¿Qué hacer cuando un compañero se vuelve tu jefe?
Tener un nuevo jefe siempre causa impacto, pero si se trata de un colega que tenía el mismo rango que tú, puede ser fulminante. Manejar esta situación o usarla a favor es todo un reto.
Quien no fue ascendido se cuestiona ¿por qué yo no? Sentirse frustrado o incluso perder la confianza son las reacciones más frecuentes ante un evento de este tipo, comentó María Luz García Larrainzar, directora en Adams México, firma especializada en capacitación empresarial.
“En un 70% de las veces que se anuncia la noticia se toma como algo personal, por celo profesional, y porque pocas veces el empleado sabe cómo responder, desde la perspectiva de inteligencia emocional”, explicó.
El empleado debe ser inteligente y aprovechar este movimiento como una opción para rediseñar su plan de trabajo. También debe cuestionarse qué provocó la promoción del otro, y no la propia.
El ascenso de amigos puede implicar incluso que quizá cambie la relación que tenían, comentó la coach ontológica certificada por el Tec de Monterrey, Paola Moreno. Quien sube de puesto debe cumplir otras responsabilidades, agregó.
Al principio el nuevo jefe puede sentir hostilidad, pero si es profesional y llegó a ese puesto por méritos debe actuar con naturalidad, centrarse en las nuevas metas, distribuir objetivos y seguir adelante, comentó María del Carmen Pereda, profesora de la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Panamericana.
El error sería caer en “complacencias” por querer quedar bien con los colegas que se sienten defraudados. El ambiente negativo se genera cuando la empresa realiza los ascensos laborales sin transparencia.
Que el siguiente seas tú
No ser considerado para un ascenso es el segundo motivo de renuncia entre los mexicanos, solo detrás de un mal ambiente laboral, según la encuesta Motivaciones del mexicano en el trabajo de la firma Randstad.
Si esta vez no te tocó a ti ascender, especialistas sugieren revisar estas señales:
1. Haz tu red (y no significa ser lambiscón). En teoría, las compañías deben sentar las bases y políticas de promoción desde un principio para que las personas sepan a qué pueden aspirar; sin embargo, quienes dirigen son somos seres humanos y “a veces gana la afinidad que sienten hacia ciertas personas”, es innegable, indicó Pereda, de la UP.
La vida corporativa está basada en relaciones (networking) hay que cuestionarse cómo mantener relaciones sanas y abiertas con jefes y colegas.
2. ¿Cómo asciende tu empresa? A veces la gente deja pasar oportunidades ‘ocultas’ que apuntalarán una nueva posición, como hacer una lectura constante de cómo se mueven los puestos en la empresa. Eso debe darse desde que te contratan, hay que entender quiénes son las personas que promueven y qué tipo de resultados buscan, explicó la directora en Adams México.
3. Es difícil, pero pregunta. La retroalimentación ayuda para no frustrarse si no se obtuvo un ascenso. Si se solicitó el puesto previamente, y un día esa persona se levanta con la noticia de que el cargo es para un amigo, se vale saber dónde y en qué falló.
Los jefes tienen como reto hacer ver al empleado sus fortalezas y áreas de mejora para que haya un sano espíritu de competitividad. Conviene “ser observador”, identificar qué tenía la otra persona, diferente a ti, que pudo jugar a su favor, dijo García Larrainzar.
4. Busca un mentor. Acepta que las cosas se dieron de esa manera. Esto es difícil sobre todo si consideras que tenías las mismas capacidades, pero “mantenerse en berrinche laboral” puede tener consecuencias negativas. Aprovecha la situación para cambiar tu actitud personal y crear un nuevo plan de acción, incluso un mentor puede orientarte sobre cómo moverte.