¿Estados Unidos está más seguro ahora que antes de 9/11?
Estados Unidos ha adoptado numerosas medidas para volverse más seguro desde que Al-Qaeda hizo estrellar los aviones en el World Trade Center y el Pentágono el 11 de septiembre de 2001 .
Las guerras en Afganistán e Iraq. Cientos de miles de millones de dólares destinados a mejorar la seguridad y las capacidades de inteligencia. Más seguridad para viajeros.
Después de casi una década, el líder de Al-Qaeda, Osama bin Laden, murió este domingo en una operación militar lanzada por Estados Unidos en Pakistán.
Con la guardia en alto
Pero ¿es más seguro hoy Estados Unidos de lo que era el 10 de septiembre de 2001?
Los expertos creen -algunos más vehementes que otros- que sí. Pero advierten que esto no significa que el país debe bajar la guardia.
"Creo que es una mezcla de varias cosas. Nunca estamos del todo a salvo. La pregunta es si nos estamos moviendo en la dirección correcta, y la respuesta es que sí, pero aún debemos recorrer un largo camino", dijo Amy Zegart, una profesora asociada de la Escuela de Asuntos Públicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Zegart trabajó en 1993 en el Consejo de Seguridad Nacional en la administración de Bill Clinton.
"No hay duda que estamos más seguros ahora", dijo por su parte Thomas Kean, ex gobernador de Nueva Jersey y presidente de la comisión Septiembre 11 que investigó los ataques y emitió las recomendaciones.
"Pero no estamos lo suficientemente a salvo. Aún tenemos trabajo por hacer, hay nuevas amenazas y nos tenemos que adaptar a los nuevos riesgos", dijo Kean.
Pese a que no ha habido ataques de gran escala en Estados Unidos desde el 11 de Septiembre, han existido varios intentos, como el fallido bombazo en Times Square el año pasado o la colocación de una bomba el día de Navidad de 2009 en un vuelo de Ámsterdam a Detroit.
La amenaza del lobo solitario
También han sucedido ataques exitosos, como la balacera de noviembre de 2009 en un campo militar en Fort Hood, Texas, donde 13 personas perdieron la vida y docenas resultaron heridas. Dos senadores estadounidenses descubrieron que el FBI y autoridades militares habían ignorado repetidamente múltiples señales de advertencia, incluyendo la radicalización al Islam del autor de los asesinatos en la base militar de Texas y su continua comunicación con un sospechoso de pertenecer a redes terroristas.
Se sabe que el autor de la masacre de Fort Hood, el psiquiatra Nidal Hasan, intercambiaba correos electrónicos con el clérigo yemení Anwar al-Awlaki .
"Creo que estamos más seguros frente a la organización principal de Al-Qaeda", dijo Tom Fuentes, un analista de CNN y ex asistente del director del FBI.
Las acciones militares estadounidenses en Afganistán forzaron a que Al-Qaeda se refugiara en las profundidades, y eso restó la efectividad de bin Laden y de Al-Qaeda para llevar a cabo "grandes ataques", dijo Fuentes.
"Pero en cambio ahora tenemos otras células haciendo sus propios ataques", dijo. Eventualmente estos grupos paralelos a Al-Qaeda están llegando al punto de "hacer lo que puedan", como los intentos de ataques en Times Square, que pusieron en la mira a un centenar de posibles víctimas en vez de miles.
Fuentes dijo que los estadounidenses son vulnerables a ese tipo de ataques más pequeños. "Siempre habrá un lobo solitario, un psicópata, ya sea de Al-Qaeda o de otros grupos".
Nuevos grupos nuevas amenazas
El autor del intento de bomba en Times Square, Faisal Shahzad , fue relacionado con el Talibán paquistaní. Aunque John Brennan, que era consejero para el contraterrorismo, dijo que ese grupo era un "aliado cercano a Al-Qaeda".
Mientras que Estados Unidos ha tomado grandes pasos para prevenir que un terrorista pise suelo americano, el terrorismo doméstico sigue siendo una de las peores amenazas que encara la nación. "Debemos tener un mecanismo para lidear con eso", dijo Fuentes.
"Creo que estamos absolutamente más seguros que antes, pero esto trasciende la sola muerte de bin Laden", dijo Frances Fragos Townsend, una colaboradora de CNN en materia de seguridad nacional y quien fuera consejera de seguridad en la administración de George W. Bush.
"Si bien nada es perfecto", Estados Unidos ha mejorado muchas de sus vulnerabilidades, dijo. Incluso algo tan simple como comprar grandes cantidades de fertilizantes levanta las alertas ahora, para impedir que alguien intente fabricar una bomba.
Adicionalmente, la aplicación de la ley y la vigilancia de las autoridades es mucho más agresiva ahora y esto permite descubrir confabulaciones terroristas, dijo Townsend.
Sin duda, las capacidades estadounidenses en términos de seguridad e inteligencia son mucho más fuertes ahora que antes de los ataques de Septiembre 11, y han ayudado a prevenir que sucedan ataques similares, dijo el analista de seguridad Peter Bergen.
Quienes orquestaron los ataques contra las Torres Gemelas no podrían conducir una operación similar ahora, pues no podrían llegar tan fácil a Estados Unidos, tomar lecciones para pilotear aviones y realizar las transacciones financieras sin que las autoridades se dieran cuenta, dijo Bergen.
Además, sus centros de comando y control en Alemania, Afganistán y Pakistán ya no existen o fueron severamente dañados. Había una célula de Al-Qaeda basada en Hamburgo y se presume que desde ahí se planeó el ataque de Septiembre 11.
"Su capacidad para llevar a cabo un ataque de esas proporciones es prácticamente nula", dijo Bergen. "Estos grupos mantienen ciertas capacidades, pero están bajo una presión tremenda".
Cuando sucedieron los ataques en Nueva York y el Pentágono, la "lista negra" de personas vetadas para volar en Estados Unidos apenas era de 16, y ese número ha crecido ahora a miles, dijo Bergen.
Los viajeros en aviones han enfrentado severas medidas de seguridad y escrutinio en los aeropuertos desde entonces, e incluso deben quitarse los zapatos debido a un intento de bomba que hubo en diciembre de 2001.
Sin comunicación
Antes de los ataques de Septiembre 11, el FBI y la CIA no intercambiaban información de manera regular, y Estados Unidos tampoco realizaba mucha cooperación internacional con organismos de inteligencia tal como lo hace ahora, dijo Bergen.
La cooperación de inteligencia entre Estados Unidos y Arabia Saudita, por ejemplo, es "tan productiva y fuerte como nuestra relación con Gran Bretaña, lo que no sucedía hace diez años", dijo Townsend.
Esos países conocen más sobre nuestros enemigos que nosotros, conocen sus aspectos culturales y operativos, pues viven en la misma región, agregó Townsend.
"Estamos hablando entre nosotros mucho más que antes", dijo por su parte Kean, quien sostuvo que antes las 17 agencias de inteligencia en EU actuaban de forma más independiente.
Sin embargo, Kean afirmó que uno de los temas más preocupantes es que las frecuencias de radios no han sido optimizadas para una mejor respuesta.
El 11 de septiembre de 2001, mientras las Torres Gemelas comenzaban a desmoronarse, la policía no podía comunicarse con los bomberos que quedaron atrapados bajo los escombros. Lo mismo pasó durante el huracán Katrina, cuando la gente en las lanchas no podía comunicarse con la gente en los helicópteros.
Kean dijo que es duro creer que el espectro de comunicaciones no ha sido mejorado en casi una década, para garantizar que haya una respuesta inmediata.
Para Tom Fuentes, Al-Qaeda contribuyó a su propia caída . "Entre 80 y 90 por ciento de las víctimas que han sido asesinadas por Al-Qaeda eran musulmanes. Eso realmente les restó apoyo en los países musulmanes".
Paralelamente, en países como Arabia Saudita y Yemen, Al-Qaeda perdió la tolerancia que tenía, y ya no les ofrecen un refugio a sus miembros como antes lo hacían.
Los pendientes
La lista de pendientes que debe hacer Estados Unidos aún es larga, dijo Zegart. Entre ellos, definir el rol y el poder que debe tener el director de seguridad nacional, así como los llamados "centros de fusión" destinados a coordinar las acciones federales, estatales y locales. "Debemos llevar esto má allá y no pensar que la amenaza ha desaparecido", dijo.
"Esto es un paso crítico", afirmó Zegart". "Era importante antes de la muete de Osama bin Laden y es más importante ahora". Personajes como al-Awlaki siguen siendo una amenaza, agregó.
Tampoco hay una vigilancia apropiada sobre las agencias de inteligencia, dijo Kean. Unos 80 comités distintos en el Congreso supevisan el Departamento de Seguridad Nacional y "en lugar de protegernos (los funcionarios) se la
pasan testificando".
"La muerte de bin Laden nos vuelve más seguros", dijo Townsend. "Le hemos quitado a nuestro enemigo su líder inspiracional, al arquitecto de la doctrina de Al-Qaeda, pero no significa que la guerra haya terminado".