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¿Por qué ninguna estación de metro está a salvo de un ataque terrorista?

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lun 29 marzo 2010 12:20 PM
Los expertos dicen que es casi imposible proteger todas las estaciones del metr
Los expertos dicen que es casi imposible proteger todas las Los expertos dicen que es casi imposible proteger todas las estaciones del metr

Los atentados contra el metro de Moscú de este lunes ponen de manifiesto el peligro que enfrentan los millones de personas que usan diariamente este medio de transporte en el mundo.

Así lo advierten los expertos en seguridad.

Aunque las autoridades dicen que es demasiado pronto para confirmar la autoría de este ataque por separatistas chechenos, la forma en que se realizó ya ha sido utilizada anteriormente no sólo por estos rebeldes sino también por grupos de otras partes del mundo.

Los atentados del lunes tuvieron repercusiones inmediatas en otras ciudades, como Nueva York, donde se reforzó la seguridad en el metro.

Pero según los expertos, aunque se adopten medidas de seguridad más estrictas, se puede hacer muy poco para prevenir ataques de este tipo sin alterar la infraestructura de las ciudades.

Pese a que Rusia reforzó la seguridad en su ya muy vigilada red de transporte, las autoridades reconocen que sería muy difícil impedir que vuelvan a realizarse más ataques de este tipo.

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"El metro es un sistema vulnerable, nunca se puede proteger al cien por cien", dijo Konstantin Kosachev, presidente de la comisión de asuntos internos de la Duma Estatal rusa. "Es totalmente impredecible".

El hecho de que no se haya solucionado el problema de seguridad en las redes de metro tras los numerosos ataques recientes evidencia los peligros que siguen cerniéndose sobre los medios de transporte, riesgos exacerbados por el carácter cerrado del sistema.

Ejemplos de esto son el ataque con gas sarín contra el metro de Tokio en 1995, el incendio provocado en una estación de metro de Daegu, en Corea del Sur en 2003, que dejó 120 muertos; el atentado de febrero de 2004 en Moscú en el que murieron 42 personas y el de Londres del 7 de julio de 2005, atribuido a al-Qaeda y en el que perdieron la vida 52 personas.

"Los ataques contra el metro son ideales para un terrorista", explica Will Geddes, presidente de International Corporate Protection. "Paralizan completamente una ciudad y no sólo causan alteraciones ese día sino que además generan un mayor residuo de terror, que es el principal objetivo".

"Hay gente en Londres que sigue teniendo miedo a viajar en el metro por los ataques del 7 de julio, y esa es una victoria para los terroristas: consiguen transmitir su mensaje y causan alteraciones", agrega Geddes.

La red del metro de Londres, en la que viajan diariamente más de tres millones de personas, está acostumbrada a las medidas antiterroristas, después de décadas de intensa vigilancia ante posibles ataques del IRA, que llevaron a tomar una serie de medidas elementales, como el utilizar papeleras transparentes.

Tras los atentados del 7 de julio se tomaron medidas adicionales, como la colocación de cientos de cámaras de vigilancia, y seguramente se añadirán más para los Juegos Olímpicos del 2012.

Pero por el momento parece poco probable que se adopten medidas similares a las de los aeropuertos, como detectores de explosivos o de metales, ya que su alto costo y su impacto en el tránsito lo haría inviable.

Esto significa, según Geddes, que pueden anticiparse más ataques en el futuro, no sólo en Moscú, sino también en otras ciudades del mundo.

"Sería casi imposible aplicar algo parecido en el sistema de metro. Los atacantes suicidas pueden aparecer un día y actuar espontáneamente. Aplicar medidas de seguridad de ese estilo sería extremadamente caro", agregó.

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