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La organización Maiti Nepal ha rescatado a 12,000 esclavos sexuales

La actriz de Hollywood une esfuerzos con la fundadora de Maiti Nepal, una organización que ha rescatado a 12,000 esclavos sexuales
sáb 25 junio 2011 08:55 AM

Nota del editor: La actriz Demi Moore se alía con el Proyecto Libertad de CNN para realizar un contundente documental . Moore –una apasionada defensora de las víctimas de la trata de personas– viaja a Nepal para reunirse con la ganadora del premio “Hero of the Year” de CNN, Anuradha Koirala, así como con las miles de mujeres y niñas que la organización de Koirala ha rescatado de la prostitución forzada. Se estrena el 26 de junio.

KATMANDÚ, Nepal (CNN) — Llega el amanecer en Nepal, una nación cuya belleza atrae a turistas de todo el mundo.

El sol sale de los Himalayas y en la antigua capital, Katmandú, senderistas se preparan para un día de vistas panorámicas y aventuras.

En medio de las bellezas naturales hay una devastadora pobreza que brinda un terreno fértil para una de las atrocidades del hombre: la trata de personas y esclavitud sexual.

Nepal es un centro donde los traficantes atraen a niñas a burdeles de la India con la promesa de empleos bien pagados, o al menos mejor pagados.

Hay un grupo pequeño y comprometido con el combate a traficantes cuyos recursos son limitados.

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Ellos trabajan con oficiales fronterizos para tratar de evitar que las mujeres sean cruzadas por la frontera, en las zonas rojas de la India para tratar de rescatarlas de la prostitución y en las aldeas de Nepal informando a las niñas sobre los peligros.

Hoy es un día de esperanza. Tulli regresa a casa después de haber sido sometida a esclavitud sexual durante varias semanas y otros seis meses en un refugio tras su rescate.

Está emocionada pero nerviosa sobre cómo la tratarán los aldeanos, ya que a veces la condena se dirige al traficado, no al traficante.

Ella fue rescatada por el Maiti Nepal, una organización que se ha dedicado a reajustar su vida en el refugio del grupo mientras se realizaban esfuerzos para llevar a los traficantes ante la justicia.

Maiti Nepal –que significa Hogar de la Madre– es dirigida por la ganadora del premio Hero de CNN, Anuradha Koirala , quien se ha embarcado en la misión de ayudar a miles de mujeres que han sido rescatadas.

Para este reporte, la estrella de cine Demi Moore viajó de Hollywood a Nepal con CNN para ver cómo trabaja este grupo y de qué manera puede ayudar a su propia organización, The DNA Foundation, la cual trabaja con niñas que han sido obligadas a trabajar como prostitutas en Estados Unidos.

En el complejo de Maiti Nepal, Tulli empaca sus cosas en su mochila mientras otras chicas rezan, desayunan y barren.

Tulli se despide de su mejor amiga en el refugio y se sube a una minivan para el viaje de seis horas en las montañas para llegar a su aldea.

En algunas partes del viaje, el camino es el mismo que tomó cuando conoció por primera vez al hombre que la traficó a la India. También es el mismo camino que lleva a su restaurante de tés favorito.

Koirala dijo que la aldea era particularmente mala para el tráfico ya que es una parada clave de autobuses que van hacia Katamandú. Explicó que los traficantes logran atraer a chicas con promesas, drogándolas y se las llevan.

"Tulli estaba atendiendo la tienda de su hermano en la aldea cuando conoció a un hombre que dijo que le iría mejor en un lugar más grande y le dijo que le encontraría un mejor trabajo”, recuerda Koirala.

Fue a la ciudad para comprar provisiones para la tienda y nunca regresó.

“Al principio, su familia creyó que estaba en la casa de un familiar, luego la buscaron y no la encontraron. Después se enteraron que había desaparecido. No le dijeron a nadie y esperaron, posteriormente recibieron la noticia de había sido traficada”.

A pesar de saber dónde estaba Tulli, se requirió la ayuda de dos grupos de voluntarios y pasarían meses antes de que estuviera lista para regresar a casa.

Maiti Nepal también opera en 10 de los 26 cruces fronterizos con la India, tratando de identificar a viajeros sospechosos y evitando que niñas sean traficadas fuera del país, que tiene un tamaño similar a Grecia o al estado estadounidense de Tennessee.

Sus guardias uniformados trabajan con la policía fronteriza –aunque de manera independiente– y Koirala afirma que en promedio, todos los días interceptan a 20 niñas en riesgo de ser traficadas. Todos los guardias de Maiti Nepal son esclavos sexuales que fueron rescatados.

“Observan a todas las niñas, así como a los hombres y a todos los automóviles. Cuando escogen a alguien, uno interroga a la niña y otro al hombre. Si tras el interrogatorio descubren que están mintiendo, entregan al hombre a la estación de policía y a la niña la llevan al refugio”, dice Koirala.

Sin embargo, las probabilidades están a favor de los traficantes. Maiti Nepal estima que ha rescatado a más de 12,000 mujeres en sus 20 años de operación. Esa cifra es cercana a la cantidad de mujeres y niñas que se cree son traficadas de Nepal a la India cada año.

Los guardias de Maiti Nepal interrogan a los viajeros en busca de inconsistencias –si ese hombre es realmente el padre de esa niña; si esa mujer realmente está llevando a su hija a una reunión familiar– y señales sospechosas que pudieran identificar a un traficante.

Los policías que normalmente no intervienen durante los interrogatorios, actúan cuando los guardias de Maiti Nepal creen que han detectado a un traficante, sin embargo, el inspector de la policía Birenda Godra dijo que simplemente no cuentan con los recursos para que ellos busquen activamente a los traficantes.

“La cooperación entre la policía y Maiti Nepal siempre ha sido buena desde 1994. Oficialmente hay 26 cruces fronterizos entre la India y Nepal. A veces tenemos problemas con la policía pero no puedes ponerlos a todos en el mismo saco”, dijo Koirala.

Godra afirmó que el mayor problema es no contar con la mano de obra para cubrir de manera apropiada los 2,500 kilómetros de frontera que los nepaleses e hindús pueden cruzar sin necesidad de pasaporte o identificación.

Tulli era una de esas que fueron embarcadas en la frontera y llevadas a Calcuta. Nueva Delhi y Mumbai son otros destinos populares de los traficantes.

Ella pasó cerca de seis semanas en el burdel y dijo que fue obligada a tener sexo con hasta 20 hombres al día, antes de tener el valor y oportunidad de intentar escapar.

A sabiendas de que estaba tomando un gran riesgo, Tulli le pidió a un cliente nepalés que contactara a su hermano en Nepal. Él aceptó hacer una llamada telefónica y luego el hermano, con la ayuda de Maiti Nepal, viajó a Calcuta para rescatar a su hermana.

Maiti Nepal contactó a la familia con un grupo hindú llamado Rescue Foundation, el cual se unió a la policía hindú en un operativo para liberar a Tulli.

Casi cada mujer rescatada pasa un tiempo –al igual que Tulli – en el refugio de Maiti Nepal en Katmandú, recibiendo asesoría y capacitación.

También ayudan a armar casos legales contra traficantes y tiene una escuela para unos 300 niños, algunos de los cuales fueron traficados con sus madres, algunos otros rescatados de la calle.

Asimismo, hay un hospicio a 12 kilómetros al norte de Katmandú, el cual atiende a sobrevivientes con VIH.

La historia de Gita es depresivamente familiar. Fue una huérfana atraída a la India con la falsa esperanza de encontrar a sus padres.

Koirala dijo que Gita pasó dos años en un burdel antes de ser rescatada y que ha estado con Maiti Nepal los siete años después de su rescate, viviendo con VIH ya que el uso de condones no estaba permitido en el burdel.

“A veces creo que no hay esperanzas. Otras veces pienso que Maiti Nepal está ahí, me enseñan manualidades con las que creo que puedo sobrevivir”, dice Gita. Las mujeres en ambos centros también deben aprender a vivir con las heridas emocionales de los abusos que sufrieron.

Ahora Tulli está lista para volver a casa. Ella dice que sabe que su familia la tratará con amabilidad pero no está segura del resto de la comunidad.

A 3,500 metros sobre el nivel del mar, la vista de los techos metálicos de las cabañas es impresionante.

Aunque las emociones se disparan, el reencuentro de Tulli con sus padres se mantiene muy tradicional, con las formalidades de respeto de su cultura mientras su hermano agradece a Koirala por devolverla a casa.

Sin embargo, entre aquellas que siguen esperando está una pequeña niña, la hija de Tulli, quien no ha visto a su madre en varios meses.

Tulli ya no se contiene y las lágrimas fluyen mientras abraza a su hija. Tulli es una de las afortunadas –rescatada y ahora en casa con su familia– pero la cruzada de Koirala es proteger a otras miles de niñas que caerán presas de los traficantes año con año. Su trabajo nunca termina.

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