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‘Empowerment&#039: decisión estratégica

Los directivos que no logran que las cosas se hagan a través de otras personas, no están liderando correctamente a su personal.
lun 15 junio 2009 12:29 PM
“La ejecución es un sistema que debe ser primordial en la cultura de la organización”. (Foto: )
abraham-lopez

Si es usted directivo (gerente, director, supervisor, jefe), seguramente los siguientes cuestionamientos le interesarán y ayudarán a ver cuál es su postura respecto al empowerment, también conocido como delegación.
¿Es usted de los directivos ‘súper héroes' que todo lo quieren resolver y sólo delega por necesidad, cuando ha acumulado tanto trabajo que le resulta imposible hacerlo solo? ¿Usted prefiere concentrar el poder para la toma de todas las decisiones o facultar a su gente para que lo haga? ¿Podrían los integrantes de su equipo de trabajo ayudarle? ¿Querrían? ¿Desea usted ser ayudado? ¿Sabe cómo pedir ayuda?
¿Confía en ellos? ¿El personal que dirige piensa que si hacen su trabajo usted dejará de existir? El empowerment o facultamiento es una habilidad esencial para un líder, pues le ayuda a desarrollar al personal bajo su mando y obtener resultados positivos; pero, sobre todo, equipos de trabajo bien cohesionados e identificados cada uno con su misión. Esto genera productividad, participación, identificación con los planes, estrategias y objetivos que la empresa ha definido en pro de su misión y visión.
Tal como lo comenta Larry Bossidy: "Los directivos que no logran que las cosas se hagan a través de otras personas no están liderando correctamente a su personal; los jefes que no pueden trabajar con los demás, a menudo terminan trabajando muchísimas horas diarias y exigiendo que todos los demás lo hagan".
Estas personas obligan a su gente a trabajar en la planta u oficina con ellos, aun sábados y domingos. Abruman y agotan su energía, disminuyen la efectividad de todos los que les rodean y terminan con un bajo desempeño. Entre más trabajan menos logran los resultados esperados.
El facultamiento implica transferirle poder al personal bajo su mando para que, de acuerdo con las responsabilidades asignadas, tome las decisiones que requiera para el mejor desempeño de su labor. Ello no implica delegarle la responsabilidad última, pues ésta se comparte entre los integrantes del equipo. Lo anterior compromete al personal e impulsa su participación activa, debido a que se siente tomado en cuenta al valorarle sus conocimientos y experiencia, percibiendo así, claramente, su contribución al equipo y la misión y visión de la organización.
Dada la trascendencia del facultamiento por su contribución para mejorar la efectividad de los equipos de trabajo, es importante detallar algunas acciones estratégicas que los directivos pueden establecer para su implantación en la organización:
1. Compartir información con el personal sobre la situación real del área o empresa, lo cual permite a los empleados entenderla mejor, involucrarse, estimulando su participación activa e incrementando su confianza.
2. Crear reglas y procedimientos que apoyen el facultamiento del personal y una disposición de los directivos a compartir el poder y la toma de decisiones, desempeñando el rol de facilitador y asumiendo los riesgos de la comisión de errores como parte de la curva de aprendizaje.
3. Definir con el personal aspectos como: a) Dirección —resultados clave que se deben lograr, indicadores y metas—; b) Conocimiento —habilidades, competencias, información y requerimientos de desarrollo—; c) Recursos —herramientas, equipo, facilidades, materiales y presupuesto—; y d) Apoyo —aprobación, entrenamiento, retroalimentación, motivación—.
Brindar empowerment al personal implica darle libertad para actuar y tomar decisiones, así como hacerlo responsable, pero también hacerlo responsable de los resultados a alcanzar.
El capital humano y las organizaciones no evolucionan demasiado si no se recurre al facultamiento y al trabajo en equipo, porque quedan supeditadas a la capacidad de los directivos, lo cual reduce la capacidad de la organización.

*El autor es posgraduado de la especialización en Dirección y Gestión Empresarial de la Universidad Politécnica de Madrid y Máster en Relaciones Industriales con especialidad en .O. Fue director del Premio Nacional de Calidad y actualmente es director general de la consultora Administración Integral del Cambio.

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