La fiebre aftosa deja granjas fantasmas en Corea del Sur
Sa Taek-hwan, granjero durante 15 años, perdió todos sus medios de sustento en una sola noche en Corea del Sur.
A pesar de los continuos esfuerzos de desinfección, su ganado de 169 cabezas fue víctima de la fiebre aftosa el año pasado y, como muchos otros granjeros en el país, tuvo que sacrificarlas todas. Ahora vive en una granja vacía con su esposa.
Las vacas de Sa fueron enterradas no muy lejos de su casa, lo que para él fue más fácil. "Algunos tuvieron que enterrarlas en su propia granja", dice agradecido de que no tener que enfrentarse a la escena cada día.
"Las vacas eras como de mi familia. ¿Crees que cualquiera quisiera verlas enterradas de esta forma?" dice el granjero mientras se para frente a la fosa común. "Me siento realmente triste".
La fiebre aftosa es una enfermedad fácilmente transmisible que afectada tanto a vacas, cerdos, ovejas, cabras y otros ganados. Corea del Sur ha estado combatiendo desde noviembre la epidemia más grande de su historia.
El gobierno realiza una campaña de vacunación en los ganados de todo el país y más de tres millones de animales han sido sacrificados en un esfuerzo para detener la enfermedad. Pero la preocupación permanece. Una población de granjeros desalentados lucha por resistir sus pérdidas ante un futuro incierto.
Sa está perdido sin su ganado. Botellas de licor están apiladas en una esquina de su granja. "No hay nada más qué hacer", dice.
"Me preocupa que algo como esto vuelva a suceder. He visto otras enfermedades, como de Brucella, pero es la primera vez que experimento algo como esto", dijo Sa en su granja en Paju, a dos horas del norte de Seúl.
Hasta el momento, Sa ha recibido 11,000 dólares del gobierno como compensación. Dice que intentará criar más ganado y reconstruir su vida.
El gobierno surcoreano fue severamente criticado por su respuesta inicial ante el brote, se reprochó su lenta acción y la falta de un plan para enterrar los cadáveres. El Ministerio de Agricultura admitió que hubo dificultades en las oficinas regionales y que existe la necesidad de crear un plan que comprenda la magnitud de la epidemia.
Algunas comunidades agrícolas están preocupadas por el impacto ambiental que tendrán los entierros en sus zonas. El ministerio de Agricultura rechaza las acusaciones de que grasa y sangre se filtre de las fosas comunes a los depósitos de agua.
No hay casos confirmados de contaminación de agua hasta el momento, pero se realizará un monitoreo de las fosas para asegurar la higiene del agua potable, informó el Ministerio.
Recientemente, Corea del Sur entregó aproximadamente 247 millones de dólares para facilitar el abastecimiento de agua a comunidades preocupadas por una posible filtración de bacterias. También abrió un número telefónico para emergencias ambientales relacionadas con la fiebre aftosa.
El Ministerio de Agricultura espera tener la enfermedad bajo control a los primeros días de marzo. Sin embargo, el brote ha generado una amplia desconfianza en el gobierno.
Los granjeros que aún no sacrifican a su ganado se cuestiona que la vacuna funcione por lo que continúa tomando precauciones adicionales.
En la ciudad de Paju, Hwang In-shik se siente con suerte de mantener a su ganado de 180 cabezas a salvo. Paju ha perdido el 87% de su ganado, según Hwang, quien encabeza una oficina de la distribuidora de carne Hawoo Association.
Aunque ha vacunado a su ganado dos veces, Hwang desinfecta su granja varias veces al día y no ha estado en su casa desde diciembre.
"Escuché que algunas granjas han registrados brotes pese a la vacuna, así que estoy preocupado por su efectividad".