Un trabajador de la planta de Fukushima narra su experiencia tras el sismo
Las lágrimas brotaron de repente en sus ojos cuando un hombre en Japón recordó el recorrido que le llevó a su hogar hace una semana.
“Daiichi…mi casa…seis horas”, dijo en un inglés cortado.
A través de un interprete, explicó que, cuando un terremoto de 9.0 grados de magnitud sacudió el noreste de Japón el 11 de marzo, perdió contacto con su familia y le llevó seis horas de camino en las carreteras dañadas para llegar a su casa, ubicada a 50 kilómetros de su lugar de trabajo dentro de la Planta de Energía Nuclear Fukushima Daiichi.
Extendiendo sus brazos como si quisiera abrazar a alguien, revivió el momento de alivio y emoción cuando por fin vio a su esposa y sus hijos después de haber temido lo peor.
Con el terremoto sin precedentes y el posterior tsunami , que paralizó la planta de Daiichi, sus empleados han estado en el centro de un despliegue por una emergencia nuclear. Con el miedo de perder su trabajo, este obrero pidió a CNN ocultar su identidad.
Los recuerdos de aquel fatídico viernes por la tarde todavía le perseguían cuando se reunió con un reportero en Kashiwazaki, una ciudad costera a 300 kilómetros de Fukushima, en la costa opuesta de la isla.
“Yo estaba trabajando en un centro generador en las afueras de los reactores cuando ocurrió el terremoto”, dijo. “Pensé que sería leve pero aumentó mientras seguían los segundos”.
“Les dije a todos que evacuáramos. Yo tenía miedo”, añadió, haciendo un gesto para describir como las paredes se derrumbaron y el suelo se abría.
De pie frente a un albergue que ahora llama su hogar, el hombre de 40 años y padre de dos niños de corta edad confesó su nueva preocupación: la radiación.
El gobierno japonés ha evacuado a más de 200,000 habitantes dentro de unos 20 kilómetros a los alrededores de la planta de Daiichi, y la gente aconseja a los que viven entre esos 20 y zonas de 30 kilómetros para que se queden en sus casas sin salir.
Él decidió no correr riesgos y trajo a su familia a Kashiwazaki, donde las autoridades locales han abierto refugios temporales para varios residentes de Fukushima, incluidos los empleados de la planta de energía.
“Todos dicen en la televisión que nos dan todos los hechos, pero tengo mis dudas”, dijo acerca de los funcionarios de Tokyo Electric Power Company, operador de la planta afectada Daiichi.
“Quiero que las cosas mejoren, pero no creo que vaya a ser fácil”.
Luchando para enfriar cuatro de los seis reactores después de los incendios y explosiones en el interior, la compañía eléctrica ha desplegado helicópteros y camiones de bomberos para rociar agua donde se almacenan las barras de combustible afectadas.
Los informes preocupan a un veterano que lleva 17 años trabajando para la planta.
“Creo que es un serio problema”, aseguró, y reiteró su inquietud acerca de ir a casa pronto.
He llegado aquí por un poco de paz, sin embargo, Kashiwazaki es el último lugar donde una planta nuclear provocó una emergencia por un terremoto de magnitud 6.6, que sacudió la región en 2007, lo que provocó un incendio y una fuga de gases radioactivos en Kashiwazaki-Kariwa Nuclear, propiedad de la misma empresa en problemas.
El trabajador de Daiichi dijo que es consciente del incidente en 2007, pero se centra en preocupaciones más cercanas por el momento.
Aunque tiene temores por la radiación, no descarta volver a Fukushima –e incluso a la planta de Daiichi- el único lugar de trabajo que ha conocido.
“Si un terremoto y un tsunami de la misma magnitud nunca se presentan otra vez, me gustaría volver a trabajar allí”, dijo. “Es mi ciudad natal, después de todo”.