompensadas. Algunas quizás pasaron por tu misma situación hace 10 o 15 años. ¿Te gusta su vida? Si te gusta, adáptate a la situación y enciende el piloto automático de la rutina. Si no te gusta, renuncia lo más pronto que puedas porque ese lugar no es para ti. Sincero, Q

ESTIMADO SEÑOR Q:

Hace unos meses comencé a trabajar dos o tres veces por semana en mi casa, acogiéndome a un programa de la compañía de diseño donde estoy empleada. La paga es un poco más baja, pero me permiten hacer trabajos para clientes particulares. Creí que estando más tiempo en casa sería más feliz, tendría más tiempo para salir a correr, almorzar con amigas o preparar la cena. Sin embargo, estoy sufriendo. Me cuesta mucho organizarme; duermo siesta casi todos los días -suena placentero, pero es una condena-, no cocino nunca y apenas he salido a correr. ¿Qué me pasa? Puedo volver a la oficina, pero no quiero. Quiero trabajar desde mi casa, tener mis clientes y aprovechar la ciudad. ¿Estoy siendo demasiado ambiciosa? Diseñadora Durmiente

Publicidad

Querida Durmiente:

Trabajar en casa es más difícil de lo que parece. Miles de empleados, encadenados a sus escritorios y sus jefes, todos los días sueñan con poder trabajar en pijamas, sin afeitarse o ducharse, ni salir de sus casas. Cuando lo prueban -aquellos pocos que lo hacen- se dan cuenta de que para trabajar en casa se necesita más disciplina y organización que en la oficina. Para hacer el aterrizaje más suave, quizás te sea útil trabajar en un café algunas horas, especialmente para evitar la siesta -esas horas son las más traicioneras para el Señor Q, que trabaja en su casa-. Debes tomar tu nueva situación seriamente: ponerte objetivos diarios y semanales y planificar tu día alrededor de tu trabajo. Ponte premios: sólo saldrás a correr o a comer con amigas si consigues tal o cual objetivo. Te servirá para estructurar mejor tu día. Siestero, Q

SEÑOR Q encuentra solución a los problemas que rodean la vida profesional. Si él no tiene la respuesta, seguramente nadie la tendrá. ¿Alguna pregunta? Escribe a: senorq@expansion.com.mx

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad