Después de 42 años, el controvertido Gadhafi se enfrenta a nuevas amenazas
La primera vez que Gadhafi tomó el poder fue hace 42 años en Benghazi, ciudad ubicada al este de Libia , cuando dirigió a un grupo de militares para tomar el control de las instituciones de gobierno, el primer paso para controlar a la entonces nación monárquica.
Desde entonces se refiere a sí mismo como el Líder de la Revolución en un país que, al menos políticamente, parece ser estable y que ha tenido pocas amenazas al poder.
Pero esas circunstancias cambiaron en las últimas semanas; decenas de miles de personas han tomado las calles para exigir la salida de Gadhafi, y como en ocasiones anteriores, la exigencia comenzó en Benghazi.
CNN no ha podido confirmar de forma independiente la información sobre la escalada de violencia en Libia, la nación más aislada de la región. El gobierno no ha respondido a las repetidas solicitudes de ingreso al país y mantiene un férreo control sobre las comunicaciones.
Entrevistas telefónicas con testigos sugieran que la oposición más fuerte a Gadhafi está en Benghazi; desde ahí, el movimiento de oposición se ha esparcido hacia la capital, Trípoli.
El presidente ha conducido el país con mano de hierro. Sin embargo, el por qué ahora su poder está siendo amenazado, es una interrogante.
Un factor es su cercanía con la frontera de Túnez, donde una revuelta popular en enero derrocó al presidente Zine El Abidine Ben Ali , luego de más de dos décadas en el poder. Semanas después, un movimiento similar llevó a la renuncia del dictador egipcio, Hosni Mubarak .
Gadhafi no es el único que enfrenta protestas antigubernamentales. Las protestas aparecieron en el mundo árabe y ahora ejercen presión contra los gobierno de Bahrein, Yemen y Argelia.
Lo que hace diferente el caso de Libia, en buena parte, es su poderoso, controvertido y pintoresco líder.
Gadhafi era capitán en el Ejército libio cuando el 1 de septiembre de 1969 dirigió el golpe que lo llevó a asumir el control de las instituciones en Benghazi. El derrocamiento lo llevó a cabo en dos horas, según GlobalSecurity.org, un proveedor independiente de información sobre seguridad.
En esa época, Estados Unidos tenía una base aeronáutica en Libia, pero Washington no se opuso inicialmente al golpe, según reportó una nota del Servicio de Investigación del Congreso en 2008.
El panorama cambió, y Gadhafi se convirtió pronto en uno de los enemigos más extravagantes de Estados Unidos.
En 1972 llamó a los musulmanes a pelear contra Estados Unidos y Gran Bretaña y apoyó la revolución de los negros en América. Al año siguiente, puso en marcha un programa "para destruir ideologías importadas, ya fueran del oriente o del occidente", según señaló el Departamento de Estado estadounidense. En 1979, Estados Unidos calificó a Libia como un país que patrocinaba al terrorismo.
La relación empeoró en 1980, cuando aviones estadounidenses dispararon a dos jets libios. La ira de la administración de Ronald Reagan despertó luego de que Libia supuestamente llevó ataques en Sudán, apoyó al gobierno sandinista de Nicaragua y bombardeó un club nocturno en Berlín. Reagan llamó entonces a Gadhafi "perro rabioso".
En 1988 hubo un bombardeo contra el vuelo de Pan Am 103 sobre Lockerbie, en Escocia, en el que murieron 270 personas. El mundo ejerció presión contra Trípoli al conocerse que agentes de inteligencia libios estaban implicados en el caso.
En 1993, Gadhafi le dijo al Herald Tribune que estaba teniendo un acercamiento más conciliatorio en los asuntos internacionales. Llamó al presidente Bill Clinton "el salvador del nuevo mundo" y denunció a los militantes islámicos al llamarlos "perros rabiosos" y "terroristas".
Clinton continuó con la presión hacia Libia, al firmar una ley que imponía sanciones a las compañías que invirtieran más de 40 millones en esa nación petrolera. En 1999, Libia finalmente aceptó extraditar a los sospechosos del Pan Am 103 para un juicio en Holanda, lo que llevó a su condena dos años más tarde.
A pesar de las críticas, la percepción de Gadhafi evolucionó más hacia una figura de un hombre de Estado, al menos internacionalmente. En 2009, fue líder de la Unión Africana.
Ese año también dirigió la Asamblea General de Naciones Unidas por primera vez. En años recientes ha dirigido palabras cálidas para el presidente Barack Obama: "Estamos contentos y felices si Obama se queda para siempre como presidente de Estados Unidos", dijo.
Mientras Gadhafi asumía un ese rol, la comunidad internacional sabía poco de lo que sucedía al interior de Libia, y varios reportes sugerían que la libertad y los derechos básicos eran restringidos.
"No ha cambiado", dijo Fouad Ajami, un profesor de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados Johns Hopkins. "Es un monstruo y los libios están sufriendo".
El gobierno mantiene un fuerte control sobre las comunicaciones. El acceso a los medios de comunicación también es restringido .
El viernes por la noche, las autoridades de Libia cortaron el acceso a internet, reportó la firma de tecnología Arbor Networks.
Durante los días de protesta, los disidentes han sido reprimidos violentamente. Maftah, un manifestante antigubernamental que rehusó dar su nombre completo por razones de seguridad, dijo que Gadhafi "siempre juega a imponer el miedo".
"Hace que tengas miedo tú, tu familia y tus amigos", dijo el activista a CNN. "Te dirá que la policía secreta está dondequiera".
Durante años, Libia se ha beneficiado de sus bastas reservas de petróleo, pero también se ha visto afectado por la reciente crisis económica internacional. Como en gran parte del mundo árabe, hay desempleo juvenil y la mayoría de los sus habitantes jamás ha conocido a otro líder que no sea Gadhafi.
Está por verse que las manifestaciones en Libia tengan el mismo efecto que en Egipto y Túnez. Si así fuera, tendrían que superar un culto a la personalidad de Gadhafi.
Como Egipto, Libia no tiene Constitución, instituciones establecidas o algún tipo de mecanismo que puedan apoyar al surgimiento de una nueva nación. El país sólo tiene a su líder.