El desliz verbal de Brown eclipsa debate en Gran Bretaña
A unas horas del tercer y final debate entre líderes de los principales partidos británicos, en la agenda política del Reino Unido siguió dominando el escándalo por la metida de pata del primer ministro, Gordon Brown, que tildó de “fanática” a una mujer.
Aunque Gordon reiteró sus disculpas en público a Gillian Duffy, su equipo de campaña recibió repetidas preguntas sobre lo que sucedió el miércoles, cuando el premier británico explotó contra la simpatizante del Partido Laborista por sus opiniones sobre la inmigración.
“Creo que si uno comete un error y se disculpa, y luego habla con la persona involucrada, la gente entenderá”, dijo Brown este jueves cuando un reportero le cuestionó sobre su comentario. “Pero creo que la gente también sabe que hablo de los grandes temas. No sólo hablo de inmigración, sino de la economía”.
Brown no pudo evadir la controversia durante sus actos de campaña en una fábrica de Halesowen, al oeste de Birmingham. Sin embargo, trató de zanjar el tema. “Ya lo pasado, pasado”, dijo.
El debate de este jueves, que será en la Universidad de Birmingham, arrancará con el tema de la economía. Luego, el público en el estudio y los espectadores podrán hacer preguntas sobre cualquier tema.
“Esta elección tiene que ver con la economía y los servicios públicos y cómo la gente ve el futuro de estos dos temas”, dijo el primer ministro.
Tal como en los dos debates previos, el de hoy durará 90 minutos y el público no podrá replicar a las respuestas que los líderes partidistas den a sus preguntas. Los presentes en el estudio sólo pueden aplaudir al inicio y al fin de la sesión, informó la BBC, que organiza el evento.
Los tres principales partidos británicos sortearon los turnos para el debate, dijo la BBC. El líder del Partido Conservador, David Cameron, inaugurará el debate de hoy. Brown inició el de la semana pasada y el líder demócrata liberal Nick Clegg arrancó el primer encuentro.
Fue al término de un acto de campaña ayer miércoles en Manchester cuando Brown se topó con Duffy, de 65 años, quien se definió como una simpatizante laborista de toda la vida. Duffy aprovechó el encuentro para proferir sus preocupaciones sobre varios temas, incluyendo el de la inmigración.
Duffy inquirió a Brown sobre “todos esos europeos del Este que están llegando”.
Al terminar su plática con Duffy, Brown abordó su auto, sin darse cuenta de que portaba un micrófono de radio que transmitió los comentarios que hizo a un asistente.
“Qué desastre”, dijo Brown sobre la discusión. “Nunca debieron ponerme frente a esa mujer; ¿de quién fue la idea?” Y añadió: “Es una fanática”.
Cuando le presentaron la conversación en un programa de radio, Brown se llevó las manos a la cabeza. Esa imagen salió en muchos diarios británicos la mañana de este jueves.
The Sun corrió el titular que acompañaba la foto en la primera plana: “Brown Toast” (algo así como "Tostada Quemada”).
Brown después se dirigió al hogar de Duffy, en Rochdale, diciendo que se sentía apesadumbrado por lo sucedido. Brown dijo que se “disculpó sinceramente” y dijo que todo fue un malentendido.
“Lo último que quería hacer” era lacerar a Duffy, dijo Brown.
Los analistas se han dedicado a evaluar si el desliz de Brown sellará la derrota de los laboristas en la elección del 6 de mayo. Señalan, sin embargo, que su plática con Duffy inicialmente le benefició. La mujer dijo que su intención era votar por Brown, pero que su comentario le hizo cambiar de opinión.
Duffy mostró su desasosiego el miércoles cuando escuchó la grabación con los comentarios de Brown. La mujer dijo que no votaría el 6 de mayo y que despedazó su boleta para voto en ausencia.
Brown escribió en el sitio web del Partido Laborista: “En política, algunas veces un día resulta diferente a lo planeado. Eso pasó ayer”.
