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La ropa interior tiene su historia

El Museo de la Industria de Polonia exhibe desde largas pantaletas hasta diminutas tangas de ho la lencería femenina evolucionó a la par con la modificación del rol de las mujeres en la socie
mié 27 febrero 2008 12:29 PM
La ropa interior femenina ha cambiado tanto como sus portado

El Museo de la Industria en esta ciudad de Polonia acaba de montar una exhibición en la que se registra la evolución de la ropa interior femenina desde las largas pantaletas y apretados corpiños de principios del siglo XX hasta las diminutas tangas de hoy en día.

''La ropa interior se mantenía bastante oculta en el pasado'', dijo Ewa Sieranska, curadora en el Museo Central de Textiles en Lodz, que prestó 140 artículos a la exhibición titulada ''Desde las pantaletas hasta las tangas''.

''A principios del siglo 20 no podías enseñar absolutamente nada de ellas, y luego sólo un poco, mientras que ahora están en todas partes'', agregó.

La ropa interior femenina evolucionó en la medida que el rol de las mujeres en la sociedad se iba modificando.

Las cómodas o gaveteros de principios de los 1900 dieron paso a estilos más modernos en los 1920, incluyendo los portaligas que sostenían las medias de las mujeres que recién se integraban a la fuerza trabajadora.

Entre los artículos más sobresalientes en exhibición figuran un portaligas blanco con corazones rosados y broches para agarrar medias de seda, un estilo muy popular antes de que las pantimedias se inventaran en los 1960.

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También hay pantaletas hasta la rodilla fabricadas en algodón con lazos en el borde, camisetas de uso diario, batas y corpiños de dos piezas.

El nilón se hizo popular en la década de 1970, mientras que los materiales naturales como el algodón aún se mantienen entre los preferidos.

En 1980, cuando Polonia estaba bajo un régimen comunista pasando por diversas crisis políticas y económicas, los llamados ''tygodniowki'', que venían en paquetes de siete, uno para cada día de la semana, eran las prendas íntimas más usuales.

La exhibición, que abrió en enero y se extiende hasta marzo, también cuenta con algunas piezas masculinas como los calzoncillos largos, batas y los suspensores de los 1930.

A diferencia de la ropa interior femenina, las prendas de hombre han cambiado poco a lo largo de la historia, así que la colección está compuesta mayormente por lo que una vez se llamó los ''inmencionables'' de las mujeres.

''Cuando la gente vino a ver la exhibición, surgieron muchas diferentes reacciones'', recordó la curadora Ewa Klysz. ''Pero estos artículos han sido objeto de una investigación histórica. Es una exhibición seria''.

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