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Capriles, "el político de la educación" que se enfrentó a Hugo Chávez

El líder de la oposición venezolana, de vocación temprana y familia acomodada, apuesta por un país de oportunidades y de progreso
mar 05 marzo 2013 08:23 PM

Henrique Capriles Radonski, que compitió ante Hugo Chávez el 7 de octubre, es un abogado y político de 40 años originario de Caracas. Pertenece a una familia acomodada, con grandes empresas vinculadas con los medios de comunicación y las salas de cine. Apuesta por un país de progreso, en contra del "país de socialismo de Chávez".

Por segunda vez en seis meses, Henrique Capriles Radonski es candidato en un combate electoral por la presidencia de Venezuela. En octubre, Capriles demostró que era el candidato de la oposición más fuerte que se enfrentaba a Chávez, aunque perdió ante el líder carismático por un margen de dos dígitos. Sin embargo, la batalla de Chávez contra el cáncer evitó que este jurara y murió el 5 de marzo.

Capriles se enfrenta a Nicolás Maduro, el presidente encargado y el hombre al que Chávez eligió como su sucesor. Desde muy joven, el líder de la oposición se involucró en la política, con una clara vocación de servicio público. A los 26 años, lo nombraron diputado, y fue el último y más joven vicepresidente del extinto Congreso y presidente de la Cámara de Diputados entre 1999 y 2000.

El gobernador del estado de Miranda, uno de los tres más importantes del país, fue alcalde por dos períodos consecutivos del municipio Baruta, parte del Distrito Metropolitado de Caracas, entre 2000 y 2008. Es miembro fundador y líder del partido centro humanista, Primero Justicia, del que fue coordinador nacional adjunto hasta 2008. 

Su madre proviene de una familia judía ruso-polaca, que llegó a Venezuela huyendo de la persecución de los nazis. Su padre es descendiente de una familia de origen neerlandés. A pesar de que la rama materna sea de judíos no ortodoxos, Henrique fue criado bajo los valores de la Iglesia católica, religión predominante en Venezuela. 

Tras graduarse en Derecho en la Universidad Católica Andrés Bello, donde obtuvo el título de abogado en 1994, con 22 años, completó la especialización en Derecho económico. Estudió posgrados en Holanda, Italia y Estados Unidos.

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Se define como “el gobernador de la educación”, como vía para lograr un empleo. “Quiero ser presidente del empleo”, añadió en entrevista con CNN en Español. Centra su campaña en los ideales de "igualdad para todos". Plantea una propuesta de progreso de centroizquierda y se declara seguidor del modelo brasileño, de Lula, por su concepto de Estado "orientador", con programas de hambre cero y ponderación del concepto de justicia social.

Su principal apuesta se centra en la educación, de calidad y sin distinción de clases. “Donde hay educación, hay oportunidades”, repite. "Chávez plantea el camino del socialismo, yo planteo el camino del progreso", dijo en entrevista con EFE. “Busco ganarme la confianza de todos los venezolanos”, dijo Capriles recientemente. “Quiero un país unido. Quiero que los venezolanos nos unamos y trabajemos juntos con un objetivo en común”. Para él, el asunto más importante es el combate a la pobreza.

Los generosos programas sociales eran la base del gobierno de Chávez y Capriles dijo que no los eliminará. Sin embargo, prometió terminar con los enormes subsidios que Venezuela otorga a los aliados de Chávez.

"Al fin se va a enfrentar con algo más que la usual banda de rivales irresponsables y divididos", aseguró el periodista Tim Padgett, en un artículo de Time. Chávez ha dedicado gran parte de su mandato a satanizar y erradicar el capitalismo en Venezuela, con lo que ha logrado que la tasa de inflación de su país sea la más alta de Latinoamérica (casi 30%) y los niveles de inversión extranjera estén en su nivel más bajo, de acuerdo con el artículo de Time.

"El burguesito"

El candidato de la oposición se caracteriza por su discurso conciliador y de no confrontación. Chávez lo denominaba "el burguesito" y “el oligarca”, y a algunos analistas les enerva la tibieza de su discurso y su falta de confrontación con el régimen, precisamente, una de las claves de su campaña de octubre, liderada por el espíritu de conciliación, y por dar la espalda al insulto y al ataque directo.   

Los analistas consideran que en esta campaña ha reforzado su estrategia, apelando a perder el miedo al cambio y con una nueva actitud más combativa, que le llevó a denunciar el "fraude constitucional" de la decisión judicial que permitió que Maduro fuera nombrado presidente encargado.

Cuando era alcalde de Baruta, fue detenido por cuatro meses por una serie de supuestos delitos relacionados con el asedio a la Embajada de Cuba en 2002. Opositores de Chávez protestaron ante la delegación por el rumor falso de que allí se encontraba refugiado Diosdado Cabello, entonces vicepresidente de Venezuela. El embajador cubano declaró que Capriles acudió más tarde para unirse al diálogo iniciado con los líderes aparentes de la muchedumbre, dentro de la embajada. Según Sánchez, Capriles le solicitó revisar la embajada, a lo que se negó. Capriles fue acusado de violar principios internacionales mientras que la defensa alegó su intención de mediar. En 2006, fue absuelto y en 2008 el caso se reabrió.

Con sus habituales jeans, camiseta y gorra de béisbol, Capriles corre hacia la batalla presidencial con una estética de “muchachito” y con miles de seguidoras que admiran su belleza, su pasión por el deporte y su forma de expresión calmada. Los medios le atribuyen novias constantemente, pero él asegura que la "primera dama" la encontrará en el camino, parafraseando el lema de su campaña: Hay un camino.

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