Congresista Giffords participa en vigilia un año después de ser agredida
La congresista Gabrielle Giffords participó este domingo en una vigilia en la Universidad de Tucson con familiares y víctimas del tiroteo en que la propia legisladora resultó gravemente herida hace un año.
Cientos de personas se congregaron en la sede de la Universidad de Tucson a la que acudió acompañada de su esposo, el astronauta retirado Mark Kelly, para concluir una serie de actos durante todo el día y que comenzaron con el sonido de las campanas a las 10:11 de la mañana, hora en la que se produjo el suceso.
Entre los asistentes destacó la presencia del doctor Peter Rhee, el jefe de la división de trauma, cuidados intensivos y cirugía, que formó parte del equipo de doctores que trató a Giffords y a otros de los heridos.
También acudió Daniel Hernández, el joven hispano que ofreció los primeros auxilios a Giffords hasta que llegaron los médicos.
Los familiares de algunas de las víctimas recordaron entre lágrimas a sus seres queridos y tomaron la palabra para compartir algunos momentos con el público, como una de las amigas de Christina Taylor Green, la niña de 9 años que murió en el tiroteo, según la prensa local.
Giffords regresó a Tucson el viernes con su esposo y apareció por sorpresa el sábado en un acto en honor a Gabe Zimmerman uno de los asesores de la congresista, que fue asesinado aquel día.
Posteriormente visitó el supermercado en el que se produjo el tiroteo, como se puede ver en una foto enviada por Kelly a través de Twitter.
Durante enero de 2011 , la congresista participaba en un encuentro informal con ciudadanos a las puertas de un supermercado cuando un joven armado, que posteriormente fue identificado como Jared Loughner, disparó a Giffords y a un grupo de personas que participan en el evento.
Giffords recibió un impacto de bala que le atravesó el hemisferio izquierdo del cerebro -que alberga la parte motriz y el habla- y en los primeros momentos algunos medios de comunicación llegaron a dar por muerta a la congresista.
En el ataque murieron seis personas y 13 resultaron heridas.
Además de Christina Taylor Green, fueron asesinados el asistente de Giffords, Gabe Zimmerman, de 30 años; el juez federal John Roll, de 63 años; Dorwan Stoddard, un exempleado de la construcción de 76 años; Phyllis Scheneck, una ama de casa de 79 años, y Dorothy Morris, de 76 años.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó este domingo su solidaridad a la congresista Giffords en una llamada telefónica en la que subrayó su coraje y determinación durante su "increíble" proceso de recuperación, que consideró un ejemplo para todos los estadounidenses.
Después de una intensa terapia, Giffords, que todavía tiene dificultades al hablar y para mover un brazo, acudió a finales de abril a la base de Cabo Cañaveral para despedir a su esposo, que comandó el último viaje del transbordador Endeavour.
En aquella ocasión no ofreció declaraciones, pero tuvo un breve encuentro con el presidente Barack Obama, quien ya había visitado a Giffords y a su familia cuando estaba ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital universitario de Tucson, así como al resto de las víctimas.
Giffords y Kelly también han aprovechado este viaje de fin de semana a Tucson para visitar al personal médico que les atendió en este hospital. "Estamos muy agradecidos por sus cuidados", tuiteó Kelly.
La congresista demócrata por Arizona reapareció por sorpresa en la Cámara Baja el 1 de agosto del año pasado para votar el plan sobre la elevación del techo de la deuda estadounidense, y aunque no se ha reincorporado a su trabajo, fue recibida entre los aplausos de sus compañeros .
El tiroteo abrió el debate sobre la violencia verbal en el discurso político de finales de 2010 con la tajante oposición de algunos republicanos a la reforma sanitaria propuesta por el presidente, Barack Obama.
Giffords había sido criticada por los más conservadores en su estado por su apoyo a la reforma sanitaria, y el día que fue aprobada en la Cámara de Representantes, su oficina fue objeto de un ataque vandálico.