Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Señor Q

-
lun 19 febrero 2007 12:00 AM

ESTIMADO SEÑOR Q:
Tengo una amiga que es aficionada al tarot. El otro día le conté mis problemas en el trabajo –la falta de motivación, la mala relación con la nueva jefa, la sensación de estancamiento– y ella decidió tirarme las cartas. Su diagnóstico, sin ambigüedades, fue que tengo que renunciar. A mí no se me había ocurrido, pero tampoco lo quiero hacer simplemente porque unas cartas elegidas al azar me lo dicen. ¿Usted qué opina?
No soy bruja, DF

Querida No-Bruja:
El Señor Q no cree en ningún tipo de prácticas esotéricas ni milagrismos instantáneos: se declara amigo fiel de la razón y las explicaciones sensatas y enemigo de los encantadores de serpientes que ofrecen soluciones fáciles a problemas difíciles. Aún así, como no le gusta responder cartas con negativas tajantes, el Señor Q cree que la ceremonia de tu amiga ha encendido una vocecita en tu cabeza, y que quizá sea eso lo que debes escuchar. Hay una autora estadounidense, Cathy Goodwin, que recomienda una rutina simple de tarot que puede ayudar, dice, a que la gente se haga buenas preguntas. Hazte una sola pregunta -que no debe tener como respuesta sí o no sino algo más amplio, como “¿Qué pasaría si...?”- y pídele a tu amiga que te muestre una carta. “La imagen te hablará inmediatamente. Sentirás que tu intuición se personifica en esa única carta”, dice Goodwin. El Señor Q sigue sin creer, pero siempre está a favor de las pequeñas lucecitas que se encienden en el cerebro. Casi nunca se equivocan.
Ilustrado, Q

ESTIMADO SEÑOR Q:
Tengo 54 años y trabajo desde hace muchos años en una empresa de contabilidad. Hace mucho tiempo que se me pasó el tren de los ascensos, pero no es eso lo que me preocupa: me gusta mi trabajo, y no tengo pensado abandonarlo. El problema, o la novedad, es que desde hace seis meses, por primera vez en mi vida, mi jefe es más joven que yo, y casi 20 años más joven. Él no ha hecho referencia a mi edad, salvo en un par de ocasiones, pero tengo la sensación de que es algo que le molesta, y a mí también. Hay una incomodidad en el aire, imposible de evitar, que me estorba y sea como sea tengo que superar. ¿Alguna sugerencia?
Topo envejecido, Guadalajara

Querido Topo:
Por el nombre que escogiste para firmar tu carta y la forma en la que planteas tu situación, creo que estás encarando tu ‘batalla generacional’ de una forma muy sana. Lo importante de un jefe es que esté capacitado y que sea buen jefe, no que sea el más viejo de la oficina. Por eso, lo mejor que puedes hacer es intentar no pensar en ello -el Señor Q sospecha que tu jefe treintañero también está algo obsesionado con la situación- y veas de qué manera puedes hacer que tus años de experiencia sean útiles al equipo. Se me ocurre, por ejemplo, que en tus décadas como contador has visto decenas de cambios legales y tributarios que afectaron las prácticas contables: aprovéchalos.
Jovencísimo, Q

ESTIMADO SEÑOR Q:
Tengo a cargo un equipo de seis diseñadores gráficos cuyo control he perdido por completo. Durante más de un año les mentí sobre las fechas de entrega de los trabajos: les decía que debían tener todo listo dos o tres días antes de la fecha real solicitada por el cliente. Esto me permitía corregir errores de última hora y asegurarme el compromiso de los más lentos. El asunto es que hace un mes descubrieron mi truco y ahora entregan todo más tarde de la fecha original, a veces a tiempo con la fecha del cliente pero otras ni siquiera eso. Hablamos sobre el tema y les dije que de ahora en más les daría las fechas verdaderas, pero no me creen. Las entregas se han transformado en un caos y un desastre. ¿Qué hago?
Caduca, DF

Querida Caduca:
El Señor Q no siente compasión por ti: las fechas límite falsas son una de las prácticas más odiosas que puede tener un jefe. Has sido descubierta y ahora estás en una dinámica de “Pedro y el lobo”: nadie te cree nada. La recomendación es fácil: di la verdad, siempre, y hazla cumplir. Con el tiempo volverán a creerte, pero deberás ganártelo.
A tiempo, Q

Publicidad

SEÑOR Q encuentra solución a los problemas que rodean la vida profesional. Si él no tiene la respuesta seguramente nadie la tendrá. ¿Alguna pregunta?
Escribe a: senorq@expansion.com.mx .

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad