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Los costos de la estupidez burocrática

Una reestructuración para disminuir costos debería empezar por los papeleos excesivos. El gobierno del Reino Unido está poniendo el ejemplo a la industria.
jue 03 marzo 2011 02:56 PM
columnista manufactura (Foto: )
anand-sharma

Desde una perspectiva de negocio, es admirable que cualquier gobierno se comprometa a balancear los presupuestos y a reducir el gasto desmedido. Tal vez los sueños pueden volverse realidad. Las recomendaciones de la coalición gubernamental, Estrategias de Defensa y Revisión de Seguridad, siguen ocultas hasta el momento, pero parece todo menos verdad que las Fuerzas Armadas Británicas serán reestructuradas dramáticamente. ¿Hasta qué grado? Lo sabremos en los próximos meses.
Además de la milicia inglesa, sus proveedores tendrán que soportar el sufrimiento de esta reestructuración. Ahora sólo falta la postura política e informes de las noticias, es la gran oportunidad que representa eliminar el despilfarro en cualquier proceso de reestructuración.
Si hubiera una medalla por hacer proyecciones razonables y con costos exactos, ningún Ministerio de Defensa la conseguiría. Los costos inflados y la exageración de contratos son rutina en la industria, pero gran parte del desperdicio se encuentra en la burocracia de adquisiciones. Por cada peso de material hay cinco kilos de papeles, y no estoy exagerando.
Aquí un ejemplo. El presupuesto de tesorería tiene como meta 138 pedidos de aviones de combate F-35 con un costo estimado de 16,000 mdd y, de acuerdo con las filtraciones a la prensa, la cantidad de ese pedido podría ser reducido a la mitad. El Departamento de Defensa de Estados Unidos (EU) ha informado que el costo promedio de cada avión, fabricado por Lockheed Martin, se ha disparado de 50 mdd a más de 90 mdd desde 2002. El Departamento de Defensa, incluso, ha revocado la certificación al programa de seguimiento de costos de Lockheed después de darles tres años para reparar su sistema.
En su excusa, la empresa alega volúmenes por debajo de lo esperado, la inflación, así como el trabajo inesperado y el incremento de otros costos. ¿Se puede imaginar incrementar 80% el precio a sus clientes, en esta economía, conservando márgenes de ganancias de dos dígitos?
He aquí otro ejemplo. Una empresa para la que trabajé varias décadas atrás, distribuía algunas partes a proveedores militares. Fabricábamos válvulas de acero inoxidable que vendíamos a clientes en la industria química en alrededor de 2,000 dólares. Vendimos la misma válvula, fabricada con exactamente las mismas especificaciones, para aplicaciones nucleares submarinas por 25,000 dólares. En parte, la diferencia de precio se debía al papeleo y los recursos necesarios para cumplir las órdenes que nunca nadie miró.
Hay cientos de ejemplos como éstos, en los que la cultura de confabulación y la estupidez burocrática dispara el precio de las partes, equipo y del suministro. La realineación de la milicia británica ofrece una oportunidad para transformar la ineficiente cadena de suministro de defensa. Con sólo simplificar los requisitos reglamentarios y de adquisiciones, un esfuerzo compartido entre el Ministerio de Defensa y proveedores militares, podría reducir el gasto de miles de millones de libras sin tener el menor impacto en la posición de la defensa de la nación o la preparación de las tropas de combate. Y los proveedores podrían reportar ganancias respetables.
Así como la milicia debe cambiar su forma para combatir un nuevo tipo de enemigo —grupos insurgentes de escurridizos enemigos capaces de perturbar el comercio mundial y dispuestos a matar a personas inocentes, así como el ciber-terrorismo— la infraestructura militar también debe cambiar. El gobierno británico nunca tercerizará por completo el gasto y la fabricación a China o la India, incluso, a aliados más cercanos como EU. Pero, a pesar de este obstáculo competitivo, los proveedores de defensa del Reino Unido deben seguir el ejemplo de la industria comercial, que se tuvo que reestructurar aún más para sobrevivir a la reciente recesión.

El autor escribió The Perfect Engine (Free Press 2001), y fue nombrado Héroe de la Manufactura por la revista Fortune y es fundador y ceo de TBM Consulting Group, Inc. Comentarios a tbmmexico@tbmcg.com

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