Manifestantes rivales se concentran en la capital de Yemen
Manifestaciones opuestas se registraron este viernes en la capital de Yemen, donde se concentraron antigubernamentalistas y partidarios, relataron testigos en la zona.
Es la segunda semana consecutiva que las demostraciones de desafío tensan las calles del país empobrecido, frente a las protestas regulares de las personas que critican la corrupción gubernamental, la falta de libertad política y el alto desempleo.
Los manifestantes contra el gobierno estuvieron la Plaza del Cambio de Sanaa, donde exigieron el derrocamiento del presidente Ali Abdullah Saleh. En un principio tenían previsto marchar hacia el palacio presidencial, pero decidieron no hacerlo por temor a avivar la violencia.
"Este régimen debe entender que nuestras protestas continuarán siendo pacíficas y no seremos engañados para usar la fuerza", dijo Mohammed Qahtan, portavoz de la oposición Reunión Conjunta de las Partes (JMP).
A sólo cinco kilómetros de distancia, los partidarios del gobierno se reunieron para apoyar a Saleh y se comprometieron a luchar por él en todas las circunstancias.
Los gritos de "la gente quiere Ali Abdullah Saleh" y "con nuestra alma y sangre, te apoyamos, Saleh", sonaron en su concentración.
Saleh dirigió un mensaje breve a sus seguidores: "Las reglas en Yemen no se pueden cambiar por la fuerza. Yemen es un país democrático y los medios para el cambio están en forma democrática".
Mohammed Sabri, un portavoz del comité de diálogo de la oposición, afirmó que existen documentos firmados que prueban que a los seguidores de Saleh se les paga para protestar, y aseguró que esta táctica no detendrá la caída del mandatario.
"Este juego terminará muy pronto", dijo.
En Adén, los manifestantes antigobierno retiraron las fotos y los carteles de Saleh de las instituciones gubernamentales y de las salas de reunión.
"No queremos ver sus fotos en cualquier lugar de Adén. Él no es el gobernante del pueblo y se centra más en su familia", acusó el activista Salma Abdul Khaleq.
El país ha sido sacudido por un levantamiento chiita musulmán, una ofensiva de Estados Unidos contra Al-Qaeda y la escasez inminente de agua. Ha soportado la violencia y los disturbios en varios frentes.
Una explosión en una fábrica de municiones este lunes dejó 150 muertos, y durante meses ha habido demostraciones contra Saleh.
El fin de semana pasado hubo enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y Al-Qaeda en la Península Arábiga. Hubo muertos en ambos bandos, reportaron las fuerzas de seguridad.
Las peticiones de destitución de Saleh se han incrementado en las últimas semanas después de las revoluciones en Egipto y Túnez. Saleh ha gobernado desde 1978.
El mandatario ha luchado por mantenerse en el poder, alegando que él está mejor preparado para liderar la lucha contra los islamistas. Ha sido un firme aliado de Estados Unidos en la lucha contra Al-Qaeda en la Península Arábiga.
El presidente dijo que aceptó las demandas de la oposición para la realización de las reformas constitucionales y la celebración de elecciones parlamentarias para finales de año. Saleh prometió no postularse a la presidencia en las próximas elecciones .
Pero este domingo pasado dijo que no ofrecerá más concesiones, y describió la oposición como una alianza contra la mayoría del país, de acuerdo a Saba, la agencia de noticias de Yemen. Líderes de la oposición rechazaron los comentarios del presidente.