Cuatro civiles mueren en las protestas en Afganistán por quema del Corán
Cientos de manifestantes salieron a las calles de Afganistán este sábado, el quinto día de protestas por la quema de copias del Corán en una base de Estados Unidos, informaron funcionarios.
Cuatro civiles murieron y 50 resultaron heridos durante los disturbios, cerca de la oficina de la ONU en Kunduz, dijo el director del Departamento de Salud de la ciudad, Saad Mokhtar. Había doce policías entre los lesionados.
Gulam Mohammad Farhad, el jefe de Inteligencia de Kunduz, dijo que los manifestantes trataron de incendiar el edificio de la ONU.
La misión de Naciones Unidas en Afganistán dijo que todo su personal tanto en Kunduz como en todo el país está "a salvo". Además, denunció los ataques en ese complejo, lamentó las muertes y agradeció a la Policía de Afganistán por su pronta respuesta a las protestas violentas.
La misión también señaló que comprende el enojo de los musulmanes por la quema de las copias del Corán.
"Al mismo tiempo, llamamos a quienes deseen expresar sus legítimos sentimientos religiosos a rechazar los exhortos a la violencia, a dominarse y evitar recurrir a las manifestaciones y demostraciones para no permitir que los enemigos de la paz se aprovechen de la situación", dijo la misión de la ONU en un comunicado.
Las nuevas protestas de este sábado se llevaron a cabo en varias provincias, incluidas Laghman, Paktika, Baghlan y Nurestan, según un vocero del Ministerio del Interior.
En la provincia de Laghman, al menos 15 personas resultaron heridas cuando cientos de manifestantes intentaron atacar la casa del gobernador y su oficina, dijeron las autoridades.
Policías y soldados intervinieron; los enfrentamientos dejaron algunos heridos, dijo Abdul Rahman Sarjang, el jefe de la policía local. Dos civiles y un oficial estaban en condición crítica, dijo Sarjang.
Pero las protestas en la mayoría de las regiones del norte terminaron pacíficamente, dijo el vocero policial Lal Mohamed Ahmadzai.
Las protestas antiestadounidenses estallaron esta semana después de que tropas de la OTAN quemaron libros del Corán en el aeródromo de Bagram , informaron las autoridades. La incineración generó que una multitud de manifestantes salieran a las calles y bases militares, algunos cantando "muerte a Estados Unidos".
Funcionarios estadounidenses, entre ellos el presidente Barack Obama, pidieron disculpas y dijeron que había sido un error no intencional, pero igual hubo protestas.
En una carta a su homólogo afgano, Hamid Karzai, Obama dijo que el acto fue "involuntario".
"Vamos a tomar las medidas adecuadas para evitar que se repita este acto, incluida la detención de los responsables", dijo Obama en una carta entregada por Ryan Crocker, el embajador de Estados Unidos en Afganistán.
Al menos ocho personas murieron y 27 resultaron heridas en las protestas de este viernes, en su mayoría en la provincia de Herat, según Sediq Sediqqi, portavoz del Ministerio del Interior.
No se reportan miembros de la coalición internacional heridos por las protestas, informó la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad de la OTAN (ISAF, por sus siglas en inglés).
El comandante de las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán, el general John Allen, abordó el tema durante una visita a una base militar donde dos soldados estadounidenses fueron asesinados este jueves por un hombre que llevaba un uniforme del Ejército Nacional Afgano. Una protesta por la quema de coranes se llevaba a cabo afuera de la base en el momento de los asesinatos.
"Ahora no es el momento de la venganza", dijo. "Ahora es el momento de mirar profundamente dentro de sus almas, recordar la misión, recordar la disciplina, recordar quién eres. Vamos a salir de esto juntos como uno solo".
Allen exhortó a las tropas a mostrar a los afganos que lo ocurrido no fue intencional. "Los estadounidenses y los soldados de la ISAF no deben tolerar esto. Estamos a favor de algo más grande que eso", dijo.
Un oficial militar dijo que los materiales quemados fueron retirados de la biblioteca de un centro de detención porque tenían "inscripciones extremistas" y no había en ellos "una apariencia de que estos documentos estaban siendo utilizados para facilitar las comunicaciones extremistas".
Los musulmanes creen que el Corán es la palabra de Dios, un libro sagrado que la gente debe lavarse las manos antes de tocarlo.
Josh Levs contribuyó con este reporte