Desesperación y dolor en familiares de fallecidos en prisión de Honduras
El dolor y la desesperación aumentan entre los familiares de los reos que murieron la semana pasada en la prisión de Comayagua, en Honduras, porque el trabajo para identificar los cuerpos es un proceso lento.
De las 359 personas fallecidas en la prisión, al menos 60 han sido identificadas, se han practicado 150 autopsias, y 27 cuerpos ya fueron entregados a sus familiares, informó el portavoz del Ministerio Público, Melvin Duarte.
Este lunes, al conocer una versión extraoficial de que los cuerpos serían enterrados en una fosa común, un grupo de 20 mujeres burló una cerca en las instalaciones del servicio forense, para correr hasta una zona donde estaban varios de los restos, en bolsas blancas.
Elementos de la Policía y el Ejército intervinieron para evitar mayores incidentes, mientras que otra fuente del Ministerio Público dijo que "un periodista de un canal de televisión indujo a que familiares de las víctimas reaccionaran por algo que no es cierto".
"El Ministerio Público garantiza a todos los familiares que la identificación de los cuerpos se hará hasta el final y que no se está enterrando en fosas comunes a ninguna de las víctimas del incendio de la cárcel de Comayagua", refirió Duarte.
Los equipos forenses están tomando muestras de sangre y huellas a familiares de las víctimas del incendio, para concretar la difícil tarea de identificación de muchos de los fallecidos.
Las causas del incendio aún se desconocen, mientras un grupo de expertos de Estados Unidos colabora en la investigación, a pedido del presidente hondureño, Porfirio Lobo.