El gobierno de Gadhafi todavía tiene el apoyo de algunos líderes del mundo
A pesar de la intensa presión por parte de la comunidad internacional para abandonar el poder, el líder libio Moammar Gadhafi todavía puede contar con el apoyo de algunos prominentes líderes mundiales, según analistas.
Gran parte del respaldo de Gadhafi en el extranjero se basa en un discurso antiimperialista y en los instintos de algunos regímenes de socavar las normas de la comunidad internacional, consideran los expertos.
Mientras que varios países han criticado a Gadhafi por la reacción a las protestas , que ha provocado más de 1,000 personas muertas y muchas más heridas, de acuerdo con las Naciones Unidas, algunos de sus aliados como Venezuela y Zimbabwe se rehúsan a criticar públicamente a Libia.
“Hay un alineamiento natural entre todos los regímenes que se dirigen a la maximización del poder, es decir, regímenes que tratan de acumular tanto poder como puedan por ellos mismos”, explicó Barak Seener, un investigador sobre Medio Oriente en el Instituto de Servicios Reales Unidos, un centro de investigación con base en Londres.
“Venezuela, por ejemplo, también tiene vínculos cercanos con Irán”, agregó Seener.
El presidente venezolano Hugo Chávez propuso la creación de una comisión internacional de paz para mediar en el conflicto libio, propuesta que respaldaron este viernes por tres países latinoamericanos . En contraste, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó restricciones y posibles cargos por crímenes de guerra contra el régimen libio.
Chávez aseguró este lunes: "Gadhafi ha sido mi amigo y nuestro amigo" desde hace mucho tiempo a través de la televisora estatal de Venezuela.
El martes, el mandatario venezolano calificó los supuestos preparativos para invadir Libia como “una locura, y frente a esa locura, como siempre, el imperio yankee que trata de dominar el mundo a costa de sangre y fuego”.
El ex presidente cubano, Fidel Castro, condenó el martes lo que describió como la inevitable invasión a Libia respaldada por Estados Unidos y la OTAN para meter las manos en el petróleo de ese país.
El investigador Seener aseguró que los países con un récord de “abuso doméstico", como limitar la libertad de expresión o no tener independencia judicial, no tienen sentido de responsabilidad hacia su pueblo de la misma manera que los poderes electos los tienen, y que una falta de rendición de cuentas tiende a derramarse hasta sus políticas exteriores.
Otro aliado cercano a Gadhafi es el presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe. Libia ha despachado miles de millones de dólares hacia ese país, que actualmente tiene pocos amigos internacionales, asegura Jane Kinninmont, investigadora del centro Chatham House.
“No es un gran incentivo (entre la comunidad internacional) respaldar a Gadhafi cuando muchos apuestan a que no retendrá el poder, pero mientras algunos países han hecho un giro diplomático, es improbable que Mugabe lo haga”, dijo Kinninmont.
La investigadora agregó que, por ejemplo, durante el sangriento conflicto étnico en la región sudanesa de Darfur, Sudán enfrentó la condena internacional pero “todavía tenía sus amigos en el mundo”.
También hay un segundo grupo de naciones –incluyendo China, Rusia y Turquía, que aunque no apoyarían abiertamente a Gadhafi, no respaldarían una invasión y se mostrarían en contra de una zona de prohibición aérea, aseguró Seener.
A pesar del continuo apoyo a Gadhafi de sus amigos, algunos analistas predicen un final lamentable para el líder.
Scott Horton, un abogado internacional aseguró que “los dictadores depuestos ahora están sujetos a demandas, tanto demandas civiles de los gobiernos que los sucedieron, como demandas de derechos humanos, y terminan siendo exitosamente procesados y sentenciados”.
Sin embargo, Barak Barfi de la Fundación Nueva América piensa que “hay una muy buena posibilidad de que pelee hasta la muerte sabiendo que le quedan muy pocas opciones”.
El conflicto en Libia inició en febrero por manifestaciones contra el gobierno influenciadas por movimientos parecidos en el norte de África y el Medio Oriente , que ya han terminado con los gobiernos de Túnez y Egipto.