Nueva Zelandia intenta reponerse al terremoto en medio del mal clima
Vientos de hasta 90 kilómetros por hora complicaban este miércoles la búsqueda de decenas de desaparecidos entre los escombros de la ciudad de Chirstchurch, en Nueva Zelandia, donde ocurrió un terremoto de 7 grados el pasado 22 de febrero .
Arena, cenizas, lodo y escombros fueron arrastrados por el viento, mientras ocurrían réplicas y los peritos inspeccionaban los edificios en pie para determinar si son habitables o no.
La cifra oficial de muertos es de 160, aunque podría aumentar a 240, indicó la policía local en una conferencia de prensa.
Tan solo en el edificio de la televisora de Canterbury quedaron atrapadas alrededor de 100 personas, entre ellas, policías, periodistas y estudiantes de una escuela de idiomas que tenía su sede ahí. Los rescatistas ya no tiene esperanzas de encotrarlos con vida .
El gobierno de Nueva Zelandia no ha divulgado más datos de las víctimas porque espera que estén plenamente identificadas, pero se cree que hay personas de una veintena de nacionalidades.
La policía recibirá este jueves muestras de ADN de Tailandia para compararlas con las de algunos cadáveres.
Los neozelandeses guardaron dos minutos de silencio este miércoles en memoria de las víctimas y colocaron las banderas a media asta.
El primer ministro, John Kelly, se comprometió a reconstruir la ciudad y a crear una comisión que investigará por qué se derrumbaron tantos edificios en una ciudad de conocida actividad sísmica.
Las aseguradoras calculan que la reconstrucción les costará entre 6,000 y 12,000 millones de dólares.
Chirstchuch padeció un terremoto de 7 grados en septiembre del 2010. El de febrero fue una réplica del primero, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Nueva Zelandia se asienta en la falla entre las placas tectónicas del Pacífico y Oceanía. Cada año ocurren cerca de 14,000 terremotos, de los que entre 100 y 150 son percibidos.